Cine de propaganda
La plaga de películas patrioteras anunciada por Hollywood ha comenzado, aunque ésta tiene un rodaje anterior al atentado contra las torres gemelas. Un poco a la manera de "Daño colateral", se ocupa también de testimoniar acerca de cuánto hacen los héroes de turno para trabajar por la paz haciendo la guerra. Aquí es la misión que sus cuerpos de elite realizan el 3 de octubre de 1993, para capturar a los líderes del movimiento que encabeza Mohames Farrah Aldid, el Señor de la Guerra, cuyos hombres interceptan los alimentos que llegan a su pueblo hambreado.
Todo esto lo informa el filme con imágenes elocuentes pero sin contexto. Nunca sabremos las causas de todo lo que vemos, pero sí que estos esforzados marines norteamericanos se metieron en una tarea que les iba a insumir no más de una hora, que se convirtió en una batalla feroz que duró casi todo el día. Ridley Scott pone todo su oficio al servicio de la causa de su país: aquí son todos hombres ejemplares y con un sentido tan alto de la guerra que sus pares civiles no comprenderán nunca.
El filme no sólo la justifica, sino que lo hace a través de una bandera. Mientras tratan de tomar Mogadiscio, Somalía, sus acciones son las de quienes conocen muy bien un terreno que empieza a tener arenas movedizas, cuando uno de sus súper helicópteros Halcón Negro es derribado y el pueblo se olvida de sus rencillas interiores para declararle la guerra al norteamericano. Allí sucumben, pero dejando bien alto sus dotes morales y bien mostradas sus capacidades tecnológicas.
"La caída del Halcón Negro" tiene todos los vicios de los malos westerns y de los filmes de guerra de los años cincuenta, aunque aquí los buenos son ellos y los malos, sin nombre, ni identidad, ni causa declarada de guerra; ya ni siquiera son malos sino bestias a las que hay que eliminar. Los norteamericanos reiteraron esta operación meses más tarde en Afganistán, donde también destruyeron una ciudad para buscar a un hombre.
Cabe destacar en este filme verdaderamente logrado como propaganda militar, la riqueza de su banda sonora, debida a Hans Zimmer, y la calidad del montaje de Pietro Scalia. Estas excelencias, más los buenos trabajos actorales y la mano segura de la dirección hacen a este filme más peligroso. Scott, aquel notable hacedor de "Los duelistas", "Alien", "Blade Runner", aquí se vende al mejor postor.
("Black Hawk Down", Estados Unidos, 2001). Dirección: Ridley Scott; guión: Ken Nolas, basado en el libro de Mark Bowden; fotografía: Slawomir Idziak; música: Hans Zimmer; montaje: Pietro Scalia; intérpretes: Josh McGregor, Tom Sizemore, Eric Bana, William Fichtner y Sam Sheppard; duración: 142m. Presentada por Columbia en Cinemark 9.
Juan Carlos Arch