Acaba de editarse el Diccionario del habla de los argentinos, que se abre con los nombres de los integrantes de la Mesa Directiva, de los académicos honorarios y los de número. El presidente de la Academia es Pedro Luis Barcia, el secretario general, Rodolfo Modern, y el tesorero, Federico Peltzer. A continuación figuran los académicos de la Comisión "Habla de los argentinos"; los del Departamento de Investigaciones lingüísticas y Filológicas, y la lista de colaboradores. A vuelta de hoja, comienza el estudio medular por parte de su presidente acerca de los Diccionarios del español en la Argentina. Tras la introducción el estudioso pasa revista a los Glosarios escritos por poetas y viajeros, autóctonos o extranjeros que recorrieron estas tierras; a Vocabularios y Diccionarios de ruralismos, de voces gauchescas, de americanismos, de indigenismos y provincialismos, incluidos los del Río de la Plata; sobre el lunfardo, términos especializados y jergales; y diccionarios de "argentinismos" hasta llegar a este último que estamos presentando.
Pero �qué alcance tiene la voz "argentinismo"? Dentro de las posibles opciones se eligió, en este caso, una intermedia, es decir, los usos léxicos diferenciados de los de España, en vocablos y acepciones; en otras palabras, se registran términos y usos del español argentino diferentes del español peninsular.
Ímprobo y plausible trabajo el de don Pedro Luis, pues de manera cuasi cronológica ilustra las vicisitudes de tarea tan dilatada como ininterrumpida de eruditos y/o aficionados a la lexicografía, quienes a lo largo de centurias hicieron acopio de voces con el agregado, en ocasiones, de los correspondientes significados y descripción de los objetos de referencia, llegando a veces a completas y precisas definiciones.
La estructura de cada artículo o entrada es múltiple: abarca la acepción o acepciones, las citas literarias con el vocablo o expresión, y algunos de los nombres de quienes los emplearon en sus obras literarias. El lema que encabeza cada artículo va seguido de marcas gramaticales (género, número, clase de palabra, etc.), etimologías (si son indigenismos o provenientes de otros idiomas modernos), de áreas de localización, matices semánticos (sentido figurado), cronológico (desusado, poco usado), de valoración del uso social (formal urbano, familiar, vulgar y muy vulgares), y los que apuntan a la intención del usuario (despectiva, humorística, eufemística). Ilustramos con el siguiente extracto: "boliche. m. Establecimiento comercial modesto, especialmente el que se dedica al despacho y consumo de bebidas y comestibles. R.J.Payró, Australia, l898, l53: `...pagándole con vales que sólo tienen curso en su establecimiento (un boliche con bebidas y un poco de ropa)' ". Sigue lista de autores." 2. Bar, discoteca. E. Goldar, Vida, l980, l69: `Quien se precie debe evitar boliches (y) recluirse en alguna casa y hacer un party"'. Lista de autores.
Libro largamente esperado, útil, exhaustivo, confiable, funcional, abierto a inevitables ajustes y nuevas inclusiones, puesto que no pretende agotar el tema, dado que se trata de un "campo perfectible y seguramente en constante revisión", según palabras del presidente de la ilustre corporación.
Enrique José Milani