Roberto Schneider
Para este sábado, a las 22, en la sala Maggi del Foro Cultural de la Universidad Nacional del Litoral ubicado en 9 de Julio 2150, está anunciado el estreno de "Latente", obra escrita y dirigida por Leonel Giacometto y protagonizada por Fabiana Godano y Daniel Vitale y con fotografías de Victoria Vázquez.
Se dice que lo latente corresponde a un dolor sordo; que el calor latente produce una alteración molecular sin aumentar la temperatura de los cuerpos, que un estado latente y micróbico es cuando las bacterias patógenas no dan todavía señal de su presencia en el organismo.
"Latente" es el resultado de un proyecto de generar un acontecimiento teatral en la ciudad de Santa Fe que pudiera (y pueda), de alguna manera, hacer coincidir y mancomunar "impulsos teatrales" (siempre cambiantes y casi siempre sin definiciones concretas), formas de producción e intensidades de construcción teatral entre Rosario y Santa Fe.
Para uno de los más grandes teatristas argentinos, Alberto Ure, recordado por Giacometto, "el ensayo es una zona donde la ilusión y la realidad buscan el equilibrio, donde los sueños rebotan y estallan, siempre frustrados, siempre amenazantes. Se simulará que un ensayo es un ensayo, algo que todavía no es definitivo. Un ensayo es un momento brutal, un estallido cultural. En realidad, un ensayo no es un ensayo, no es un simulacro, sino un hecho real".
Para Hiener Müller, "la realidad en realidad no me interesa si no está elaborada. Me interesa la elaboración de la realidad y no la realidad misma. Penetrar tras la superficie para ver la estructura. No es más que la similitud del presente, del pasado, del futuro. Y esto cobra más importancia todavía si tenemos en cuenta el hecho de que estamos en el fin de una época, en un período de articulación e ignoramos si le seguirá otro igual o si terminará con un apocalipsis".
Giacometto se nutre entonces de otro texto de Ure: "Como si el teatro -refuerza- fuera una simulación ridícula que sólo encubre otro teatro que no se puede representar abiertamente por ofensivo, grosero, ridículo. O sea que el teatro es lo que los demás creen que ven, mientras además se está tramando una burla".
Son textos inteligentemente atravesados por Leonel Giacometto, brillante dramaturgo rosarino que con su escritura y sus montajes ha despertado cierta modorra en la creación escénica argentina. Este joven autor acaba de ser distinguido con el Premio al Mejor Director en el Festival de Monólogos de La Tigra, donde su espectáculo "Real" fue premiado como el mejor en su rubro.
Ahora, es uno de los responsables de "Latente", el espectáculo que se estrena este sábado y que cuenta con el apoyo de la Secretaría de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral y del Instituto Nacional del Teatro. El proceso comenzó a mediados de julio de 2007, en nuestra ciudad. En la obra son dos actores que interpretan tres personajes. Silvia es una actriz (a cargo de Godano) y Lucas es actor y ordenanza (a cargo de Vitale) de la sala de teatro donde se producirá el hecho artístico.
En la escena, entre otras circunstancias, aparecerá en el discurso de ambos actores el carácter del director y todas las circunstancias que rodean el acto artístico. Él habla de basureo y ella de vínculo. Él no entiende y dice que nadie tiene derecho a basurear a nadie. Ella le contesta que qué sabe él de basureo y de teatro. Monólogos sordos y graves. Uno describe los pies fríos en el sur. Ella vocifera que no es lo mismo, que es ficción y que no puede compararse.
Para Giacometto, hay dos palabras que intentan dar cuenta del origen del proceso que dio el procedimiento y será el acontecimiento teatral "Latente". "Una le da nombre al espectáculo. La otra es vehemencia. Vehemencia es moverse, ser movido u obrar con ímpetu y violencia, con fuerza y eficacia. Es sentirse o expresarse con ímpetu y valor. Es sentirse o expresarse de ese modo y con indicios sospechosamente muy fundados. Fue, también, el primer título antes de "Latente". "El objetivo fue Äpuntualiza GiacomettoÄ el de encontrar material que tuviera armonía y consonancia, y pudiera ser estructurado desde la intervención del dramaturgo/director, o sea que los actores escriban, que los cuerpos de los actores fuesen escritos".
"La intencionalidad siguió el mismo curso que siguió al cambio de título. Y no en vano. Lo que era vehemente en los materiales y registros de actuación se resignificó latente, oculto y escondido. Se dice que lo latente corresponde a un dolor sordo; que el calor latente produce una alteración molecular sin aumentar la temperatura de los cuerpos, que un estado latente y micróbico es cuando las bacterias patógenas no dan todavía señal de su presencia en el organismo. Con esa definición fueron contagiándose los materiales de la actuación que fueron apareciendo en las improvisaciones. Primero vehementes luego latentes, esas formas expresivas empezaron a encontrar sus desarrollos a partir de la experimentación, de las pequeñas alteraciones en la repetición de sus propias formas hasta de alguna manera agotarlas y volver a resignificarlas".