Germán Lerche habló después de la muerte del sábado...
“Colón, yo y los dirigentes estamos
a total disposición de la Justicia”
Enrique Cruz (h)
“Estoy muy amargado y la verdad es que pasé un domingo triste”. Así comenzó la charla con el presidente de Colón, Germán Lerche, quien de inmediato admitió que iba a prestar declaración en la mañana de hoy debido a las diligencias que tiene previstas la policía en el propio estadio de Colón, y que luego se instalará durante toda la semana en Buenos Aires. “Tengo este problema, el de la expulsión de Tito Ramírez, que me jura no haber dicho nada, y ver si podemos hacer algo por la sanción de Mohamed, que me prometió que no iba a fumar más”, señaló Lerche, quien confirmó también el adelanto de El Litoral: César Carignano tiene muchas chances de seguir en Independiente Rivadavia de Mendoza, rescindiendo su vínculo con Colón, que es a préstamo.
—¿Qué tenés para decir, más allá de tu estado de ánimo?
—Que no quiero que se ensucie ni se embarre al club por una situación que no es deportiva, que ocurrió en la tribuna, es cierto, pero que fue en la cancha como pudo haber pasado en cualquier esquina de la ciudad, ya sea en la zona oeste o en la Recoleta, porque hoy en día no se puede andar tranquilo por ningún lugar de la ciudad.
—¿Te preocupa que haya una reiteración de hechos, apuntando, por ejemplo, a lo que pasó hace tres años con el que entró con un cuchillo en el partido con River?
—Mirá, nosotros aportamos elementos probatorios a través de los videos que se tomaron con las cámaras del club, hicimos pequeñas obras para mejorar la seguridad, como por ejemplo, ordenar la salida de la gente de la tribuna norte. Para este partido teníamos previsto que a la tribuna norte sólo fueran los socios y que los no socios volvieran a la sur, dándole a la hinchada visitante el codo sudeste, pero al final se desestimó la posibilidad por razones, precisamente, de seguridad. Estamos viendo si colocamos butacas en la zona donde van las mujeres y los jubilados, y que haya un ingreso diferente a ese sector... Trabajamos permanentemente y hemos invertido mucho dinero en hacer cosas que permitan mejorar las cuestiones de seguridad.
—La policía detuvo a varios sospechosos. ¿Pensás que pudo darse la pelea por ocupar un lugar dentro de la hinchada?
—No los conozco a los detenidos, no tengo relación con la barra, pregunté en el club por el muchacho asesinado y me dijeron que se había hecho socio del club hace unos meses, que pagó un mes y luego no abonó más, así que supongo que entró a la cancha pagando una general. No creo que éste sea un problema dentro de la barra; hay fenómenos que se producen en otras hinchadas de clubes grandes y chicos del país que en Colón no suceden.
—¿Qué pensás, entonces?
—Lo que escribieron ustedes en El Litoral, ayer, que la vida no vale cinco centavos; que he visto plateístas del sector oeste que se pelean por cualquier cosa y que lo ocurrido el sábado es algo que a diario se produce en una ciudad insegura como la nuestra.
—Está lo que pasó con los jugadores de Unión, hace quince días...
—Permitime que haga una diferencia. Lo que pasó con los jugadores de Unión es un hecho de violencia deportiva. Es decir, fue un grupo de inadaptados que pretendió agredir a los jugadores. Nosotros ya tuvimos de esos hechos y por eso hemos contratado un especialista en seguridad (N. de R.: se refiere a Carlos Frioni). Lo de Unión fue eso, un hecho de violencia deportiva, pero esto de Colón fue distinto, esto es un hecho de delincuencia que se dio adentro de una cancha porque un tipo entró con un cuchillo, pero que pudo darse en cualquier esquina de la ciudad.
—¿Se falló en la prevención?
—Yo sólo puedo destacar y aplaudir el accionar de la policía y de la Justicia.
—¿Qué vas a hacer a partir de hoy?
—Como te decía, lo primero es ponerme yo, personalmente, mis dirigentes y Colón como institución, a disposición de la Justicia. Declararé ante la policía y luego viajaré a Buenos Aires para aportar todo lo que sea necesario. Pero te repito, esto es un hecho más de violencia en una ciudad violenta... La verdad, ni caminando por la Recoleta podés estar tranquilo y hasta tengo miedo cuando mis hijos se van a bailar...