Clásica y moderna
Por Bibiana Valorzi

Recuerdo a Alejandro Bekes, hacia fines de la década del noventa, acompañando a Pablo Anadón en la presentación de la revista de poesía y crítica Fénix. En esa oportunidad, leyó su traducción de poemas de Shakespeare y dejó en Santa Fe la idea de ser un poeta custodio de la exquisitez clásica.

Testimonian el diálogo permanente con la poesía y la frecuentación de los clásicos poemas sobre autores y personajes de obras que conforman el patrimonio literario de la humanidad. Así como el especial cuidado puesto en lo formal y el esmerado ritmo de los versos resultan en magníficos sonetos y en una sostenida lírica.>

Alejandro Bekes nació en Santa Fe en 1959 y, desde la infancia, vive en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Autor de, entre otros títulos, "Camino de la noche" (1989), "La Argentina y otros poemas" (1990),"País del aire" (1996) y "Los caminos tortuosos (1998, ensayo). Ha traducido una selección de Gérard de Nerval, las "Odas" de Horacio, las "Geórgicas" de Virgilio y poemas de Catulo, Petrarca, Baudelaire, Mallarmé y Auden, entre otros. Es también profesor universitario y crítico.>

Si bien Bekes se inserta en el linaje de sus maestros con una síntesis propia de la literatura universal, su obra excede ampliamente la conversación espiritual con los clásicos y con los mejores padres de la tradición local, pudiendo aplicarse sobre ella múltiples criterios de análisis y tornándose injusta cualquier breve selección al reunir esta antología tantos poemas de infrecuente belleza y calidad.>

Podría verse un trayecto simbólico con tópicos que forman parte de un ser, de un sentir argentino, el recorrido de una identidad común a través de todos aquellos poemas en donde, con gran honestidad, interpreta y construye historias, memorias, paisajes, valores y sentimientos que nos hermanan.>

En el maravilloso canto "Álvar Nuñez encuentra las Cataratas del Iguazú" describe el impacto que siente el conquistador ante la magnificencia de la naturaleza y la pequeñez e imperfección de sí mismo, poema donde incorpora el concepto de Dios, de Creación y criatura, sin olvidar a los habitantes originarios de nuestro suelo: "... Pero ahora, Señor, y sólo ahora / puedo decirme que te he visto".>

El devenir de la inmigración en "La nostalgia de Europa" y en "Alejandro Bekes (1906-1970)", el abandono de la pobreza y el miedo de la guerra, los oficios y la pena de no descansar en la tierra natal; "... Tenía el taller al lado de la casa. /Ganarse la vida no era fácil. /Los chicos enderezaban los clavos viejos".>

En "El uniforme" encontramos algunos de los mejores versos que se han escritos sobre la guerra de Malvinas, que resuenan profundamente argentinos y, a la vez, universales: "... En el ropero de la madre cuelga /vacío para siempre el uniforme...".>

La cara más pobre y desesperanzada de nuestro país, el sueño argentino que no fue, y el enojo y la impotencia ante la última crisis económica en los poemas "La Argentina" y "Concordia en este mayo": "... detrás como un espectro, /la estación, hace tiempo abandonada, /donde la Virgen de Luján reposa /como un cadáver entre las falsas flores /y no hay un tren...".>

En el prólogo, Alejandro Bekes comparte con el lector la pequeña historia del primer cuaderno de su niñez destinado a la poesía cuando, sin saberlo, estaba eligiendo y asumiendo un destino.>

Leemos también: "He escrito desde el margen". Alejado de los centros que posibilitan ser visto en el espacio público con mayor facilidad, Bekes ha ganado el mérito de estar considerado entre los mejores poetas argentinos de la actualidad.>

"Si hoy fuera siempre" es el primer verso del poema "Nosotros", en el cual, a través del arte, se eternizan instantes perfectos. "La poesía y la música son hijas del tiempo, pero la patria a la que quieren volver es la eternidad".>