Asesinó a su concubino y lo cortó en veinticinco pedazos
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Rosario.- Una mujer de 44 años mató de un balazo a su concubino y con la ayuda de su amante depositó el cadáver en un tanque y después lo cortaron en 25 pedazos, le pusieron cal y agua y lo enterraron en una huerta comunitaria de la zona oeste de la ciudad de Rosario.
La policía informó que el sangriento episodio ocurrió el pasado domingo a la mañana, en una vivienda de la vecina ciudad de Funes, cuando María del Carmen Rómbola finalizó una discusión que mantenía con su compañero Osvaldo Alfredo Godoy, de 37 años, con un disparo realizado con un revólver calibre 32, que lo mató.
Horas más tarde, la mujer, ayudada por su amigo Andrés Daniel Piscoto, de 42 años, trozó el cuerpo de Godoy en 25 pedazos y lo cubrió con cal y agua, después de depositarlo dentro de un tanque.
Tres días después, el miércoles pasado, la mujer se presentó en una huerta comunitaria de la zona oeste de la ciudad de Rosario y, con el argumento de que realizaba tareas sociales para la Municipalidad de la ciudad, pidió que los jóvenes que trabajaban en el predio prepararan una pozo para confeccionar la base de un horno comunitario.
La investigación policial comenzó el domingo pasado cuando los vecinos de Funes denunciaron haber escuchado una fuerte discusión, seguida de tiros, proveniente de la vivienda de Brandsen y Lavalle que ocupaban Rómbola y Godoy, quienes vivían en pareja.
La propia mujer, en la puerta de la casa, desalentó ese domingo a los policías que concurrieron al lugar, asegurándoles que ella "no había escuchado tiros, ni nada" y expresó que su pareja iba a volver "más tarde".
Sin embargo, Godoy no regresó y el jueves los detectives de la Brigada de Homicidios detuvieron a la mujer quien, presionada por las circunstancias, esta mañana confesó el crimen, según dijo la policía.
Rómbola contó que tras matarlo a tiros pidió la colaboración de Andrés Daniel Piscoto, su ex novio y con quien todavía mantenía relaciones sentimentales.
La mujer relató que llevaron el cadáver de Godoy a un galpón ubicado en el fondo de la vivienda, donde con una máquina amoladora y una sierra, descuartizaron el cuerpo con el fin de facilitar su desaparición.
Primero le separaron los pies, luego los brazos y la cabeza y por último lo sumergieron en un tanque que contenía 200 litros de cal viva, precisaron las fuentes.
Después se dirigieron a la huerta ecológica comunitaria, un emprendimiento municipal, donde solicitaron un predio con la excusa de construir un horno de barro para preparar comidas criollas, como pan, empanadas y pastelitos de dulce.
El lunes pasado emprendieron la excavación, el martes prepararon la loza de cemento y el miércoles trasladaron en el baúl de un automóvil Renault 12, propiedad de Piscoto, el cuerpo descuartizado.
Finalmente, la mujer confesó el crimen y precisó con exactitud el lugar donde lo habían enterrado.
Las mismas fuentes señalaron que vecinos de la localidad santafesina de Funes habían alertado a la policía del lugar que el domingo pasado escucharon varios tiros, provenientes del domicilio ubicado en Brandsen y Lavalle, donde se encuentra la vivienda de María del Carmen.
Como consecuencia de las tareas de investigaciones realizadas por la Brigada de Homicidios, en las últimas horas de anoche se detuvo a la mujer y a su compañero, quienes confesaron la autoría del crimen.
La mujer quedó detenida a disposición del juez de instrucción penal, Osvaldo Barbero, imputada por homicidio.
En tanto, su compañero fue detenido como supuesto cómplice de la mujer, acusado de haber cortado en 25 partes el cuerpo de la víctima con sierras y una amoladora.
Distintas brigadas policiales conducidas por el jefe de la división homicidios, comisario José Luis Juárez, se presentaron esta mañana en la huerta comunitaria, ubicada en calle Monteflores 7400, del barrio Belgrano y realizaron una excavación en el lugar donde fue enterrado Godoy.
Luego de tres horas de trabajos, extrajeron las 25 partes en que quedó cortado el cadáver, que se encontraban debajo de una losa que cubría un pozo de un metro y medio de profundidad.
Hasta el lugar llegaron más de un centenar de vecinos que manifestaron asombro ante el engaño del que fueron víctimas por parte de la falsa coordinadora comunitaria que pretendió encubrir el crimen.(DyN y Télam)