Enrique Cruz (h.)
Dos aclaraciones absolutamente necesarias antes de describir la idea:
* 1) Estamos hablando de Unión como club que participa en la división de ascenso del fútbol argentino, con lo cual se deduce que los jugadores tienen una cotización sensiblemente inferior a la de aquellos que juegan en clubes de Primera.
* 2) Estamos hablando de Unión como club que desde hace unos años viene sosteniendo un proyecto futbolístico del que no se apartó: en esta temporada, llegaron sólo cuatro refuerzos para sumarse a un plantel que se viene armando desde que los dirigentes entendieron que ya no se podía apostar a proyectos faraónicos con 14 ó 15 refuerzos por temporada.
Hechas las aclaraciones, vayamos al grano. La última gran venta que hizo Unión fue la de Leandro Zárate, un acierto de Trullet que le significó al club, merced a la previsión del presidente de hacer uso de la opción por su pase definitivo, el ingreso de alrededor de 1.000.000 de dólares. Ésta fue la venta más importante de los últimos tiempos, inigualable, ni por asomo, de otras que la antecedieron: Canuto, Pereyra, Israilevich, el mismo Nicolás Frutos y sucesivamente; si nos remontamos más atrás en el tiempo, a Unión no le ha ingresado buen dinero cuando dispuso vender a sus futbolistas. El club no hizo buenos negocios, no marcó diferencias, ni se aseguró un buen pasar por algún tiempo. Generalmente, las ventas apenas sirvieron para pagar planillas de sueldos atrasadas con el plantel profesional, levantar inhibiciones o permitir que los intermediarios Äquienes obviamente están para hacer su negocioÄ pudiesen sacar tajada de la desesperación del club para llevarse por poco monto a los jugadores y luego hacer la diferencia. Ni a Matías Donnet se lo vendió en una cifra importante; sólo el "Chino" Ríos, que fue el último antecedente de un jugador de más de "un palo verde", estando el club en Primera.
Cabe destacar, por ejemplo, que cuando en su momento se vendió a Bezombe, si mal no recuerdo, el ingreso para el club fue de alrededor de 700.000 dólares, pero al poco tiempo de irse de Santa Fe, este jugador se fue a jugar al Morelia por 1.200.000 dólares. Es posible que, en aquel entonces, la dirigencia de Unión haya pensado que los 700.000 dólares representaban un buen monto para la transferencia. Sin embargo, la realidad indicó posteriormente que no fue tan así, que otro u otros hicieron "su" negocio y que la urgencia o necesidad de Unión por juntarse con el dinero hizo que no pudiera valorizarlo debidamente.
Han aparecido jugadores en los últimos tiempos, algunos de ellos con respuesta inmediata y satisfactoria para este momento deportivo de Unión. Los ejemplos no son pocos. De la base titular actual, podría hablarse de Walter Yacob y César Pereyra; también de "Tarrito" Pérez (¿volverá Fontana en su lugar o habrá perdido la titularidad?), de un gran proyecto como el "Cuqui" Márquez, al que sólo le falta reencontrarse con el gol, de Alexis Fernández (a quien Quiroz le tiene mucha confianza), del "Turco" Aseff (hoy condenado al banco de suplentes por el muy buen momento de Ojeda) y un listado que podría continuar mencionando a los que no son titulares, como Acosta, Gold Betig, etcétera.
En ese marco, hay uno que parece salirse del molde: Luis Ojeda, el pibe de 18 años que asombra a todos por la seguridad y solidez con la cual respondió a la arriesgada e inesperada decisión que tomó el técnico cuando lo puso en el segundo partido del campeonato.
Dicen que los dirigentes ya han recibido varias propuestas por el arquerito. Que cuando todavía no atajaba y ni siquiera estaba en el banco de suplentes (el "12" era Pocjrnic), vino un representante a ofrecer una buena suma de dinero por él (¿fue Giusti?), y que Boca llegó a presentar otra cantidad considerable. Los dirigentes le dijeron y le dicen que no a todos. Saben que se trata de la aparición más importante y son conscientes, más allá de las urgencias que sigue teniendo Unión desde lo económico, de que el pibe hoy es la "joyita" de la abuela.
Unión debe más de 20.000.000 de pesos. Hace poco, la dirigencia procedió a acordar el pago de la deuda con Ben Hur, uno de los acreedores más importantes, después del siempre recordado Ángel Malvicino, cediendo por varios años los derechos de TV. Fue un bálsamo, un paso adelante en el afán de los dirigentes de disminuir la deuda y el déficit mensual, que se redujo considerablemente pero sigue subsistiendo y dependiendo de la venta de un jugador para conseguir un cierto equilibrio en las cuentas de la tesorería.
Hace unos días falleció en nuestra ciudad el escribano Francisco Raúl Ringa, un hombre de dilatada trayectoria como dirigente en Unión, integrando varias comisiones directivas, fundamentalmente con el también recordado y siempre bien ponderado doctor Marcelo Casabianca, que fue el presidente que llevó a Unión por primera vez a militar en Primera División con el título de campeón del ascenso conseguido en 1966. Ringa fue secretario general de Casabianca y un dirigente de peso y gravitación en esos duros tiempos de la década del "60. Luego, continuó siendo un hombre de consulta permanente por parte de los directivos de entonces.