Se cotiza en varios miles de euros. Su propietario es un ciudadano santafesino que en 1992 pagó 170 mil dólares por la estructura. Afronta un juicio de desalojo por no abonar el canon correspondiente al Ente Portuario. El municipio tiene un proyecto de intervención para destinarlo a uso público.
Lía Masjoan[email protected]
Con la revitalización del área portuaria de la ciudad de Santa Fe y la paulatina concreción del Master Plan, la venta del edificio patrimonial del ex Molino Marconetti cobró nuevo impulso. Una inmobiliaria local lo ofrece muy destacado en su página de Internet desde hace unas semanas como "el único edificio emblemático del puerto de Santa Fe apto para distintos emprendimientos".
La estructura se cotiza en varios miles de euros. Pero el valor exacto sólo se difunde en forma personal. El propietario es Carlos Macagno, un ciudadano santafesino que actualmente reside en Valencia, España. La adquirió en 170 mil dólares en el año 1992, tras la quiebra de Marconetti. Pero el terreno donde está asentado el inmueble pertenece al Ente Portuario.
Según Carlos Francisco Cobos, propietario de la inmobiliaria y amigo personal de Macagno, entre los interesados hay inversores privados y el propio gobierno provincial, que tendría la intención de cederlo luego a la Municipalidad. De todos modos, hasta el momento no se produjo ninguna conversación formal con autoridades de ningún nivel oficial, "sí hubo algunas charlas informales con funcionarios de segunda línea", informó.
Desde los primeros meses del año, el intendente Mario Barletta cuenta con un avanzado diseño de intervención arquitectónica del edificio y su entorno, elaborado por el arquitecto colombiano Felipe Uribe de Bedout y la intervención de la Secretaría de Planeamiento Urbano. El proyecto original tiene una fuerte impronta de uso público e incluye espacios culturales, un foro de niños y un escenario acuático.
Litigio
Al tomar posesión del edificio en 1992, Macagno vendió todo lo que tenía valor en su interior, "respetando siempre la estructura", aseguró. Siete mil metros cuadrados de pinotea en perfecto estado, hierros y perfiles fueron parte de la venta inicial. Luego intentó "llevar emprendimientos de distinto tipo pero nunca pudo concretarlos y dejó de pagar el canon" que le corresponde por ocupar un terreno público.
Por este motivo, el Ente inició un juicio de desalojo, que nunca pudo concretarse porque debía pagarle al propietario las mejoras, es decir, el valor del edificio, "que tiene dueño y es Carlos Macagno", reafirmó el titular de la firma de bienes raíces.
Si bien el expediente está paralizado en los Tribunales santafesinos, Cobos sostiene que "no es un problema litigioso porque se soluciona en dos minutos cuando aparezca un comprador. Es cuestión de que se sienten en una mesa el comprador, el vendedor y representantes del Ente Portuario y se pongan de acuerdo en el monto total que se debe por canon, se deje sin efecto el desalojo, se firmen los respectivos convenios y se terminó el asunto", sintetizó.
Como se sabe, el ex molino está asentado en terrenos que pertenecen al Ente portuario, de allí la obligación de abonar una suma determinada en forma mensual por usufructuar el espacio. Hoy se calcula en centavos de dólar y de euros, según el rubro de la actividad que se realiza -hotelería, gastronomía, comercio, oficinas, etc- y los metros cuadrados de superficie que ocupa el emprendimiento. Por ejemplo, el sector comercial debe abonar 0,50 U$S más 0,40 Euros por metro cuadrado.
El dueño
Carlos Macagno es un vecino de esta ciudad, que reside actualmente en Valencia, España. Trabajó en la fábrica familiar de dulce de leche en Coronda, que elaboró las marcas Marimil y Conar, entre otras. En 1992, pagó 170 mil dólares por el edificio del ex Molino Marconetti. Lo ofrece a la venta desde hace un par de años, pero con el avance del Master Plan, el edificio ha cobrado mayor interés.
Superficie
El ex molino es el único edificio emblemático del puerto, de características parecidas a los molinos que había en todo el mundo. La nave tiene 20 x 50 metros cuadrados, multiplicado por cinco pisos. A un costado tiene los silos, construidos de ladrillo.