Estudiantes y personal de la casa de estudios son víctimas de robos
Preocupan los asaltos en la zona de la Universidad Tecnológica
Les arrebatan celulares y los intimidan -a veces a mano armada- para apropiarse de dinero, aparatos electrónicos y zapatillas. Los ladrones son jóvenes, en su mayoría menores. Algunos estudiantes y trabajadores de la facultad cambiaron su rutina y salen en grupo o se vuelven a sus casas en taxi.

Con armas blancas, revólveres o bajo intimidación son asaltados los alumnos, docentes y no docentes en las inmediaciones de la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional.

Los hechos suceden principalmente de noche y son perpetrados por jóvenes, en su mayoría menores, a pocas cuadras de la casa de estudio. Los ladrones andan a pie o en bicicleta, merodean la zona y transitan por las calles que conducen a las paradas de colectivo. Exigen celulares, plata y zapatillas y no se amedrentan al toparse con grupos.

Las historias se comentan como pan caliente en las aulas y oficinas de la Universidad Tecnológica. Y aunque los asaltos en la vía pública los sufren desde febrero, los testigos sostienen que se incrementaron en los últimos meses.

"Desde que empezaron las clases no hay noche que no haya un alumno afectado. Incluso, al hijo de un empleado de la UTN le gatillaron el arma pero la bala no salió. El jueves o viernes pasado, a tres chicos que esperaban el colectivo juntos les robaron con armas", comenta Sonia, una docente de la casa de estudios, cuyo hijo, Eduardo, fue intimidado por ladrones hace tres semanas.

Sonia, al igual que otras personas, nota que a partir del asesinato de la vecina de Guadalupe hay más policías "de mañana y de tarde; pero de noche no hay".

Esta docente está "preocupada porque no ve presencia policial desde las 7 de la tarde y hasta las 12 de la noche que es cuando los estudiantes salen de la facultad". "Me preocupa como trabajadora de esta facultad, como mamá de un estudiante pero además como miembro de la sociedad porque estamos viendo que hay varios asaltos cometidos por rateritos, no son ladrones que se mueven en auto, son chicos de la calle. Se soluciona poniendo uno o dos patrulleros que se vayan moviendo desde la facultad a las paradas de colectivo".

Solos o en grupos

Eduardo tiene 22 años y estudia ingeniería civil. Le robaron hace tres semanas, cerca de las 11 de la noche, en el camino de la facultad a su casa. Dos chicos que parecían estar alcoholizados lo siguieron unas cuadras por Patricio Cullen. Eduardo simuló atarse los cordones para dejarlos pasar, pero no logró desviar de su objetivo a los malvivientes.

Uno lo frenó y le dijo que se quedara quieto."Pensé en pegarle porque lo vi solo pero apareció el otro por atrás. Cuando me dijo: `Dame todo porque si no te mato o algo así, porque ya no me acuerdo bien, le di el celular que tenía a mano. Pero cuando escucho que el que venía atrás monta una pistola, le di todo", relata Eduardo.

Sonia, su mamá, sostiene que cuando le robaron a su hijo le llamó la atención que la zona parecía "liberada". "Salieron con mi esposo a recorrer el barrio, desde La Lona hasta la Iglesia de San Cayetano, por la costanera y por Guadalupe, lo recorrieron durante dos horas y no encontraron un solo móvil de policía".

Silvina trabaja en la Dirección Académica de la UTN y fue otra víctima de los ladrones, en las inmediaciones de la facultad. El 10 de agosto, luego de pasar la plaza Chaplin, dos personas la interceptaron. "Una me amenazó con un cuchillo y me pidió la cartera. Le decía que no pero cuando me acercó más el cuchillo me asusté. Terminó de tironear la cartera, me rompió el saco que llevaba puesto y se la llevó", relató.

A Valeria, una joven de 19 años, y a sus cuatro amigas le salieron al cruce hace dos semanas, también a la altura de la plaza Chaplin. Terminaron de practicar fútbol en el estadio de la UTN y las sorprendieron para robarles. "Eran dos, tenían más o menos nuestra misma edad y estaban bien vestidos. Nos pidieron primero los celulares, cuando le dije que no tenía me pidieron lo que tuviera". Las chicas escaparon corriendo y a los gritos, y los rateros se fugaron por la ciclovía.

La UTN se ocupa

Las autoridades de la Facultad Regional Santa Fe de la Universidad Tecnológica Nacional (FRSF-UTN) están preocupadas por los robos que sufren alumnos, docentes y no docentes.

El Ing. Jorge Caminos, secretario General de la casa de estudios, dijo que cada vez son "más frecuentes" los asaltos y que "la inseguridad es bastante importante en la zona". "No es en la facultad misma sino cuando la gente termina sus actividades y se va a tomar un colectivo o a otro lado".

Si bien la situación se registra desde hace algún tiempo, Caminos sostiene que "en el último mes, pasó a ser extremadamente preocupante. Convivimos diariamente con gente que se está drogando con pegamento y continuamente hay muchachos dando vueltas por acá. Hemos hecho todas las denuncias correspondientes a todos los lugares posibles, pero vienen, se los llevan y al rato están nuevamente acá. Y esta gente también está causando algunos problemas", comentó Caminos.

"La mayor preocupación es que cuando uno hace la denuncia o habla con la gente te dicen que son menores, que los detienen pero al rato salen. Y con los drogadictos que hay dando vueltas pasa lo mismo. Y uno ve que es así. Viene un patrullero, los cargan y a las cuatro horas están instalados otra vez acá", sostiene el secretario de la facultad.

Los asaltos no son todos iguales. "Hay de todo un poco: manoteos, acciones con violencia; todo depende de cómo reaccione la gente que está siendo asaltada. Han agredido a algunos docentes y hay otros casos que los paran, les dan algo y no pasan a una agresión física", comentó Caminos, tras indicar que están preocupados de que la situación pase a mayores.

Para evitar eso, desde la UTN se comunicaron con autoridades de la comisaría 5°, con personal de gobierno y de la Jefatura de la Policía Provincial.

La respuesta que recibieron es que "toman acciones pero no lo vemos en los hechos", dice Caminos. "Hay un patrullero dando vueltas y por ahí algunos policías, pero nada más que eso. Los asaltos siguen sucediendo", remata la autoridad universitaria, quien dice que hablan en forma permanente "con todos los actores que puedan ayudar" a solucionar el tema.

Cambio de hábitos

Los que fueron protagonistas de robos ahora se cuidan u optan por cambiar la rutina. Quienes viven cerca de la facultad utilizan taxis y remises, los demás salen en grupo para tomar el colectivo o esperan que alguien los pase a buscar en auto. Pero más allá de las precauciones que toman, no se sienten seguros. Queda el miedo, la incertidumbre de que vuelva a pasar.

"Antes salías tranquila, ahora tenés que tomar todos los recaudos del caso: no andar con bolsos grandes, el celular te lo tenés que meter dentro del vaquero, no podés llevar billetera y tenés que andar con la plata justa porque corrés el riesgo de que te desvalijen", sostiene Gladys, una empleada de la Universidad que trabaja en el Departamento de Concursos de la Dirección de Recursos Humanos y que se salvó de ser asaltada gracias a que pidió auxilio a un vecino.

"Hace cuatro años que vivo en esta zona. Siempre alquilo por acá para ir caminando hasta la facultad. Ahora tengo que arreglar con mi novio para que me vaya a buscar o molestar a alguien en la facultad para que me traiga. No es como antes que vos salías tranquila y en 5 minutos estabas en tu casa", agregó Gladys.

Similares medidas toma Valeria, que a partir de las 20 horas vuelve en taxi hasta su casa. Eduardo comenzó a utilizar la bicicleta, porque así se siente más seguro y Sonia se compró un auto para unir el camino de su casa a la facultad, o si va sin móvil espera a que alguien la acerque o acompañe a su casa.