De tres casos sospechosos, en uno la enfermedad se declaró
En Misiones se confirmó el primer caso de fiebre amarilla en el país
Las autoridades sanitarias nacionales confirmaron ayer el primer caso de fiebre amarilla. Se trata de un joven de 24 años, que trabaja en la selva de Misiones y se encuentra internado en la ciudad de Oberá fuera de peligro.

DyN

El director de Prevención de Enfermedades y Riesgos del Ministerio de Salud de la Nación, Hugo Fernández, dijo que se trata de "un hombre de 24 años, que trabaja en la selva de Misiones y que no estaba vacunado".

"Se encuentra bien, fuera de peligro", afirmó Fernández en declaraciones a DyN y sostuvo que el caso forma parte de "otros cien que venimos vigilando, pero solo éste fue confirmado".

La certeza del contagio se produjo semanas después de los casos mortales que se detectaron el mes pasado en Brasil y en Paraguay, que generó desde la Argentina un alerta sanitaria y el envío de vacunas a la zona de frontera.

El funcionario explicó que "es un caso oriundo de la localidad de San Vicente, internado en el Hospital Samic, de Oberá, y está relacionado con el trabajo que realiza esta persona, que se interna en la selva para trabajar".

"El vector que contagió la enfermedad, en este caso, fue el mosquito Haemagogus, un mosquito de ecosistema puramente selvático", manifestó Fernández y explicó que el insecto "Aedes Aegypti es el que contagia la fiebre amarilla en zona urbana".

Mortandad de monos

El director de Prevención de Enfermedades y Riesgos del Ministerio de Salud sostuvo que el caso confirmado de fiebre amarilla corresponde a una persona que trabajaba "en la zona de San Vicente, Piñalito, donde el 24 de enero se descubrió la primera mortandad de monos por fiebre amarilla".

Fernández dijo que el Ministerio "tiene a nivel nacional una vigilancia intensificada de síndromes febriles, por lo que todo interesa para investigar, ya sea por fiebre amarilla o por dengue".

Consultado sobre un supuesto nuevo hallazgo de monos muertos en la selva, el funcionario afirmó que "la persona con fiebre amarilla dijo haber observado monos muertos en la selva, donde trabajó" y dijo que "todo caso sobre monos muertos es investigado".

Por otra parte, recordó que la fiebre amarilla "no se contagia de persona a persona o mediante los monos. Ellos mueren a causa de contagios del vector, igual que los humanos, por los mosquitos". Asimismo, sostuvo que "desde el hallazgo de la primera mortandad de monos (en Peñalito, Misiones) por fiebre amarilla venimos trabajando en la zona. Reforzamos el trabajo".

En tanto, el ministro de Salud de Misiones, José Guccione, precisó que el paciente con fiebre amarilla "al momento de contraer la enfermedad realizaba tareas de desmonte en la zona de Aguas Blancas, un paraje ubicado entre las localidades de Dos de Mayo y El Alcázar".

Se aguarda otro resultado

El funcionario afirmó que el caso "es el primero de los tres que estaban en estudio, de los cuales uno dio negativo y el otro sigue en etapa de estudio".

Guccione descartó la posibilidad de una epidemia en la provincia y sostuvo que ya se vacunaron unas 800 mil personas en Misiones, donde hay una reserva de 100 mil dosis de vacunas contra la fiebre amarilla, que llegaron entre el viernes y el domingo.

El 26 de febrero, el ministerio de Salud provincial difundió a través del director de Epidemiología, Julio Estévez, la aparición del primer caso de fiebre amarilla selvática en humano, pero una hora después el organismo se desdijo y el mismo funcionario declaró que faltaba la contraprueba que confirmara el diagnóstico.

La ministra de Salud, Graciela Ocaña, mantuvo un encuentro el jueves en Misiones con gobernadores, delegados de los países del Mercosur y el representante de la OPS en Argentina para delinear estrategias conjuntas para eliminar riesgos de fiebre amarilla.

En esa oportunidad, la funcionaria manifestó que "resulta necesario restablecer planes de contingencia como programas de vacunación para lograr coberturas óptimas y el mejoramiento de los sistemas de información y de seguimiento epidemiológico frente al riesgo latente" de la enfermedad en la región.

Vacunatorios

Los servicios de vacunación de los hospitales Alassia, Iturraspe y Cullen de nuestra ciudad son los encargados de colocar la vacuna contra la fiebre amarilla.

En el hospital de Niños Orlando Alassia se vacuna contra esta enfermedad de lunes a viernes, de 7 a 17; en el Iturraspe, los miércoles y viernes, de 6 a 10; y en el Cullen, los martes, miércoles y jueves, de 7 a 16. Se debe llevar el DNI. La vacuna está contraindicada para embarazadas, menores de 6 meses, inmunodeprimidos o personas con historial de reacciones anafilácticas.

La enfermedad

A partir de la confirmación del primer caso de fiebre amarilla en Misiones es conveniente recordar las recomendaciones específicas para prevenir esta enfermedad infecciosa, que mata entre un 5 y hasta un 50 % de los infectados, que no llega a tratarse.

Según los datos proporcionados por la UNL, la fiebre amarilla tiene una corta duración y su gravedad varía según la rapidez del tratamiento. Los primeros síntomas son fiebre elevada, náuseas, vómitos, dolores de cabeza y postración, sumado a un pulso más lento y la aparición de hemorragias en la boca, entre otros.

Son dos las especies de mosquitos que transmiten la enfermedad a través de sus picaduras: ejemplares del género Haemagogus (común en ambientes ampliamente vegetados), y algunas especies de Aedes (particularmente aquellas caracterizadas por tener hábitos también selváticos), los mismos que también transmiten el dengue. Pero a diferencia del dengue y el dengue hemorrágico, que también necesitan la intervención de mosquitos y que reaparecieron en los últimos años, existe una vacuna contra la fiebre amarilla.

En ese sentido, las licenciadas Alicia Guidotti y Elena Cánave, investigadoras de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), aseguran que las vacunas son efectivas en 99 % y que su aplicación es necesaria en caso de viajar a zonas geográficas donde se detecten brotes. "Entre los siete a diez días posteriores a la vacunación aparecen en las personas los anticuerpos que pueden prolongarse por 30 a 35 años, pero por prevención, la dosis debe repetirse cada diez años", remarcaron.

En relación con la expansión de la enfermedad y la situación de Santa Fe, Guidotti aclaró que con las medidas preventivas -como la vacunación a personas que viajen a zonas declaradas- se baja considerablemente el riesgo, aunque también existe el "transporte pasivo", casos en que los mosquitos infectados "viajan" -por ejemplo- alojados en la carga de camiones a otros sitios geográficos: "Lo que se escapa de la prevención está fuera del alcance de todos", aseguró.

Una histórica epidemia de fiebre amarilla sufrió nuestro país en 1871, que dejó un saldo de 13.000 muertos en Buenos Aires, luego del regreso de las tropas de la guerra contra el Paraguay, país en el que los soldados habían contraído la enfermedad. Sin embargo, varios años después, la fiebre amarilla vuelve a alertar a los poblados de nuestro país, principalmente a aquellos más cercanos a los territorios donde la enfermedad fue declarada.