Prensa UNL-Redacción de El Litoral
Durante la época invernal, son trágicamente comunes las noticias que dan cuenta de accidentes fatales por envenenamiento con monóxido de carbono (CO), un gas incoloro e inodoro causado por procesos de combustión producidos a nivel doméstico, industrial e, inclusive, por medios de transporte. Pero estos hechos pueden ser evitados, si se toman los recaudos necesarios.
"Una combustión ideal es aquella que produce, a partir del combustible, dióxido de carbono (CO2) y agua. Si todas fueran así no producirían gases tóxicos, pero una combustión perfecta es difícil de alcanzar", explicó Eduardo Miró, doctor en Química y profesor de la Facultad de Ingeniería Química de la UNL.
Es en una combustión "imperfecta" cuando aparece, justamente, el "asesino silencioso", como metafóricamente se ha dado en llamar al monóxido de carbono. "En la combustión imperfecta, el proceso de oxidación no avanza hasta CO2 en su totalidad, sino que, en parte, se queda en monóxido de carbono (CO). Esta molécula es carbón con un átomo de oxígeno y la de CO2 es carbón con dos átomos de oxígeno. Esa pequeña diferencia hace que el primero sea altamente tóxico y el segundo sea inocuo", dijo Miró.
En esa "mala combustión" también están presentes otros contaminantes, como óxido de nitrógeno y residuos de hidrocarburos, "pero el gas más tóxico, más perjudicial para la salud de todo ese pool que se produce, es el monóxido de carbono.
"A nivel doméstico, se producen accidentes cuando hay un artefacto precario, por una cuestión de indigencia o economía, o que está funcionando deficientemente o quema mal, y no hay ventilación. El monóxido de carbono se acumula en la atmósfera del hogar y produce la intoxicación de las personas que están allí", ilustró.
Pero no todos los accidentes a través de estufas o cocinas son producidos por el monóxido de carbono. Puede que haya problemas de ventilación, que el artefacto esté tomando oxígeno directamente del ambiente y no del exterior. También puede suceder que haya una pérdida de combustible como, por ejemplo, gas natural, que también puede causar la muerte por asfixia.
En el caso del monóxido de carbono, destacó el investigador, los decesos se dan por envenenamiento, ya que "en la atmósfera puede haber suficiente oxígeno, pero una pequeña cantidad de CO es venenosa y mata a la persona: uno respira el aire que va a los pulmones y luego, a través de los alvéolos pulmonares, pasa a la sangre que transporta el oxígeno por medio de la hemoglobina. Así se oxigenan los tejidos del cuerpo humano".
Pero es suficiente con una parte de monóxido de carbono en cien de oxígeno para que aquél se combine fuertemente con la hemoglobina. Como consecuencia, la sangre se "contamina" y se produce la muerte porque los tejidos del cuerpo no se oxigenan.
De todos modos, es suficiente con que la persona intoxicada salga a un ambiente limpio y respire para que la sangre vuelva a tener capacidad de combinarse con el oxígeno. El problema es que la presencia de CO en la sangre produce un adormecimiento, la pérdida de reflejos, y la víctima no puede reaccionar. "Entonces, se va muriendo sin darse cuenta", afirmó.
"Lo típico es que una persona a la mañana se levante, prenda el motor de su auto para calentarlo en un garaje cerrado y se quede esperando. Hay mucha gente que ha muerto así, porque el coche emite CO por el caño de escape y el individuo se queda dormido y fallece. Eso no ocurre en la calle, cuando voy caminando o circulando con un auto, porque los niveles de CO son más bajos que el que se produce en el garaje. Sin embargo, si bien la persona no se muere, pierde reflejos por el envenenamiento parcial de la sangre, se marea y puede chocar", señaló.
El especialista manifestó que, para prevenir los accidentes domésticos, siempre que se instala un artefacto se debe comprobar que esté debidamente verificado de acuerdo con la reglamentación vigente.
"Si se pone un artefacto de tiro balanceado, debe tener las condiciones adecuadas de entrada de aire y salida de gases de la combustión. Si no tiene tiro balanceado y funciona directamente descargando los gases en el interior, no tiene que estar ubicado en la zona de los dormitorios y debe haber una ventilación adecuada. Si es un aparato catalítico, debe verificarse periódicamente el estado del catalizador. También es importante que los mismos tengan los sensores reglamentarios", aconsejó.
En el caso de las viviendas que dispongan de otros elementos de calefacción más precarios (hogares, salamandras, estufas a kerosene, etcétera), Miró apuntó que es conveniente ayudar a que el aire que consuma la combustión provenga del exterior.
Esto se logra poniendo el elemento calefactor cerca de una ventana parcialmente abierta para que se consuma un poco del aire del exterior y asegurar que los gases de combustión que pueda emitir el artefacto sean ventilados. Nunca deben utilizarse estos calefactores en zona de dormitorios. "Se pierde un poco de eficiencia en la calefacción, pero es mucho menos peligroso", culminó.