En el estadio de Ferro
Pearl Jam ofreció uno de los mejores shows del año
Los músicos estadounidenses actuaron ante más de veinte mil personas.

Los estadounidenses de Pearl Jam concretaron el primero de sus dos shows inaugurales en una histórica visita a la Argentina, ante un colmado estadio de Ferro que disfrutó de un concierto brillante, con momentos de furia, y calma, interpretado por una de las mejores bandas del rock mundial.

Más de 20 mil personas recibieron en Ferro a Pearl Jam, una banda que marcó a fuego los años '90 -encabezando la movida grunge junto a Nirvana-, pero que ha traspasado el correr del tiempo en un nivel artístico envidiable y manteniendo una honestidad profesional alejada del vedettismo y de cualquier actitud mercenaria.

Superada la explosión inicial de la década pasada, el quinteto construyó una carrera destacada, editando un disco cada dos años, realizando giras constantes, siempre con el acierto suficiente como para convertirse en la voz de jóvenes del mundo entero.

En los '90, Pearl Jam fue la banda de la generación X -la de los jóvenes sin perspectivas de futuro y a mitad de camino entre los yuppies y los hippies-, pero en su trayectoria alcanzó a otras camadas de público, a tal punto que, quizá, ahora esté dando vuelta el abecedario generacional.

Puntualmente, a las 21.15, la banda subió al escenario y recibió la primera ovación de la noche. Vedder, luciendo un look Jesús, con pelo apenas por encima de los hombros, y barba, descorchó una botella de Luigi Bosca tinto y brindó a la salud del público para arrancar el show con el tradicional "1, 2, 3, 4".

La canciones "Breakerfall", del álbum "Binaural" (2000); "Corduroy", del disco "Vitalogy" (1994), y "Do the evolution", del cd "Yield" (1998), permitieron descubrir que los estadounidenses iban a jugar de local porque la gente atronó Caballito con el "Do the evolution", sorprendiendo a sus autores.

Vedder abrió nuevamente la botella de vino, bebió otro trago, y les pidió perdón a los vecinos de Caballito porque "esta noche no podemos bajar el volumen", y le dio paso a "Animal", canción del disco "VS" (1993).

Actitud melómana

Más allá de que sus inicios estuvieron marcados por la influencia de Led Zeppelin, Black Sabbath, la fuerza punk de Los Ramones y los Clash, a lo largo de los años los Pearl Jam desplegaron su propio sonido a partir de su actitud melómana en una búsqueda que en los últimos años los ha llevado a recorrer el camino desandado por Neil Young.

Para "Even Flow", hit del iniciático "Ten" (1991), Ferro ya estaba del lado de Pearl Jam y, a pesar de tratarse de una canción vieja, la banda la tocó como si fuera la primera vez, en una actitud generosa hacia la gente, que cantó cada línea, a tal punto que Vedder se aferró maravillado al micrófono y disfrutó de esa actitud.

A lo largo de la noche y apoyado en la brillantez de McCready y Gossard, pero también en la monolítica y talentosa base que constituyen Cameron y Ament, el conjunto se entregó al show y al público de manera generosa, sin demagogia, en una lección que debería ser incluida en el Manual del Rockero Argentino para que muchos artistas locales la imitaran.

A "Even Flow", le siguió "I am mine", de la última producción "Riot Act" (2002); a esta, "Once", de "Ten", y luego, "Daughter", de "VS", en los que la banda demostró su clase y estilo para las sutilezas en canciones a medio tempo.

Los solos que McCready y Gossard se alternaron aportando un nuevo color al show, pero también el manejo que Ament hizo de un contrabajo eléctrico en "Daughter" confirmaron que, en Pearl Jam, la conjunción de sus muy buenos instrumentistas genera un todo brillante.

Es digna de destacar la preciosa "Given To Fly", con la intervención exquisita de McCready y el sorprendente trabajo de Gossard con un dobro, y el aporte del pianista invitado Adam Kasper.

Ni qué hablar de la voz de Vedder, que demostró encontrarse 10 puntos y que le aportó color a una canción en la que la audiencia fue la estrella porque cantó toda la canción, y finalizó con el "Oh, Oh" que cierra esa pieza, mientras la banda iba apagando la canción lentamente, para darle paso a otra ovación, y para que los músicos aplaudieran a la audiencia.

Platos fuertes

Pero uno de los platos fuertes se dio al promediar el show, cuando sonaron los acordes de "Jeremy", otro hit de "Ten" y canción maldita que hizo que la banda se alejara de las marquesinas hasta el punto de negarse a hacer videoclips durante años.

Pero, a diferencia de Nirvana, que en su visita se negó a tocar "Smells like teen spirit", los Pearl Jam arremetieron con "Jeremy" y lo dejaron en manos de la gente, que así fue saciando tantos años de espera.

"Better man", de la placa "Vitalogy", arrojó un cierre mágico en otra canción de medio tiempo en la que la banda y la voz de Vedder demostraron su vigencia, y la audiencia fue partícipe entregándoles el carnet de locales a los estadounidenses.

Para el primer bis, Vedder recordó que visitó la Argentina hace siete años, acompañando a los Ramones, le rindió homenaje al guitarrista Johnny Ramone y la gente lo interrumpió para corear el "Hey ho let's go" tradicional de la banda neoyorquina, apoyado por el bombo de Cameron.

Esto dio paso al clásico ramonero "I believe in Miracles", en el que la participación de la gente volvió a dejar a Vedder emocionado y extasiado, aferrado a su micrófono mientras la audiencia se hacía cargo del estribillo.

Adrián Mouján-Télam