Venecia rinde homenaje a Frida Kahlo
La obra y la atormentada vida de la artista mexicana Frida Kahlo quedaron reunidas en una muestra con la que la Bienal de Venecia rinde homenaje a una de las figuras más conocidas del arte latinoamericano del siglo XX.
En la galería de la Fundación Bevilacqua La Masa, en la plaza de San Marcos, se presentan ocho de las obras más importantes de Kahlo (1907-1954), cuya existencia estuvo marcada por el encuentro con el pintor Diego Rivera, su militancia comunista y su apasionada vida amorosa.
La muestra ofrece además un panorama del modernismo mexicano, con obras de artistas que formaron parte de su entorno, entre ellos el propio Rivera, el muralista David Alfaro Siqueiros y Tamayo Orozco, según informa la agencia Télam.
El recorrido se abre con uno de los cuadros más significativos de Kahlo, "Las dos Fridas" (1939), donde plantea su crisis conyugal con Rivera, que es la pieza central de la muestra.
Se trata de una obra que no había viajado hasta ahora fuera de México, y que después de Venecia será sometida a una minuciosa restauración en Italia.
La pintura representa la doble personalidad de la artista, que se representó a sí misma con un traje típico mexicano sentada frente a su doble ataviada con ropas europeas. Los corazones de ambas están al desnudo y se unen por una única arteria, aunque la parte "europea" de Kahlo, la menos amada por Rivera, amenaza con desangrarse.
La dramática vida de Kahlo, que en su juventud sufrió una poliomielitis que le provocó una deformidad en el pie, junto a otros problemas de salud, queda reflejada en obras que el público podrá contemplar hasta fin de setiembre.
A propósito de su frustrada maternidad, aparece la obra "Hospital Henry Ford", que reúne características de un exvoto.
Y otros trabajos reflejan acontecimientos que impresionaron a la artista como "Unos cuantos piquetitos" (1935), basado en el caso real de un hombre que mató a su mujer asestándole más de treinta puñaladas; momentos cotidianos en "Escaparate en una calle de Detroit" (1932) o la amistad en "Retrato de Eva Frederik" (1931).
También se destaca la obra de 1937 "Mi nodriza y yo", donde se trasluce el pánico a la soledad que sufrió la artista desde su infancia, y el cuadro "Sin esperanza" (1945), de tono metafísico.
La muestra incluye una amplia colección de fotografías que ilustran los encuentros de Kahlo con personajes de su época, entre ellos el líder soviético León Trotski, que fue su huésped durante parte de su exilio mexicano en su "Casa Azul" de Coyoacán.
La Bienal es uno de los acontecimientos artísticos del calendario internacional, que alcanzó este año un récord de participantes, con 63 países y 27.000 metros cuadrados de espacios expositivos cubiertos, tras la apertura de nuevos pabellones en el antiguo Arsenal veneciano.