De la redacción de El Litoral
El ingreso no determina la pobreza. El problema es la exclusión, que desata otras conductas, como la discriminación. El crecimiento económico no alcanza para revertir la pobreza crónica.
Académicos, expertos y funcionarios coincidieron ayer en trazar el mismo diagnóstico de la situación social argentina. Fue en el acto de apertura del IV Congreso Nacional de Políticas Sociales, que bajo el título "Pobreza crítica y desigualdad persistente", se inauguró ayer en la UNL.
"Elegimos ese título por múltiples razones. Después de la peor crisis de su historia, Argentina ha crecido como nunca y la pobreza ha tenido también una caída récord. Pero visto en perspectiva, ese crecimiento récord y el impresionante gasto social ejecutado no han podido penetrar en el núcleo de una pobreza e indigencia, que se arrastran desde hace 30 años, y que se ha ido consolidando hasta el punto de impedir que un 10 % de la población rompa las barreras de la indigencia, y otro porcentaje importante se mantenga vulnerable a los vaivenes del ciclo económico", dijo Eduardo Amadeo, titular de la Asociación Argentina de Políticas Sociales, organizadora del evento.
El ex ministro de Carlos Menem señaló que durante este tiempo se ha construido "una trampa de exclusión, de la que no pueden salir unos 4 millones de argentinos". Sobre esa base, dijo que es necesario pensar Argentina como dos países: el de los incluidos y el de los excluidos.
"Hay una tasa de desempleo del 3 % para algunos y del 35 % para otros. Hay una población con 13 años de educación formal, y otros con 7. Hay jóvenes que tienen asegurado el empleo, mientras 800 mil jóvenes no estudian ni trabajan", sentenció.
Amadeo advirtió que se ha profundizado "una visión discriminadora y excluyente" de los otros, y aseguró que la persistencia de la pobreza demuestra que "el crecimiento no alcanza".
El secretario de Políticas Sociales de la Nación, Roberto Ghetti, reconoció que de la pobreza no se sale con programas de ingresos.
"Estamos convencidos de que la manera de incluir es a través del trabajo. En estos últimos cinco años, mejoraron las cifras de pobreza e indigencia, precisamente, porque la macroeconomía permitió generar empleo", indicó.
Por eso, sostuvo que hay dos cuestiones básicas en las que el gobierno nacional pone el acento: recrear la cultura del trabajo para adultos, y educar a los niños. "Somos conscientes de que los niños que no permanecen hasta los doce o trece años en el sistema educativo, difícilmente puedan salir de su situación de pobreza", comentó.
"Sabemos -insistió- que la política de ingreso que llevamos adelante desde el Ministerio no resuelve el problema, pero hemos expandido estos programas porque son una herramienta". Al respecto, dijo que las pensiones no contributivas se incrementaron en un 300 % en los últimos 5 años. "De 172 mil titulares pasamos a 525 mil. Y el Plan Familia -recordó-, que al inicio de nuestra gestión tenía 65 mil beneficiarios, hoy tiene 550 mil. Esto implica 450 millones de pesos mensuales, y 6 mil millones de pesos anuales".
Ghetti reiteró que "sin trabajo para los adultos ni educación para los niños, difícilmente podamos romper el circuito generacional de la pobreza".
El primer disertante del Congreso fue el economista chileno Manfred Max-Neef. El académico recibió el título Doctor Honoris Causa de la UNL, y en su conferencia, describió el mundo actual como complejo.
"Dicen que se necesitarían 30 mil millones de pesos para salvar la vida de las mil millones de personas que sufren hambre, en el mismo momento en que seis bancos centrales del mundo inyectan 180 mil millones de dólares en los mercados financieros para salvar bancos privados", señaló.
"Ése es el mundo en que estamos acostumbrados a que nunca hay suficiente para los que no tienen nada, pero siempre hay suficiente para los que tienen todo", planteó. Max-Neef definió la crisis como "cuádruple", dada por el crecimiento exponencial del cambio climático, el fin de la energía barata, la disminución de recursos fundamentales, y la gigantesca burbuja especulativa. Sugirió "pasar del concepto de eficiencia, al de suficiencia y bienestar", y dijo que el nuevo paradigma requiere "alejarnos del crecimiento económico. Hay que volver a mirar hacia adentro", aseguró. Finalmente, dijo que el modelo dominante ha sido producto de "la renuncia sistemática de parte de la mayoría de los países a su derecho de controlar los procesos económicos en beneficio propio".
"La economía -advirtió- está para servir a las personas y no al revés. El desarrollo tiene que ver con personas y no con objetos; crecimiento no es lo mismo que desarrollo y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento; ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas, la economía es un subsistema en un sistema mayor que es la biosfera, por lo tanto el crecimiento permanente es imposible. Lo que tenemos hoy por hoy es exactamente lo contrario", se lamentó.
Además de las presencias nacionales, participaron del acto de apertura del IV Congreso de Políticas Sociales, la vicegobernadora Griselda Tessio; el intendente de la ciudad Mario Barletta, y el rector de la UNL, Albor Cantard.
El intendente dio la bienvenida a los presentes, y consideró "relevante" desplegar desde los gobiernos locales, políticas que permitan asumir la urgencia de los más desprotegidos.
Tessio, por su parte, advirtió que "cada vez más personas quedarán fuera del convite, si quienes estamos en condiciones de plantear políticas públicas no actuamos de una manera coherente entre gobiernos nacionales, provinciales, municipales, academias, ONGs y todas las instituciones de la sociedad civil".
La vicegobernadora recuperó el concepto de Eduardo Amadeo de trabajar para lograr una "mayor equidad en el acceso a la justicia", y alertó: "Habrá justicia social en Santa Fe, en Argentina y en América Latina, cuando el que no sufre el hambre, la pobreza y la marginalidad pueda hacerse cargo por el que está sufriendo. Porque mientras haya un solo hombre o mujer con hambre y marginalidad, todos seremos hambrientos y vulnerables", concluyó.