Hasta el viernes, el Seminario dirigido por María Elisabeth Sture recibe inscripciones para ingresantes a su prestigioso ballet. La profesora contó a este diario los logros, requisitos y premios obtenidos el año pasado.
"Amar la danza, aún sin conocerla". Para María Elisabeth Sture, directora del Seminario Provincial de Ballet dependiente del Ministerio de Innovación y Cultura, las palabras definen esencia y requisito para ingresar a este espacio que reúne desde hace años a un centenar de niños para iniciarlos en el ballet.
Las inscripciones para ingresantes se reciben hasta este viernes, y para reingresantes de lunes a miércoles de la semana próxima en el Centro Cultural Provincial (Junín 2457), donde dicta sus clases. Los exámenes para alumnos regulares serán desde el 25 y hasta el viernes 28; y las clases comenzarán en abril.
En grupos organizados por niveles, el seminario convoca a niños desde los siete años para formarlos como profesionales en técnica clásica, al punto que muchos alumnos de esta academia se proyectan a nivel nacional. Según Sture, esto responde al empeño de sus artistas, porque "quien ama, exige; y todo lo que se hace con pasión, vale. La danza clásica requiere, ante todo, disciplina: un buen bailarín es un 30 por ciento talento y el resto transpiración. Todo se logra con esfuerzo", opinó la profesora.
En el Seminario de Ballet la carga horaria de los más pequeños es de una hora cátedra dos veces por semana, que según la edad y el grupo se incrementa en 45 minutos. "Los más chiquitos aprenden jugando, pero cuando ingresan a la carrera lo hacen sabiendo lo que quieren y lo que saben -contó Elizabeth-. Cada chico tiene sus capacidades; cada uno tiene su proceso y alcanza la meta de un modo distinto, algunos más rápido que otros, y otros con más esfuerzo... eso no tiene que ver con la edad, sino con el tesón y las capacidades de cada uno".
Cuestión de mérito
A la hora de comenzar un nuevo año de trabajo, Sture comentó que el 2007 "fue muy prolífico en logros: fuimos a cinco certámenes en los que obtuvimos medallas de oro y premios revelación para varios de nuestros chicos. A las categorías Mejor bailarín o bailarina las logramos en todos los certámenes", y omitió con humildad comentar que también ella fue distinguida como Mejor Maestra Preparadora.
El año pasado, dos de sus alumnas merecieron becas de estudio otorgadas por el profesor Gustavo Zajac, para tomar clases durante seis semanas en Pittsburg; y hace un mes Paula Ferraris, de 17 años, fue elegida con el mismo destino.
También las Becas de Intercambio de la Fundación Julio Bocca -que otorgan casa, comida y estudios sin cargo durante todo el año-, distinguieron entre cientos a dos bailarines santafesinos: Maia Roldán y Alexis Mirenda, de 18 años, ambos alumnos de Sture. Alexis, incluso, fue premiado como mejor bailarín del certamen, y logró una beca honorífica otorgada por Bocca.
"Muchos de nuestros alumnos hoy integran ballets profesionales: hace quince días Naike Oneglia entró al Ballet de Iñaki Urlezaga, por ejemplo. Antonela Martinelli, de San Gerónimo Norte, entró hace unos años como becaria a la escuela de Canadá y hoy es parte de su cuerpo de baile, cuyo nivel es altísimo. Julieta Paul, de Paraná, estuvo seis años en el Ballet de Julio Bocca, y hoy forma parte del Ballet de La Plata. El sábado pasado fue partenaire de Maximiliano Guerra en "La Bayadera", como parte del ballet de La Plata. Todos son logros que los chicos ganaron con muchísimo esfuerzo".
De la redacción de El Litoral
