ROSH HASHANA
Comienza el año 5767 para la comunidad judía
En la sinagoga se hace sonar el shofar (cuerno de carnero kasher), que es el precepto central más importante de la festividad de Año Nuevo. Foto: Flavio Raina. 

Mañana por la tarde comenzarán los festejos por el año nuevo, que comprenden dos jornadas. Por ley, el primero y segundo día de Rosh Hashana son feriados en la Argentina para los observantes del rito judío.

DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL-TÉLAM

El año nuevo judío o Rosh Hashana 5767 -según el calendario hebreo- comenzará en la tarde de este viernes y comprenderá dos días de festejos, de un total de diez dedicados a la reflexión, al cabo de los cuales tendrá lugar la sagrada fiesta de Yom Kipur, o Día del Perdón.

En el Año Nuevo es de estilo desear "leshaná tová ticatev vetejatem", saludo que significa: "que seas inscripto y sellado (en el Libro de la Vida) para un buen año".

A la vez, íntimamente, es de rigor preguntarse: "jeshbon hanefesh", que quiere decir: "�Qué he hecho de mi vida?". El judío deberá responder ante Dios, ante sí y ante los otros, por lo malo que hizo o lo bueno que omitió hacer.

De tal forma, el balance no se hace en la vejez, al finalizar la vida, sino cada año nuevo. Rosh Hashana plantea así, mediante el juicio anual, un camino hacia la virtud, cuyo recorrido implica arrepentirse de las malas acciones, ejercer la caridad y recitar la oración.

Entre el Rosh Hashaná (literalmente, cabeza de año) y el Yom Kipur (Día del Perdón) transcurren diez días de penitencia en los que se evoca la vuelta de Moisés desde el Monte Sinaí.

Tras convencer a Dios del arrepentimiento de su pueblo por haber roto las Tablas de la Ley al adorar al becerro de oro, Moisés regresó con el perdón divino y la prohibición de hacer imágenes a su semejanza.

Esto es de una importancia conceptual enorme: no sólo supone evolucionar hacia el monoteísmo, sino elevarse hacia la idea abstracta de Dios, por sobre la percepción sensorial de una imagen o tótem, que puede ser visto y tocado.

TRADICIÓN

La penitencia, que comienza en Rosh Hashaná, culmina en Yom Kipur, momento en que se revisa lo vivido y se obtiene la purificación espiritual.

Sin embargo, la fecha para comenzar a reflexionar, proviene de antes: data desde el último novilunio de agosto, al empezar el mes de elul del calendario hebreo, el cual significa literalmente "el último".

Este año, elul terminará en la tarde del viernes para dejar surgir con la aparición de Venus, la primera estrella vespertina, el mes de tisheri: entre el 1 y el 2 de tisheri, se celebra siempre el Año Nuevo; y el 10 de tisheri, el Día del Perdón.

Los 30 días de elul y los primeros 10 de tisheri, completan con exactitud los 40 que Moisés pasó en el Monte Sinaí, procurando la misericordia de Dios.

El judío que pasó todo elul sin arrepentirse, tiene la oportunidad de hacerlo entre Rosh Hashaná y Yom Kipur, por cuanto es en este último día cuando el deseo expresado en Año Nuevo ("que seas inscripto para un buen año") es efectivamente sellado en el Libro de la Vida.

En la sinagoga, el 1 y 2 de tisheri se hace sonar el shofar (cuerno de carnero kasher), que es el precepto central más importante de la festividad de Año Nuevo: su sonido es un grito hondo, que recuerda a Abraham, a punto de sacrificar a su hijo Isaac para probarle a Dios su obediencia y la dimensión de su fe.

Los judíos celebran su Rosh Hashana con la casa limpia de toda basura y una mesa muy bien servida, sobre mantel nuevo, en la que se destacan los dulces, para que así sea también el sabor del año que se inicia.

También es infaltable el pescado, cuya cabeza se ofrece al dueño de casa -cabeza del hogar- recordándole que es Rosh Hashana -cabeza del año- día en que según la tradición fue creado el primer hombre, Adán, cabeza de la especie humana.