ANALISIS
Crisis sin jurisdicción
Por Germán de los Santos

Desde hace casi un año la Universidad Nacional de Rosario (UNR) atraviesa una crisis en la que se lograron escribir capítulos que rozaron lo grotesco, y que ha generado una preocupación cada vez más grande sobre el futuro inmediato de esta institución. Algunos rasgos de este particular conflicto dejaron al descubierto la distancia que separa a una minúscula cúpula de dirigentes (docentes, estudiantes y empleados) de los problemas inmediatos y concretos que sufre una comunidad educativa, que se mantiene gracias a la inercia institucional de la universidad. Estas cuestiones son tan notorias y visibles que es incomprensible que nadie se apropie de ellas para, aunque sea, intentar solucionarlas.

Pero los problemas de la universidad no entran en las plataformas de campaña, porque están fuera de jurisdicción. Sin embargo, los protagonistas de la crisis que dejó acéfala a la UNR por 15 días están inmersos en las internas que se juegan el próximo domingo. Por eso, es imprescindible que retorne el equilibrio al ámbito de la UNR, que hasta su fallecimiento garantizaba Ricardo Suárez, ya que no hacen falta salidas tan poco ortodoxas como las que se decidieron ayer -con la designación de dos rectores interinos-, sino un diálogo real y profundo, en el que también la dirigencia estudiantil de la UNR debe hacerse cargo de sus errores.>