El próximo 7 de mayo cumplirá cien años de su inauguración
Declaran patrimonio institucional y edilicio al ex Colegio Nacional
Fue una de las primeras escuelas de carácter laico de la ciudad. Su creación respondió a una necesidad histórica de formar jóvenes bachilleres con espíritu democrático sin distinción de religión o ideología.

De la redacción de El Litoral

Mediante el decreto N° 3114, el gobernador de la provincia dispuso declarar Monumento Histórico y, simultáneamente, Patrimonio Institucional a la Escuela de Enseñanza Media N° 440 Simón de Iriondo, más reconocida como el Colegio Nacional.

La institución cumplirá el próximo 7 de mayo de 2006 el centenario de la inauguración de sus cursos que en un principio se instaló provisoriamente en el chalet de Eugenio Alemán, en la esquina de Tucumán y Urquiza (demolido en la década del '70).

Esa fecha será propicia para estrenar este doble reconocimiento por su trayectoria educativa en la ciudad y por la particularidad del edificio que le valió ser incluido en el grupo de inmuebles a preservar para la posteridad.

El decreto -que lleva la firma del gobernador Jorge Obeid y del ministro de Gobierno, Roberto Rosúa- destaca que la creación del Colegio Nacional respondió a un proyecto iniciado en 1904 por una comisión de vecinos encabezada por el Dr. Manuel J. Menchaca, apoyada por senadores y diputados nacionales y provinciales, dirigentes políticos y altas personalidades santafesinas, y alentada por el entonces gobernador de la provincia Rodolfo Freyre.

Como institución se le reconoce "haber respondido a una necesidad histórica y haber representado el espíritu de la nueva Argentina que se gestaba a principios de siglo".

Entre los fundamentos del decreto, se advierte, además, que "sus fundadores supieron interpretar una mentalidad nueva abierta a todas las ideologías, todos los credos y todos los pensamientos que respondían al espíritu democrático", y que constituye "una institución educativa de profundo arraigo y reconocimiento en la identidad santafesina".

"El colegio forma parte de la memoria colectiva de incontables generaciones que se formaron en sus claustros, y por sus aulas transitaron prestigiosas personalidades de la educación y la cultura de la provincia de Santa Fe", agrega la disposición.

En la historia social y educativa de la ciudad continúa siendo "el Colegio Nacional" tal como está grabado en su fachada, aunque actualmente se denomina Escuela de Enseñanza Media Nº 440, después de su transferencia a la provincia en 1993.

"El proyecto del colegio Simón de Iriondo destaca la importancia que tuvieron estas escuelas en todo un proyecto de país. Fue una de las primeras no católicas, y la idea del bachillerato era formar una elite dirigente sobre la base a los principios de la ley 1420, es decir, con educación laica y gratuita", señaló la directora Graciela Gómez, quien fue la que inició los trámites ante el Archivo General de la Provincial el 7 de mayo de este año.

De cementerio a escuela

En cuanto a su planteo arquitectónico y emplazamiento urbano, el gobierno considera que el ex Nacional "constituye una edificación representativa de las más importantes obras públicas construidas en la ciudad dedicadas a la enseñanza".

Como se recordará, el lugar donde se construyó el edificio -Mendoza 3051- es el mismo que desde el siglo XVIII ocupaba la Capilla de San Antonio y el cementerio anexo. En 1905, el Obispado vendió al Consejo General de Educación el terreno con la capilla.

Fueron numerosos los proyectos que surgieron para convertir al solar en una plaza, pero finalmente se lo destinó para el colegio, previa donación que en 1915 hiciera la provincia a la Nación, año en que se colocó la piedra fundamental.

Sus valores arquitectónicos lo definen como un ejemplo academicista con una estructuración clásica de neto volumen prismático rodeado de jardines limitados por rejas de hierro que se interrumpen en el ingreso con una amplia vereda y escalinata de acceso al pórtico en el que se sostiene un friso con el nombre del colegio y el escudo nacional.

La calidad del diseño y la construcción otorgan a la obra notables valores, siendo un claro exponente de las contradicciones estéticas del momento que en la adopción de un predominante criterio clásico se contrapone con las techumbres de tejas españolas a modo de conciliación con las tendencias neocoloniales de la época.

La Dirección Nacional de Arquitectura fue la responsable del proyecto y ejecución de la obra que quedó concluida en 1927. El edificio se encuentra contemplado en la Ordenanza Municipal N° 10.115, que preserva el patrimonio cultural histórico y artístico de la ciudad de Santa Fe.

Con esta declaración de monumento histórico provincial, se consideran como inmodificables su fachada y áreas de distribución interior, conforme lo propone el Archivo General de la Provincia, dependiente del Ministerio de Gobierno, Justicia y Culto.

Egresados famosos

La dirección escolar se encuentra abocada a preparar el acto formal y la cena aniversario para el 5 y 6 de mayo, respectivamente. Para esa fecha se espera tener lista la página web de la institución donde figurará la nómina de egresados. Entre ellos, hay varias personalidades como el escritor Juan José Saer, el cineasta Fernando Birri, el poeta Francisco "Paco" Urondo y el periodista Jorge Conti, entre otros.

Tres manueles y una idea

La idea de crear un colegio que tenía por finalidad una educación para los jóvenes sin discriminación por riqueza, origen o credo generó un gran debate entre quienes se mantenían en la postura de la enseñanza católica y sostenían que la iniciativa estaba amparada por la masonería, reorganizada en 1895 y dirigida por un sector más activo que canalizaba su acción a través del Centro Litoral Bernardino Rivadavia y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos.

Esas instituciones habían iniciado una campaña para recolectar firmas que avalaran el proyecto. Poco a poco los ánimos se fueron calmando y nacería el Colegio Nacional.

Las clases comenzaron a dictarse el 7 de mayo de 1906 con 75 alumnos que estaban bajo la dirección de Avelino Herrera, reemplazado al año siguiente por Domingo Silva. Su primer local estaba ubicado en calle Tucumán y Urquiza, pero con el correr del tiempo y el crecimiento del número de estudiantes se debió trasladar a un edificio ubicado en San Martín entre Moreno y Corrientes propiedad de Rodolfo Freyre.

Con la necesidad de construir una casa de estudios adecuada se forma una comisión encabezada por Manuel Menchaca, Manuel Beney y Manuel Frutos, que se la conoció con el nombre de "Los tres manueles". Así se llega al año 1915 con la colocación de la piedra fundamental en el mismo lugar donde hoy funciona.

La obra del edificio finalizó en 1927 y más tarde debió ser ampliado debido a la creación del Liceo Nacional de Señoritas, que funcionaba por la tarde, y del Bachillerato de las Estrellas, como se denominaba al nocturno.

En 1936 se decide bautizarlo con el nombre de Escuela Nacional Simón de Iriondo en homenaje a quien fuera gobernador de la provincia entre 1878 y 1882. Hoy en día, con el traspaso de las escuelas nacionales al ámbito de la provincia, cambió su denominación por la de Escuela de Enseñanza Media N° 440, aunque en la memoria colectiva se la reconoce simplemente por "el Nacional".

(*) Fuente: "Para conocernos", de Luis Mino