DyN/De la redacción de El Litoral
El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, cardenal Jorge Bergoglio (Buenos Aires), negó hoy que exista malestar por los recientes nombramientos de obispos, algunos de los cuales no figuraban en las ternas remitidas oportunamente a Roma.
El purpurado porteño consideró, además, que es "una posibilidad abierta" el encuentro con el presidente Néstor Kirchner, con quien no se reunió en 2005 por diferencias de apreciación en el Caso Baseotto y por un documento del Episcopado donde se advertía sobre posibles "manifestaciones violentas" a raíz del ensanchamiento de la brecha social.
"Se hizo una lectura política de una situación que es eclesial", se quejó el primado de la Argentina a su arribo al aeropuerto de Ezeiza, tras un viaje al Vaticano que incluyó versiones encontradas sobre una audiencia con el papa Benedicto XVI, y que voceros eclesiásticas definieron como "difícil".
El purpurado porteño consideró que "todas" las decisiones del Papa en cuanto al perfil que debían tener los obispos argentinos estaban "bien hechas", e insistió en que las especulación sobre un conflicto en este sentido no corresponden al "espíritu eclesial" que prima en la Iglesia.
También rechazó que se haya disgustado por el nombramiento de monseñor Oscar Sarlinga en la diócesis de Zárate-Campana, al definirlo como un "excelente obispo".
En nota con el periodista Sergio Rubín para Clarín, al ser consultado si había sido recibido por Benedicto XVI, respondió: "Yo tenía una agenda preparada y no estaba prevista una audiencia con el Papa, no la pedí. Iba con puntos muy concretos y lo principal era participar de la reunión del Sínodo de Obispos" y al ser interrogado si lo había sorprendido la designación de Mons. Sarlinga dijo "no, porque es un excelente obispo".
Bergoglio llegó al país en medio de una polémica por la designación de obispos, en su mayoría catalogados como "conservadores", y por la incertidumbre que existiría en el seno del Episcopado por una decena de cargos en sedes vacantes que resta cubrir.
"En el Episcopado hay gran espíritu de comunión, nos entendemos muy bien. Por supuesto, sobre diversos aspectos hay diversos pareceres, pero se tratan como hermanos, en espíritu de comunión", enfatizó en diálogo con la prensa.
Los prelados más cuestionados, aunque el viernes recibieron el respaldo de sus antecesores, fueron monseñor José Luis Mollaghan y Fabriciano Sigampa, nombrados como arzobispos de Rosario y Resistencia, respectivamente.
Ambos recibieron ayer una comunicación telefónica del cardenal Bergoglio.
"Tuvo la gentileza de llamarme para decirme que nada de lo que se está diciendo es cierto y que había viajado a Roma por otras cosas", reveló monseñor Sigampa, en declaraciones al Canal 2 de televisión de La Rioja, ciudad en la que reside hasta que asuma su nuevo cargo.
El arzobispo electo de Resistencia había aclarado el domingo que "no he buscado el ascenso, como piensan muchos y tampoco me nombró el gobierno.
Solamente acepté la voluntad del Papa, que me ha pedido que aceptara este ofrecimiento".
Monseñor Sigampa respondió de este modo a las versiones sobre posibles molestias en el Episcopado por esa promoción, a pesar de no contar con la recomendación de sus pares.
"No me extrañan estas cosas, no me hacen mella porque lo esperaba", dijo monseñor Sigampa.