Política: POLI-03
El sistema democrático argentino
Benvenuti: " Hay una peligrosa concentración de poder"
"Hoy tenemos el sistema coparticipable más retardatorio de la historia", dijo el constitucionalista. Foto: Amancio Alem

El decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL advirtió que la falta de cumplimiento de la reforma del 94 está desbalanceando las instituciones republicanas. Postuló la necesidad de que la Región Centro constituya un sub-bloque en el Congreso. Las razones de su apoyo a la necesidad de reforma de la Constitución de Santa Fe.

Mario Cáffaro

José Manuel Benvenuti es hoy decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, titular de la cátedra de Derecho Constitucional. En diálogo con El Litoral advirtió sobre la necesidad de equilibrar el funcionamiento de los tres poderes y lamentó la mora del Congreso en sancionar normas ordenadas en la reforma constitucional que obstaculizan el federalismo.

-Desde el punto de vista constitucional, ¿están funcionando bien las instituciones de la democracia?

-Lamentablemente, no. La reforma constitucional de 1994 tuvo por finalidad afianzar el presidencialismo, limitar las atribuciones del presidente de la República y fortalecer fuertemente el federalismo.

La reforma, que es una buena reforma, en la práctica se desvirtuó porque no se dictó la normativa sobre las leyes de desarrollo constitucional. La Convención avanzó hasta lograr consensos mínimos y quedaron temas expresados y no cerrados difiriéndose a leyes de desarrollo constitucional. Así, pasamos de tener una Constitución cerrada a una más abierta.

El artículo 75 determina que se debe dictar una ley de coparticipación sobre criterios objetivos de reparto, equitativo y solidario, para alcanzar un grado de equidad en el desarrollo de las distintas zonas del país sobre los principios de igual calidad de vida y de igualdad de oportunidades. Esta ley debía sancionarse antes del 31 de diciembre de 1996. Al no haberse concretado dicha sanción, tenemos hoy el sistema de coparticipación más retardatorio de la historia argentina. Se coparticipa poco más del 30 % y la Nación se queda con casi el 70 %. La ley debe ser iniciada por el Senado; pero, además de mayorías calificadas en las dos Cámaras, necesita ser aprobada por la totalidad de las Legislaturas, por lo que resulta casi imposible.

Vengo postulando desde hace años que la Región Centro, que tiene 59 legisladores, debería formar un sub-bloque regional, que puede presionar para tratar de obtener un sistema más justo de coparticipación impositiva. El tema de las retenciones ha puesto de manifiesto esta injusticia. Retención es un impuesto a la exportación y, como tal, no coparticipable. Es posible aplicarlo porque tenemos un sistema tributario absolutamente regresivo. Si optáramos por un sistema progresivo, el impuesto a las exportaciones --que no es más que impuestos a las ventas, donde pagan lo mismo el gran holding que el pequeño productor- debería tributarse como Impuesto a las Ganancias, y sería más justo y coparticipable.

-¿Hay una supremacía del Ejecutivo con un Congreso que se ha transformado en una escribanía? -El Congreso da el apoyo al sistema jurídico cuando es consultado. Se ha desnaturalizado la función legislativa a través del uso de los decretos de necesidad y urgencia, de la legislación delegada o el veto parcial. El 90 % de los proyectos de leyes importantes son iniciativas del Poder Ejecutivo. No se debate; el sistema de partidos políticos está muy desbalanceado y, en algunos casos, hasta desquiciado. Insisto en la necesidad de que la Región Centro unifique un bloque para impulsar una legislación que pueda superar con éxito el test de constitucionalidad que, en última instancia, debe realizar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Hoy, ninguna de estas actividades superaría ese test. -En este marco, ¿cuál es el rol del Poder Judicial y su cabeza, la Corte? -El Poder Judicial está desbordado, tanto el federal como el nacional y el de Santa Fe. En esta última, presenta una estructura obsoleta en materia procedimental, con menos jueces de los necesarios en comparación con el avance demográfico en una provincia que tiene una geografía muy dilatada, que urgentemente necesita una nueva legislación procesal en todos los ámbitos y apelar a los medios alternativos de solución de conflictos.Es necesario hacerles comprender a los jueces que la garantía de intangibilidad de la remuneración y de inamovilidad mientras dure su buena conducta los pone en la obligación de asumir, respecto de todos los ciudadanos -sin distinción de políticos o no políticos-, la necesidad de hacer justicia. Me puso muy triste la declaración del presidente de una Asociación de Magistrados diciendo que se mide con distinta vara cuando el sometido a juicio es o no político. A este juez, un fiscal debería haberle pedido los nombres en los cuales funda esa apreciación tan temeraria que, seguramente debe ser cierta, pero las personas que proceden así no podrían seguir siendo jueces.Hay una mirada demasiada lánguida respecto de determinadas actitudes de quienes están circunstancialmente en la actuación política. Creo que somos un Estado republicano y democrático y los principios de libertad e igualdad deben ser iguales para todos.Tendríamos que ser prolijos y exigirle al Poder Judicial mayor celeridad; al Legislativo, que provea de las herramientas de legislación de fondo y procesal adecuada y que designe y cubra los cargos. Hay procesos de selección de jueces que han sido terminados hace mucho tiempo en el Consejo de la Magistratura: se han elevado las ternas y están durmiendo el sueño de los justos en la presidencia de la República, porque la actual presidenta no toma la decisión de elevarlas al Senado. Si no se eleva al Senado, uno puede pensar que se pretende tener una Justicia renga porque, si no cubrimos los cargos, tenemos menos jueces y la Justicia se desmerece. El Poder Legislativo debería asumir el papel para el cual fue creado, que es ser la caja de resonancia del debate nacional, un debate serio, no un diálogo de sordos. Hay una peligrosa concentración de poder en el Ejecutivo porque legisla a través de instrumentos, el Poder Legislativo no controla como debe y el Poder Judicial, por boca de uno de sus representantes, dice que la Justicia se mide con distinta vara cuando el cuestionado es un político o un ciudadano.

Monocultivo y política

Para Benvenuti es paradójico que la soja haya salvado al norte santafesino. Pero enseguida recuerda que "la soja, hoy tan criticada, fue fomentada desde el Estado nacional, que por falta de precios retributivos ha hecho cerrar tambos, desalentando la ganadería. Tenemos memoria corta, pero el que autorizó la soja, en 1995, fue el presidente Menem".

Considera necesario "diversificar los cultivos, pero no se puede acusar a los productores de sojizar el país, cuando antes el propio gobierno fomentó. Si a Menem este precio se le hubiera dado un poco antes, seguramente hoy no tendríamos una república democrática, sino un sultanato. En esto somos muy responsables los argentinos, porque los políticos que tenemos y a quienes tanto criticamos son una expresión de la sociedad argentina. Perón decía algo que era muy cierto: la víscera más sensible del argentino es el bolsillo, y la única vez que la Argentina reaccionó en estos 25 años de democracia fue cuando el corralito le tocó el bolsillo a la clase media. También la sociedad debe replantearse a quién elegimos y por qué y si no hay un grado grande de responsabilidad en la propia sociedad, al momento de elegir a sus representantes".

La reforma santafesina

Benvenuti no duda sobre la necesidad de reforma la actual Constitución dictada en 1982 "cuando la provincia era otra desde lo poblacional, geográfico, sociológico, cultural y hasta político".

Marca "inconstitucionales evidentes, como cuando se establece que la religión oficial es la Católica, Apostólica y Romana, todo lo que hace al régimen municipal; el recurso de amparo que se abre únicamente a actos u omisiones del poder público y según la Constitución no hay amparos para actos de particulares, por más que de hecho fue reformado por la propia Corte santafesina; no es bueno que no se consagre plenamente la autonomía municipal cuando se reúnan los requisitos"

Considera que "la reforma más sustancial es el régimen político. Tenemos que rediseñar la representación política de la provincia. Hoy otorgar una mayoría de 28 sobre 50 en Diputados no representa la realidad política. Soy partidario de la unicameralidad. No sé si es el momento histórico ideal para realizarlo, pero si así no fuera habría que ir a un sistema de Senado donde tenga representación la minoría. Algunos amigos justicialistas me dicen que en el Senado están representados los 19 departamentos en igualdad de condiciones. He dicho que desde el "83 para acá, los departamentos donde los senadores han sido siempre peronistas cada vez se han empobrecido más. Lo que se ha priorizado es el clientelismo, no la representación departamental. Los departamentos del norte están en una situación relativa peor a 25 años atrás. Es una oportunidad excepcional para encarar una reforma constitucional seria, acordada a la luz del día, donde participen las sociedades intermedias, donde se reflejen estas realidades".