Regionales: REGI-01
La situación es dramática
Vivir sin agua en el norte
Antes, el tren desagotaba sus cisternas en los aljibes de las estaciones donde la gente esperaba al aguatero. Foto: Manuel Mudry.

Para el agua potable la gente se anota en la comuna de Cañada Ombú, donde espera la llegada del camión cisterna. Hacen cola con sus tachos y bidones a la espera de poder llevarla a sus casas. Otros tienen el "privilegio" de tener un tanque para depósito y el camión los provee del vital elemento.

Marcelo Manzatto

Castigada por la sequía Cañada Ombú debe racionar el agua para el consumo. El gobierno les lleva en camiones cisternas y la gente se anota en la comuna para recibir 32 litros de agua por semana, por persona.

Las campañas de las organizaciones ambientalistas alertan sobre la contaminación de las aguas y recomiendan hacer un uso racional de la misma, pero esto no alcanza a todos por igual. Hay quienes, aunque no quieran, deben racionalizarla igual porque directamente no la tienen.

Esto pasa en Cañada Ombú, en el extremo norte del departamento Vera, cerca del límite con la provincia del Chaco donde habitan unas 500 familias. Allí la sequía golpea muy duro y el agua pasó a ser un elemento casi inexistente porque depende del cielo y hace meses que no llueve.

El presidente comunal de la localidad, José Das Neves, describió la situación como dramática. La comuna habilita 1 hora -día por medio- el abastecimiento de agua por el sistema de red, pero no es apta para el consumo humano, sólo sirve para el aseo. El gobierno provincial asiste a la población mediante dos camiones cisternas por semana totalizando unos 64 mil litros.

¿Cómo es vivir así?

Teresa Senn, vecina de la localidad, describe las condiciones en las que viven: "El agua que nos llega por red es sólo para el aseo y debemos ser solidarios y saber racionalizarla". Esa racionalización significa no lavar los pisos, no usar lavarropas, lavar ropa sólo dos veces por semana e intentar no usar los baños como lo haría cualquier persona, sino buscar alternativas para no dilapidar.

En diálogo con FM Activa, Teresa Senn, indicó que "la gente tiene esperanza que esto vuelva a ser como antes, cuando nos sobraba el verde y el agua no era un gran problema, por eso se queda, no es que se acostumbre a vivir de esta forma. Es triste esta situación sin agua, ver los árboles secos, los campos sin pasto, los canales sin una gota de agua y los animales que se mueren. No es posible acostumbrarse, parecería que estamos viviendo en otro lugar".

Para tener una breve solución al problema, describe Teresa, necesitan que lluevan como mínimo 10 mm "para que se limpien los techos". Luego, si sigue lloviendo, podrán acumular agua en los depósitos y con las pastillas potabilizadoras, que entrega la Comuna, tendrán algo para consumir.

A estos problemas hay que agregarle la situación económica y social de las familias de pequeños productores que están malvendiendo los pocos animales que tienen, antes de que se les mueran, allí están los pícaros de siempre que, aprovechándose de la situación acuciante, son quienes le ponen el precio a lo poco que les queda.

Esto pasa hoy en la invencible provincia de Santa Fe, en el mismo lugar donde moran casi un millón de cabezas de ganado. En el norte profundo y olvidado que es parte de la misma provincia que recibirá al tren bala, para el cual todos los argentinos nos endeudaremos en casi 4 mil millones de dólares y que destina otros tantos millones en retenciones. A ellos la justa distribución de la riqueza no les llega. En pleno siglo XXI ni siquiera tienen agua y cada mañana se levantan mirando el cielo, con la esperanza de que alguna nube les traiga un poco de alivio.

32 litros.

Tomando una familia tipo como caso testigo (matrimonio y dos hijos) reciben 32 litros de agua por semana por persona. "Desde la comuna estamos haciendo lo humanamente posible, los pozos ya no dan para más y el agua está salinizada. Si no llueve, no sé que vamos a hacer. Acarrear agua a la población rural es todo un problema por las distancias que hay recorrer y los gastos que nos produce, pero no podemos dejar de hacerlo", dijo Das Neves en diálogo con FM Activa.