Rosa Gronda
Grant y Fiona llevan casados 44 años, en los que han superado juntos momentos difíciles y su existencia transcurre en una plácida convivencia, solamente alterada por algunas esporádicas alusiones al pasado, en las que se deja entrever algunos momentos duros, sobre los que han pactado no hablar.
Pero su vida cotidiana empieza a desestabilizarse por la progresiva pérdida de memoria de ella. Cuando sus olvidos se vuelven cada vez más frecuentes y peligrosos, Fiona insiste en ingresar en una residencia especializada, donde la exigencia inicial es apartar durante un mes a los pacientes de todo contacto conocido, a fin de favorecer la adaptación. Esa premisa, durísima para una pareja que en más de cuatro décadas ha permanecido unida, cambia profundamente sus vidas.
Conocida por su rol protagónico en "La vida secreta de las palabras" de Isabel Coixet, la actriz canadiense -de apenas 27 años- debuta con inusual madurez en la dirección cinematográfica, eligiendo la historia de una pareja mayor y cómo repercute en ambos integrantes la enfermedad de la mujer, magníficamente interpretada por Julie Christie. A partir del difícil abordaje de un tema como el Alzheimer, la película realiza una profunda radiografía de sentimientos fundamentales.
Sin restarles emoción ni dureza interior a las secuencias rodadas con un "tempo" pausado y adecuado para la historia, la puesta en escena de un tema tan difícil es realizada sin dramatismos extremos, con sobrio equilibrio.
Un enfoque diferente
La enfermedad como tema es solamente el punto de partida pero no el eje del film. En medio de la tendencia patológica a perderse y no regresar, el personaje de Christie plantea una lucha interesante, defiende ese frágil hilo que aún la vincula con las cosas, buscando lo que pueda existir de "gracia" en una situación tan desdichada.
La insistencia en que somos algo más que la suma de nuestros recuerdos, de que la memoria no es lo único que importa y que aún perdiéndola, subsisten valiosas percepciones sensoriales habitualmente no valoradas, son constantes que abren y cierran el film, insistiendo en que la memoria y el tiempo son un camino de ida y vuelta imprevisibles, donde el olvido no siempre es cruel, sino que en ocasiones hasta es deseable, tal como reflexiona Fiona, conmovida ante el redescubrimiento del color amarillo en unos lirios que crecen sobre la nieve.
Ética y Estética
Con una visible voluntad de atender a los aspectos más humanos del cine, el relato se desliza con una cadencia llena de elegancia que encuentra el punto justo para mostrar las duras consecuencias de la enfermedad sin caer en el sensacionalismo del golpe bajo, contada a partir del montaje paralelo de distintos tiempos, donde importan tanto los silencios como los diálogos, la expresividad de la mirada como la acción exterior, el entorno más como espejo anímico de los protagonistas, que como belleza puramente estética.
La fotografía atrapa una luz invernal potentísima que otorga romanticismo y melancolía a la historia. El paisaje frío y nevado ofrece el marco propicio para reflexionar acerca de la memoria y el olvido, con una sutil banda sonora que acompaña sin estridencias, sumándose a la naturalidad generalizada, donde hasta la inclusión de citas, como la poesía de Auden, no suena impostada.
Muy por encima de la calidad media con la que -en el mejor de los casos- suele alimentarnos la cartelera, esta ópera prima de la joven realizadora y actriz canadiense Sarah Polley, aporta a una estimulante línea de cine sobre historias interiores, lírico y sensible.
LEJOS DE ELLA
Título Original: "Away from Her". Procedencia: Canadá, 2006. Intérpretes principales: Julie Christie (Fiona), Gordon Pinsent (Grant), Michael Murphy (Aubrey) y Olympia Dukakis (Marian). Dirección: Sarah Polley. Guión: Sarah Polley, basado en el relato "The bear came over the mountain" de Alice Munro. Música: Jonathan Goldsmith. Fotografía: Luc Montpellier. Montaje: David Wharnsby. Duración: 110 min. Se exhibe en CineMark