El celebrado filósofo Gilles Deleuze consagró al cine dos libros "La imagen-movimiento. Estudios sobre cine 1" y "La imagen-tiempo. Estudios sobre cine 2", y la profesora Paola Marrati se dedica en "Gilles Deleuze. Cine y filosofía" a analizar esos dos libros según tres ejes: el aporte innovador de los análisis de Deleuze en el campo de las teorías del cine; las apuestas filosóficas de alcance general y el lugar que los mencionados libros ocupan en la bibliografía de Deleuze.
Deleuze se sitúa a contracorriente a los dos grandes tendencias teóricas actuales: el estudio realista y fenomenológico, por un lado, con André Bazin a la cabeza, y el estudio lingüístico y psicoanalítico que se impuso durante la hegemonía estructuralista, con Christian Metz como una de sus figuras más reconocidas, por el otro.
El proyecto de Deleuze es individualizar la "esencia" del cine, describir lo que le pertenece como propio, analizar cómo y según qué modelos singulares el cine piensa directamente en las imágenes. Para describir esa especificidad, Deleuze propone una clasificación de diferentes tipos de imágenes fílmicas. Esa clasificación gira alrededor de dos conceptos claves en su filosofía: el de imagen-movimiento y el de imagen-tiempo. Estos dos conceptos ofrecen a Deleuze los medios para producir una semiología propiamente cinematográfica de gran riqueza: el concepto de imagen-movimiento permite situar en una nueva perspectiva los debates que conciernen a la relación del montaje con el plano, así como la cuestión de la relación entre cine y narración; el concepto de imagen-tiempo le permite dar cuenta de la mutación acaecida en el cine de posguerra, de la fractura entre el cine "clásico" y el cine "moderno". Son conceptos "estrictamente filosóficos": "Lo propio del cine es producir imágenes que son irreductibles al modelo de una percepción subjetiva". Publicó Nueva Visión.