Región: REG-08
Los productores del norte santafesino
Pelearle a "la seca", a las heladas y al conflicto
Las pasturas están secas y no aguantan las heladas. Además, hay comunas que no tienen combustible para llevar agua a los productores ganaderos. Las vacas de conserva no se comercializaron y agravan la sobrecarga de hacienda por hectárea.

Gastón Neffen - [email protected]

Las consecuencias del largo conflicto entre el gobierno y el campo impactan en la vida de millones de argentinos. Pero en el norte santafesino estos problemas complican la asistencia a los productores, en el marco de la traumática sequía que padece la región.

En el centro de los Bajos Submeridionales, la comuna de Fortín Olmos no tiene combustible para llevar agua a los campos más alejados. "La necesitan para que no se les muera la hacienda y la mayoría son pequeños ganaderos", explica Héctor Gómez, presidente comunal de este pueblo de 1.900 habitantes.

Gómez cuenta que el poco gasoil que les queda -por los cortes y tensiones que hay en las rutas- lo guardan para las ambulancias, "por si hay una emergencia", agrega. "Les decimos a la gente que pueden buscar los bidones en la comuna pero ellos también tienen problemas para conseguir combustible", destaca.

Es importante recordar que el gobierno declaró en emergencia el 56% del territorio santafesino. Son los departamentos 9 de julio, Vera, General Obligado y San Javier. También, amplias zonas de San Cristóbal y San Justo. Esta semana, funcionarios de Hermes Binner viajaron a Buenos Aires para gestionar la inclusión de estos departamentos en la asistencia que prevé la Ley Nacional de Emergencias.

La falta de pastos y agua es crítica. "La mortandad de animales en los campos cercanos a la laguna La Tigra es gravísima. Los productores también tienen muchos problemas cerca de Las Chuñas", contextualiza el presidente comunal de Fortín Olmos.

Hace tres semanas, el presidente de la Sociedad Rural de Vera, Mario Saliva, le explicaba a Campolitoral que en los bajos había pasto pero muy poca agua. El avance del invierno ahora también amenaza las pasturas.

"Lo que pasa es que los pastos están secos y no aguantan las heladas", opina Walter Villalba, presidente comunal de Intiyaco, una localidad de 1.300 habitantes que se ubica cien kilómetros al norte de Vera.

En quechua Intiyaco significa sol y agua. Sol tienen de sobra, agua casi por ningún lado. "La red de agua corriente sólo suministra este servicio entre las 8 y las 12; es que sino no nos alcanza", reconoce Villalba.

Los ciudadanos de Intiyaco se acostumbraron a vivir así. Se bañan, lavan los platos y guardan el agua que necesitan para limpiar y cocinar en esas cuatro horas. "A la fuerza nos hicimos expertos en el uso racional del agua", bromea el presidente comunal de Intiyaco.

La gente de la zona no se cansa de citar el increíble caso de la laguna la Loca. "Hace algunos años vos no podías ver la otra costa", recuerdan. Ahora, se puede cruzar y recorrer en cuatro por cuatro porque esta toda seca.

Los esteros tampoco tienen agua. Hace algunos años, un empresario francés montó un coto de caza de patos en los esteros conocidos como Los Leones. "Ahora no hay patos por ningún lado. Se fueron por la falta de agua", afirma Villalba.

"Las vacas no van a resistir"

Del otro lado -al oeste, en Villa Minetti- las cosas no van mejor. Los productores tuvieron una mala cosecha de soja. La sequía afecto la última etapa del cultivo -"llenado de granos"- y los rindes cayeron.

"En promedio se sacó unos 1.000 kilos por hectárea", calcula Silvio Bandeo, productor de Villa Minetti. Además, son muy pocos los que se animan con el trigo. "Prácticamente nadie. Falta humedad y además hay un gran desánimo por el conflicto con el gobierno", asegura este productor.

Los ganaderos son los que peor la están pasando. El primer problema es que por el paro agropecuario no enviaron a faena las vacas más viejas (las de conserva) y ahora tienen que afrontar un invierno frío y seco con muchos más animales por hectárea.

"Es probable que estas vacas no resistan y se terminen muriendo en el campo", adelanta Bandeo. Pero mientras tanto comen pastos que también necesitan los animales más jóvenes, los de cría.

Modesto Malvasio, funcionario del Ministerio de la Producción, estima que los campos del norte santafesino hay una sobrecarga de hacienda cercana al 20%.

"El otro problema es que no hay una oferta sostenida de forraje", apunta Bandeo. Malvasio sostiene que en realidad hay rollos pero los cortes y tensiones en las rutas complican su comercialización. Este escenario puede deteriorar aún más el estado corporal de las vacas, bajar los índices de preñez y ocasionar mayor mortandad.