La provincia deberá pagar por haber condenado a un inocente
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Rosario (C).- Un tribunal de Rosario condenó a la provincia de Santa Fe a resarcir con 76.500 pesos a Leandro Martín Riboldi Ursiny por los 14 meses y 13 días de prisión que pasó bajo la acusación de haber cometido dos violaciones, dos robos y dos actos de privación ilegítima de la libertad. Riboldi llegó a ser condenado a siete años de prisión por esos delitos pero a 16 días de notificado un médico arrestado por un intento de robo simple confesó, sin que nadie se lo pidiera, ser autor de los ataques que habían supuesto aquella condena. El fallo obliga a la provincia a responder por "defectuosa administración de justicia".
El fallo fue resuelto por el Tribunal Colegiado de Responsabilidad Contractual N� 1 de Rosario, integrado por los jueces Ricardo Netri, María Angélica Rodríguez y María Serra, quien reconoció la acción civil interpuesta por el abogado Eduardo Scolara. Y significa, de quedar firme, la reparación definitiva del calvario vivido por Riboldi, detenido a los 24 años, el 15 de septiembre de 1998 bajo la acusación de ser el violador serial que atacaba a jóvenes estudiantes en departamentos de la zona céntrica rosarina. Lo había imputado el padre de una ex novia del joven que aseguraba que su ex yerno tenía una fisonomía semejante al violador y que había tenido conductas equívocas que inducían a la sospecha.
Leandro, que estuvo confinado en el penal para autores de delitos sexuales de la comisaría de Arroyo Seco, siempre se manifestó inocente. El juez de Instrucción Juan José Pazos lo procesó como responsable de dos violaciones, robo y privación ilegítima de la libertad. La fiscal Graciela Argüelles convalidó la pesquisa pidiendo 12 años de prisión. Y el juez de Sentencia Ernesto Genesio le impuso 7 años de condena.
No obstante, tras el ataque fallido a un departamento situado a cinco cuadras de la terminal rosarina, Néstor Omar Fica, un médico pergaminense recién recibido, fue apresado. Cuando comparecía en la comisaría 6� dejó perplejo al sumariante al decirle: "Quiero confesar algo porque por mi culpa está preso un inocente". Allí se manifestó autor de una veintena de casos de violación. Describió en detalle cómo y cuándo actuó. Dos de esos casos eran los episodios por los que Leandro había sido condenado. Era el 8 de noviembre de 1999. El 27 de ese mes Riboldi salió en libertad.
Lo significativo, según el planteo su defensa, es que Riboldi días antes había sido sentenciado en un proceso donde ni siquiera se le concedió el beneficio de la duda. En el trámite dos de las víctimas indicaron que el muchacho era "parecido" al agresor aunque con otros rasgos de la cara. Tampoco hubo rastros genéticos compatibles entre las muestras de sangre del joven y los restos orgánicos que quedaron en las prendas interiores de las mujeres atacadas.
Una pericia caligráfica de un perito policial dictaminó que la escritura de Leandro era la misma que la nota dejada por el violador en el departamento de una víctima. Eso fue refutado por la perito Gabriela Tudela pero el tribunal no lo consideró. En febrero de 2002, Fica fue condenado a 20 años de reclusión por 14 hechos de violación. Cumple la sentencia en la cárcel de Rosario. La condena de Riboldi fue revocada por la Sala II de la Cámara Penal.
"La demanda no se fundó en un error sino en la deficiencia o falta de servicio de justicia. Nosotros afirmamos que la administración de justicia dijo que la verdad era blanca y resultó ser negra", señaló Scolara, el abogado que litigó por la compensación.
Leandro Riboldi no solamente estuvo 14 meses preso siendo inocente, sino que esa forzada reclusión le costó la ruina económica a su familia. Marcelo, su padre, vendió su única propiedad para sufragar las costas del juicio. Y el joven quedó privado de su salario como ordenanza del Hospital Centenario en ese lapso. Hoy el joven, de 30 años, recuperó ese puesto de trabajo, vive en pareja con su novia de entonces, con quien tuvo un hijo hace pocos meses.
Víctor Corvalán, que defendió a Riboldi en el proceso penal, se indignó por lo que consideró una indemnización muy baja por su padecimiento. Pero remarcó que, incluso, "también los tribunales penales nos dijeron que no cuando pedimos que las costas del procedimiento las pagara el Estado. Como si las costas de un proceso pudieran confundirse con la indemnización. El inocente afrontó los gastos. Todos los días la Justicia está absolviendo gente y los gastos de abogados los pagan los absueltos", dijo a Radio Dos.