Elisa Santafé-AFP
El rey de España, Juan Carlos I, cumple hoy 70 años, en la cima de la popularidad entre los españoles después de 32 años de reinado, en plena actividad y por el momento con pocos visos de ceder el trono a su hijo.
El rey, que recibió el año en Kuwait después de hacer una visita sorpresa el 31 de diciembre a las tropas españolas movilizadas en Afganistán, es la figura institucional mejor valorada actualmente en España con 6,5 puntos, según un sondeo realizado por Metroscopia en octubre.
Según esa encuesta, el 69 % de los españoles cree que la monarquía parlamentaria es el mejor sistema político para España, y un 80 % cree que la transición a la democracia no hubiera sido posible sin él.
Pero el apoyo social al Rey -que en noviembre alcanzó cotas insospechadas gracias a su mundialmente famoso "�Por qué no te callas?" a Hugo Chávez, una de las 10 mejores frases del año según la revista Time- no es nuevo: en 1978, tres años después de acceder el trono, ya puntuaba un 6,4.
�La razón? El liderazgo que tuvo en la transición de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975) a la monarquía parlamentaria, a pesar de haber sido elegido para ello por el propio Franco en detrimento de su padre, Don Juan.
"El gran rol político de Juan Carlos fue el momento en que decidió renunciar a casi todo su poder para dar paso a una monarquía democrática. Esto es fundamental, y sin este dato, no se puede entender nada", subrayó a la AFP José Peña, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de San Pablo-Ceu.
Peña se refiere al 6 de diciembre de 1978, día en que los españoles aprobaron por referendo la Constitución, que instituía la monarquía parlamentaria como sistema político, tres años después de que Juan Carlos fuera proclamado rey.
La figura del monarca como símbolo de la transición quedó reforzada el 23 de febrero de 1981, durante el llamado "23-F", el intento de golpe de Estado de un sector del ejército que Juan Carlos I frenó con una intervención por televisión en calidad de jefe de las Fuerzas Armadas para apoyar la Constitución.
Su papel en los últimos años ha sido el de "unificador" de las diversas fuerzas políticas, para muchos, aún necesario debido a la fuerte brecha entre derecha e izquierda.
Si se observa su vida privada, las opiniones divergen entre quienes creen que la Casa Real ha sabido adaptarse a los cambios y quienes estiman que debe salir de su hieratismo y conectar mejor con la opinión pública.
Este año, la imagen del rey se ha visto afectada por episodios como la quema de fotos por parte de independentistas catalanes o el juicio a los autores de una caricatura injuriosa en una revista.
Pero Juan Carlos I también ha vivido en 2007 la demanda de abdicación de una parte de la derecha más radical, la crisis diplomática entre España y Venezuela, el fracaso de su facilitación entre Argentina y Uruguay, la protesta de su amigo, el Rey de Marruecos, por su visita a Ceuta y Melilla y la separación de su hija mayor, la infanta Elena.
Esta larga lista de hechos ha sido considerada como errores por algunos, pero como éxitos para el grueso de la población española.
Las críticas al rey vienen "sobre todo del espectro político de la derecha, probablemente porque Juan Carlos no ha cumplido con las expectativas de ésta, que esperaba que el Rey tuviera un papel activo en política" y a su favor, dijo a la AFP Fermín Bouza, catedrático de Opinión Pública de la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque según Bouza, la abdicación en el príncipe heredero, Felipe de Asturias, que cumplirá 40 años el 30 de enero, beneficiaría el traspaso de poderes -ya que éste "lo tendría mucho más fácil" teniendo cerca a su padre-, "hoy ni siquiera sería conveniente", según Peña, debido a los recientes ataques que ha recibido.
"Yo lo veo muy activo, no le veo cara de querer abdicar" y "no parece que entre en sus cálculos", concluye Fermín Bouza.
La mayoría de los españoles confía en la monarquía parlamentaria como institución y valora el papel desempeñado por el rey Juan Carlos.
Éste es el denominador común de los datos recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) desde el año 1984 cuando se plantearon las primeras preguntas sobre la monarquía en España y, desde entonces, se han incluido en una decena de ocasiones en los estudios relacionados con la Constitución y las instituciones.
"Las valoraciones son predominantemente positivas, tanto con respecto a la Monarquía como institución, como en lo relativo a la figura de Juan Carlos", explicó a EFE el presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas, Fernando Vallespín.
Este organismo ha preguntado sobre tres aspectos fundamentales: el grado de confianza en la monarquía, la importancia del rey como árbitro y moderador del régimen democrático español y el grado de importancia de Juan Carlos I para el funcionamiento de una democracia que ha cumplido ya tres décadas.
Según Vallespín, el 70 por ciento de los ciudadanos consultados en estos años considera que el papel como árbitro y moderador del rey Juan Carlos es "bastante" o "muy importante".
Porcentaje similar se obtiene en las respuestas sobre la importancia de su actuación para el funcionamiento de la democracia en España.
Respecto de la monarquía, "sólo queda por debajo del defensor del Pueblo en lo referente al grado de confianza que en ella depositan los españoles y, como institución, aprueba holgadamente, por encima siempre de los grandes líderes políticos", señaló el presidente del CIS.
Los últimos indicadores de ese organismo sobre la monarquía se difundieron en el barómetro de octubre de 2006. En esa ocasión, aprobó con un 5,19, nota sólo superada por la Policía con un 5,76 y el Ejército con un 5,41.
Hasta el año 2004, la monarquía ocupó tradicionalmente el primer puesto como institución que más confianza ofrecía a los españoles que le daban un 7,5 en 1995; un 6,6 en 1997 o un 6,86 en 1998, hasta que fue adelantada por décimas por las Fuerzas de Seguridad y el defensor del Pueblo.