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Las empresas elaboradoras entregan productos con cuentagotas. Aseguran que primero se abastece a Buenos Aires, y a Santa Fe sólo llega "el descarte". La misma situación sucede en otras provincias del interior del país.
De la redacción de El Litoral
Conseguir un litro de aceite o un paquete de harina en las despensas y supermercados de la ciudad es casi imposible. Primero hubo escasez de las primeras marcas; ahora las góndolas están prácticamente vacías de estos productos básicos de la canasta alimentaria. Incluso en los últimos días se sumó el arroz al listado de ausencias temporales.
Los representantes del sector supermercadista local optaron por el silencio y, en general, no respondieron a las consultas de El Litoral. "Es un tema muy delicado", se limitaron a transmitir. Sólo uno se refirió al problema, pero pidió reserva de su nombre.
"A Santa Fe llega el descarte", sentenció el entrevistado. Desde hace un tiempo -un año, en el caso de los aceites, y seis meses, en las harinas-, las empresas responden que la entrega "está cuotificada". Esto quiere decir que mandan mercadería con cuentagotas "y las cuotas no llegan al 50 por ciento de las que eran habituales un año atrás", sentenció. Por tanto, no alcanzan a cubrir la demanda de los consumidores locales que, cuando tienen suerte, llevan resignados marcas desconocidas de las estanterías.
"Las empresas abastecen primero al mercado de Capital Federal y Gran Buenos Aires y si les queda nos mandan algo a nosotros. Incluso algunos directamente decidieron no abastecer más a Santa Fe porque según nos dicen no les llegan los subsidios nacionales", explicó muy preocupado el propietario de un autoservicio de la ciudad.
Como se sabe, la elaboración de estos productos está subsidiada por el Estado nacional: "Si esto no fuera así, el litro de aceite tendría que valer casi tres veces más de lo que cuesta actualmente, y si no, fíjense el precio que tienen el trigo y el maíz, es directamente proporcional al precio del cereal porque el aceite es un derivado directo de un artículo primario".
Primero Buenos Aires
Una de las principales industrias alimentarias del país "se olvidó de que existen las provincias. El problema es que todas esas empresas han hecho acuerdos con el gobierno nacional, y éste no paga los subsidios como corresponde, entonces bajan automáticamente las cuotas que entregan", sostuvo para intentar explicar por qué faltan productos de primera necesidad.
En la opinión de este comerciante, "el gobierno nacional es unitario, no federal, hemos retrocedido 150 años en nuestra historia política, ha hecho acuerdos de precios y de entrega con muy pocas empresas y con las cadenas multinacionales. Entonces primero abastecen Buenos Aires y, si sobra, ligamos en las provincias porque cuando hablamos con las empresas proveedoras nos dicen que como no les pagan hace 6 meses los subsidios sólo están abasteciendo a Buenos Aires".
La preocupación de los comerciantes se incrementa porque esta situación se ha trasladado a la mayoría de los productos. "Hay empresas que se olvidaron de que Santa Fe existe. Estos últimos 60 días, fueron para nosotros caóticos, no nos abastecen y nos comunican constantemente aumentos de precios. En general, son todas, y se está produciendo un caos especulativo. Este unitarismo económico político, esta malversación del poder político económico que hay, donde se centralizó todo en Buenos Aires hace que los pocos acuerdos se realicen allá para que haya 10 millones de personas abastecidas y el resto del país desabastecido", concluyó.
La escasez preocupa en todo el interior
La falta de aceite y harina es un tema preocupante en varias provincias. En Misiones, el presidente de la Cooperativa de Almaceneros de Posadas, Ismael Ortigoza, dijo que la harina subió mucho desde Semana Santa. La falta de harina se ve sobre todo en la bolsa de 25 kilos, que costaba 25 y ahora subió a 45 pesos, en tanto que la falta de aceite es principalmente el de girasol, ya que la gente no consume casi el de soja ni el de mezcla, según publicó el portal Misiones Online. El sitio reproduce las palabra de una propietaria de almacén que afirma: "Una vez a la semana conseguís aceite en la Cooperativa de Almaceneros. Pero el de girasol, que es el que más consumen los clientes es el más difícil de conseguir".
El diario Los Andes de Mendoza, en su edición del sábado, reproduce las palabras de una empleada del supermercado Átomo, donde al mediodía de cinco marcas de aceite faltaban tres. "Siempre llegan cinco cajas diarias, ahora sólo una. De harina recibimos una caja de diez kilos por marca, cuando lo habitual son veinte".
La cadena Vea aplica para el aceite el "dos por cliente", aunque con topes más altos en harina y arroz; las leyendas dicen "Consumo familiar, hasta 6 kilos. Queremos controlar la reventa", dicen.
En Córdoba, donde la escasez se hace más notable es en el sector de los aceites comestibles. La venta de este producto se limita a tres unidades, en el mejor de los casos. No obstante, el precio de los aceites ofrecidos es similar al del mes anterior.
"Nos estamos protegiendo", dijo un repositor al mencionado diario, y aseguró que "en depósito hay más mercadería, pero que se reserva ante la incertidumbre de lo que pueda pasar con el conflicto agropecuario".
En Corrientes, el fenómeno es más notorio en las grandes cadenas, donde las góndolas ya registran algunos faltantes. Los cajeros de hipermercados ubicados en Corrientes y en Resistencia (Chaco), tienen orden de no vender más de dos unidades de aceite por grupo familiar, según relató el diario La República en su edición de hoy. Representantes de estas firmas adelantan que la medida se puede extender al azúcar, el arroz, el fideo y la harina.