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José Luis Pagés
Los diecinueve pasajeros, chofer y acompañante de un ómnibus del Tata Rápido que fue arrollado por un tren del Belgrano Cargas en un cruce ferroviario de la ciudad de Barrancas salvaron sus vidas providencialmente esta madrugada.
Como ellos, idéntica suerte corrieron los tres ocupantes de una camioneta afectada al servicio de Aufe, vehículo que resultó destruido en la emergencia.
El micro que había salido a las 23 desde la terminal de ómnibus de la ciudad de Rosario tenía por destino nuestra ciudad y había dejado buena parte de los viajeros en pueblos y localidades emplazadas a lo largo de la ruta nacional 11.
Al parecer, alrededor de las 1.15 el chofer del colectivo del Tata intentó trasponer el paso ferroviario en momentos que la máquina que tiraba de varios vagones surgió de las sombras de la noche para levantar la unidad con el paragolpes y arrastrarla a lo largo de la vía por más de cincuenta metros. El grave percance involucró además a los tres ocupantes de una camioneta de Aufe que aguardaba el paso junto a la vía. Este rodado terminaría también varios metros más adelante, tirado a un lado del terraplén.
Los gritos, las corridas, los momentos de desesperación y el estado de los vehículos accidentados hizo fácilmente imaginable consecuencias terribles para las personas involucradas en el desastre, pero enseguida, tras el arribo de policías y socorristas se podría ver que las consecuencias no habían sido de la magnitud que se temía.
El Departamento de Relaciones de la Policía santafesina informó que a la 1.10 se produjo el accidente sobre la ruta nacional 11, en un paso a nivel ubicado en la localidad de Barrancas, departamento San Jerónimo.
El grave percance ocurrió -según la fuente oficial- cuando por ese lugar circulaba un tren de carga de la empresa Belgrano que tiraba de 32 vagones cargados con granos de soja.
La máquina, según informe policial, era guiada por el maquinista Luis Troncoso un vecino de Laguna Paiva, de 54 años de edad, cuando por causas a establecer entró en colisión con el colectivo de la empresa Tata Rápido, interno 22.
Los 19 pasajeros que eran conducidos por el chofer rosarino Carlos Godoy entraron en pánico, pero varios metros más adelante e interminables minutos después vecinos, policías de la Unidad Regional XV y personal de distintos servicios de emergencias, podrían ver que casi todos ellos sólo habían sufrido lesiones de menor consideración.
La fuente oficial refirió que los pasajeros que viajaban con Godoy y que fueron llevados en un primer momento a distintos centros médicos de la región fueron identificados como Norma Farias (34), de Pueblo Irigoyen, Griselda Morales (41), de Gálvez, Brenda Fernández (19), de Yrigoyen, Carolina Acosta (17), Arocena, Betiana Aznare (25), de Santa Fe, Paola Maidana, (22), Coronda. Gabriela Tevez (17), Pueblo Irigoyen, Sandra Insaurralde (34), Fray Luis Beltrán, Carmelo Lezcano (51), de Granadero Baigorria. Edgardo Miranda (17), Coronda, Julio Coria, (37) de Santo Tomé. Roberto Ramírez (29), Coronda.
Como los nombrados también sufrieron golpes y escoriaciones los funcionarios policiales que viajaban como pasajeros; María Gainza (26), Santo Tomé, Osvaldo Acuña (55) de Coronda, Claudio Taberna (35) de Coronda, Julio Coronel (26) Coronda y Gabriel García (30).
Es de hacer notar que en el paso ferroviario de Barrancas no existen barreras pero sí una cruz de San Andrés. También conviene aclarar que el accidente comprometió seriamente a tres empleados de la empresa Aufe que ocupaban una camioneta, vehículo que también fue arrastrado por el convoy.
Quienes viajaban en la Ford F 100 que resultó destruida, Juan Fornes, Jorge Zeballos y José Moliné, todos ellos vecinos de la ciudad de Barrancas, salieron ilesos de la emergencia.