Opinión
Cómo hacer atractiva la matemática
Por Ricardo Scholtus (*)

Son cada vez más marcadas y extendidas las falencias en conocimientos básicos y elementales que presentan los estudiantes de distintos niveles y jurisdicciones en nuestro país.

Las deficiencias más señaladas se refieren a la comprensión de textos y a matemática elemental.

Se manifiestan en fracasos masivos en los exámenes de ingreso, tanto a las escuelas medias como a las universidades. En su desempeño ya como estudiantes regulares tampoco satisfacen las expectativas mínimas de parte de los docentes y de las instituciones educativas.

Sin que pretenda servir de consuelo, el problema no resulta ser exclusivamente nuestro. Con diferentes connotaciones también se refleja en países desarrollados. Al parecer responde a múltiples causas, incluyendo pautas culturales que vienen de la mano de la invasión de las nuevas tecnologías audiovisuales tales como televisión, Internet, etc.; pero también de las condiciones sociales, y la desvalorización de la familia y del trabajo y el esfuerzo como sostenes de la forma de vida.

La duración del fenómeno ha penetrado todo el sistema educativo, y como dice Adrián Paenza, "la matemática que se enseña en el colegio atrasa cuatrocientos años".

A diferencia de la Física, la Matemática no es una ciencia experimental. Se relaciona más con la lógica y ayuda a organizar los razonamientos orientados a resolver un problema. Estudia lo "propio" de las regularidades, las cantidades y las formas, sus relaciones, investiga estructuras y conceptos abstractos, desarrolla generalizaciones y herramientas útiles para cálculos frecuentes.

Desde el fondo de la historia, su desarrollo tiene que ver con la búsqueda de soluciones a problemas concretos por parte de científicos, que crean nuevas herramientas. Investigan estructuras abstractas a partir de axiomas, acuden a la lógica, y definen nuevos símbolos para representar, desde las operaciones más sencillas hasta las más complejas. Establecen poderosas notaciones sin las cuales sería imposible entenderse y comunicarse sobre tales temas.

Así como puede resultar apasionante recorrer el camino que va desde el planteo del problema hasta su solución, enseñar las herramientas teóricas con el argumento de que "después vas a saber para qué sirve", es lo más parecido a la administración de un purgante.

Es común, sin embargo, poner requerimientos altos de inicio y tratar de enseñar la Matemática toda junta. Lo más probable es que quien logra atravesar los obstáculos sin abandonar la carrera, se olvide lo que aprendió en el momento de aplicarlo.

Hay que trabajar en la preparación de los docentes para convencerlos y encontrar juntos la justificación del aprendizaje, y la forma y oportunidad de impartir los conocimientos.

Se necesita estimular el interés del estudiante, invitándolo a recorrer juntos el camino que se inicia en la presentación del problema.

(*) Decano UTN Facultad Regional Santa Fe