Cultura: CULT-01

Del Barco Centenera y "La Argentina"

1602: hace 400 años un poema dio su nombre a nuestro país.

Por José Luis Víttori


Otro viaje circular por el mismo espacio y con un desenlace distinto al esperado, es el que Martín del Barco Centenera inicia al Nuevo Mundo en 1572. Formado en teología por la Universidad de Salamanca, hombre de cierta fortuna personal, embarca con criados en la nave capitana de Juan Ortiz de Zárate, como capellán de su armada. Quizá haya buscado en el comienzo de su viaje el honor de las investiduras, el prestigio de un magisterio en países de ultramar, la satisfacción de salvar almas indígenas convirtiéndolas mediante la prédica del Evangelio; la trascendencia, la santidad o la notoriedad que podían derivar de una acción decidida en el Nuevo Mundo.

Era ambicioso, sensual, astuto, enérgico, fabulador y épico en sus sentimientos; un sacerdote de tradición medieval, cuyo espíritu se había renovado en las cátedras humanistas de Salamanca, también un epicúreo disponible a la galantería, a la buena mesa y a la aventura. Con esos componentes, le toca vivir el hambre de las huestes zaratinas en las costas del Brasil, las furias del pampero en el estuario del Río de la Plata, el ataque de los indios que diezman a la armada en las bocas del Paraná, la acción salvadora de Juan de Garay con sus "mancebos de garrote", la hospitalidad de Santa Fe -ciudad recién fundada por aquél:

"Al fin a Santa Fe, tiempo gastando,/ Se llega, dó poco antes los vecinos/ Salieron a nosotros navegando..." (1).

Estos versos, citados con alguna frecuencia por los estudiosos de la historia de Santa Fe, responden a la primera mirada de un "español de España", tres décadas después del abandono de Buenos Aires, y hacen la primera descripción de la primitiva ciudad de Garay, asentada en la barranca del entonces llamado Río de los Quiloazas; germen de la primera fundación de la conquista criolla en nuestro litoral fluvial.

Veintidós años dura el largo y escabroso peregrinar de Del Barco Centenera desde Logrosán a Santa Fe, desde Santa Fe a la Asunción (1575), donde aprende el guaraní para evangelizar a los indios. Un año después asiste a Ortiz de Zárate en su muerte; desde la Asunción aguas arriba como capellán de Juan de Garay, si creemos que le acompañó en su entrada al Nuara, en su busca del Eldorado esquivo como los "perros azules" del camino; ya de regreso a la Asunción, vuelta con Garay a Santa Fe y de allí hasta la boca del Riachuelo para fundar Buenos Aires en 1580 y, una vez afianzado el asentamiento del puerto y la aldea, en marcha hacia el sur, cruzando la pampa en busca siempre del Eldorado ubicuo... Y en el mes de mayo del mismo año 1580, siempre con Garay -aunque lo recela y lo critica- cuando el alzamiento de los mancebos en Santa Fe contra la autoridad del gobernador.

En 1581, del Barco Centenera viaja al Perú, donde es nombrado capellán de la audiencia de Chuquisaca, luego vicario de Porco, en el 83 secretario del III Concilio Americano reunido en Lima y, en el 85, Comisario del Santo Oficio en Cochabamba. En 1590 es enjuiciado por el mismo tribunal y, caído en desgracia, regresa al obispado de la Asunción.

En 1594, termina su aventurada presencia en el Río de la Plata: regresa a España y en Logrosán se cierra el círculo de su viaje sin haber logrado honores ni fortuna. Pero, aun en la pobreza y en el desencanto, el peregrinaje le rendirá un inesperado fruto y el acceso a la perennidad: entre 1595 y 1601 compone su "epopeya americana": "Argentina y conquista del Río de la Plata" que, publicada en 1602 en Lisboa, lo salva del olvido y lo liga para siempre al nombre de nuestro país.

(1) Martín del Barco Centenera: La Argentina. Colección de obras y documentos relativos a la historia antigua y moderna de las provincias del Río de la Plata, ilustrados con notas y disertaciones por Pedro de Angelis, T.II, Buenos Aires. Imprenta editora de V. Colmegna, 1900. Canto XVIII, izq. 1a. y 2a. octavas, pág. 275.

(*) Extractado de: "Viajes y viajeros en la literatura del Río de la Plata". Buenos Aires, Vinciguerra 1999, T.I.".