Por razones de edad
Aceptaron la renuncia del obispo castrense Baseotto
El Papa aún no designó sucesor para el prelado que sostuvo un enfrentamiento con el presidente Néstor Kirchner, quien reclamó oportunamente su desplazamiento.

El papa Benedicto XVI aceptó hoy la renuncia que presentó "por razones de edad" como obispo castrense argentino monseñor Antonio Baseotto, a quien el presidente Néstor Kirchner separó de su puesto en 2005, en tanto se aguardaba la difusión del nombre de su sucesor, informó oficialmente la agencia católica Aica.

El Pontífice dispuso que el vicario general, monseñor Pedro Candia, quede al frente del gobierno pastoral de la diócesis castrense hasta la designación del nuevo obispo.>

"La Nunciatura Apostólica en la Argentina comunica que el Santo Padre Benedicto XVI ha aceptado la renuncia presentada por monseñor Antonio Juan Baseotto, ordinario castrense para la Argentina, por razones de edad", subraya la comunicación oficial.>

Asimismo, sostiene que "por el momento, esto es, hasta el nombramiento del nuevo ordinario, en base al artículo IV, 3° del Acuerdo entre la Nación Argentina y la Santa Sede, del 28 de junio de 1957, le sucede en el gobierno el vicario general, monseñor Pedro Candia".>

Monseñor Baseotto formalizó su dimisión el 4 de abril pasado al cumplir los 75 años, tal como establece el Código Derecho Canónico. El cambio era esperado en la Casa Rosada, que en marzo de 2005 desconoció la autoridad de Baseotto como obispo castrense y pidió su remoción a la Santa Sede, aunque las demoras en obtener respuesta a esa solicitud se evaluaron como un "fracaso".>

La idea original del gobierno era que el Vaticano desplazara hace dos años al obispo castrense y nombrara otro en su lugar. La postergación, que generó tensiones con el Episcopado, se produjo porque la Santa Sede consideró que Kirchner actuó en forma unilateral al exigir un nuevo obispo, cuestión de exclusiva competencia del Papa, y hasta -según advirtió entonces el vocero de la Santa Sede, Joaquín Navarro-Valls- pudo poner en juego la libertad religiosa en el país.>

Todavía no hay un candidato firme a la sede eclesiástica castrense pero la terna elevada a Roma por el nuncio apostólico, monseñor Adriano Bernardini, tendría a priori -trascendió- la venia del gobierno.>

Un conflicto arrastrado

Desde febrero de 2005, cuando Baseotto apeló a una alegoría evangélica -que habla de tirar al mar a quienes escandalicen a los niños- para criticar la política sanitaria oficial, el gobierno y el Vaticano analizaron al menos tres opciones para que el obispo se vaya anticipadamente a cuarteles de invierno.

En todos los casos, chocaron con la letra fina del Código de Derecho Canónico y el Concordato que estable las relaciones bilaterales desde 1957. La Casa Rosada rechazó en setiembre de 2006 un ofrecimiento de la Santa Sede para nombrar un coadjutor con derecho a suceder a Baseotto recién cuando renuncie. Primó entonces la negativa de Cristina Fernández de Kirchner, que opinó que el caso exigía tener un obispo con plenas facultades y no que sólo acompañe al prelado cuestionado.>

Tampoco prosperó la idea de cerrar el obispado castrense o darle otro marco jurídico a las capellanías militares, al permitir el ingreso a los cuarteles de rabinos y pastores evangélicos. Y mucho menos, la propuesta de un reemplazo inmediato del obispo como pretendía Kirchner.>

Acuerdo

Conforme al convenio firmado entre el Vaticano y la Argentina en 1957, para la creación de la diócesis militar, el nombramiento del obispo castrense es el único que necesita el aval expreso del presidente de la Nación, por integrar el esquema de las Fuerzas Armadas. No se dice nada sobre la remoción, por eso el Vaticano no aceptó la exigencia de Kirchner hace dos años.

DyN/El Litoral