Región: REG-11
LA SOJA NO ES UN YUYO
Por Dr. Eduardo S. Leguizamón (*)

La transformación de las tribus nómades en pueblos sedentarios originó un cambio gigantesco en la naturaleza humana y ha contribuido al modelado de la sociedad que hoy conocemos.

En el caso de las malezas, la selección ha ""direccionado" el curso de la evolución mediante la preservación de los genomas y/o atributos mas adaptados para competir y prosperar en diversos ambientes. La definición propuesta en 1969 por Baker califica a una maleza como ""Una planta que en un área geográfica específica, sobre todo en ambientes perturbados por la acción antrópica, exhibe poblaciones que crecen sin haberse sembrado."

Al revés, en el caso de las especies cultivadas, los procesos de selección iniciados desde los albores de la agricultura, han tendido a lograr uniformidad fenotípica y a maximizar la proporción de biomasa asignada a las semillas, entre otros caracteres.

En este largo camino, las especies cultivadas han ""perdido" atributos que no eran útiles a los fines del hombre y sus sistemas de producción agropecuarios. Por lo tanto, difícilmente una especie cultivada podría sobrevivir sin los aportes tanto de tecnología de procesos como de insumos que caracterizan a los agroecosistemas de la actualidad.

La soja Glycine max.l. Merr, como la mayoría de las plantas cultivadas, es muy probablemente derivada de un antecesor silvestre de tallos delgados y de hábito postrado que crece en todo el sudeste asiático (Glycine ussuriensis Regel& Maack), aunque también es posible que Glycine tomentosa Benth y Glycine gracilis hayan contribuido al genoma de la soja que hoy conocemos.

Un cultivar de soja exhibe en la actualidad una formidable acumulación de características biológicas y ecofisiológicas tanto en los aspectos relacionados con su crecimiento y desarrollo como en los vinculados con los atributos de sus semillas, con alto contenido de aceites y proteínas de alta calidad, entre otros. Este resultado es la consecuencia de muchos años de selección y mejoramiento genético tradicional, potenciado en las últimas décadas por los gigantescos avances de la biotecnología.

Si bien se pueden plantear sistemas autosostenibles y de bajos insumos en determinados sitios del planeta y en condiciones muy particulares, las plantas silvestres, vulgarmente llamadas ""malezas" o ""yuyos" no podrían ofrecer alimentos en la cantidad y con la calidad que hoy la humanidad necesita sin el aporte del mejoramiento genético, las tecnologías y el manejo de procesos de ecosistemas en gran escala. Por lo tanto resulta poco feliz comparar a la soja actual con un ""yuyo", que es además el responsable de la más formidable revolución tecnológica que ha visto el país desde sus orígenes.

(*)Cátedra de Malezas. Universidad Nacional de Rosario