A los incentivos ahora se sumó un supuesto soborno de San Lorenzo
Un final que hierve de polémica
La interna del final del Apertura pasó los límites: un grupo de la barra brava de Argentinos habría apretado a los jugadores del club para que pierdan ante San Lorenzo.
Redacción de El Litoral
Según publica en su edición de hoy el diario Olé, el miércoles pasado se llevó a cabo una reunión entre un sector de los barras de Argentinos y algunos referentes del equipo, en la cual los hinchas les habrían comunicado a los jugadores la oferta de San Lorenzo para que perdieran el partido del domingo que enfrenta a ambos.
El soborno hizo así aparición en la escena convulsionada del final del torneo Apertura, en el cual ya es normal la palabra “incentivación”, que está en boca de todos los protagonistas, tanto de los clubes líderes de la tabla (San Lorenzo, Tigre y Boca) como de aquellos que los enfrentan en la fecha de cierre (Argentinos, Banfield y Colón).
Claro que ofrecer dinero para perder ya supera el límite de lo que se puede considerar honesto. Y peor si esos billetes llegan a través de un canal por demás de peligroso: los barras bravas. Así, según detalla Olé, la propuesta, que vino de parte de gente vinculada a San Lorenzo, incluía un monto para la barra (50.000 pesos) y otra para los futbolistas (15.000 por cabeza).
Sin embargo, la respuesta habría sido contundente por parte de los referentes del plantel, quienes rechazaron en forma radical la propuesta.
Ayer a la mañana en el predio de la UTA, donde entrena Argentinos, hubo una reunión grupal. En la misma, uno de los protagonistas del encuentro con los hinchas del día anterior comunicó esa situación. Allí, el plantel avaló totalmente la decisión y dejó firme su convicción: “Ojalá podamos ganar 15 a 0”, se dijeron. Según detalla Olé, hubo algunos aplausos, un “vamos, vamos” en voz alta y no se notó ningún temor a una posible recriminación de la barra porque, se dice, hay una convivencia armónica. Es más, el diálogo del miércoles entre los hinchas y los jugadores habría sido en muy buenos términos, y los barras aceptaron la negativa sin aprietes posteriores.
Un pariente: el incentivo
Más allá de este lamentable hecho relacionado al soborno, el cual no tiene ningún tipo de justificativo y es totalmente condenable, lo que nadie niega en forma rotunda (o lo hace entre sonrisas delante de los micrófonos, aunque luego lo acepta off the record) es la múltiple oferta de incentivación que siempre llega en un final peleado por un título, y ni qué hablar en este Apertura, cuando son cuatro los posibles ganadores.
Respecto de esto, ya varios fueron los que hablaron. Entre ellos estuvo el técnico de Colón, Antonio Mohamed, quien defendió al incentivo porque, según él, no le agrega nada a lo que uno ya va a hacer dentro de la cancha: “mientras no sea para perder, está bien”, dijo el Turco.
La cuestión a dirimir en este punto crucial es cuál es el límite respecto de la incentivación. Es que si se acepta e institucionaliza esta práctica, es muy delgada la línea que la separa de la coima. Es decir, si se vuelve una actividad corriente ofrecer un incentivo para que algo se haga de una determinada manera (en este caso, ganar un partido), hay sólo un paso para que aquel que debe realizar eso, directamente pida antes algo al interesado, con la amenaza de no hacerlo si no se aceptan las condiciones. Y eso ya entra en el terreno de la coima.
Lo cierto es que el domingo todos los ojos estarán puestos en los tres partidos que definirán el Apertura. Y ahí no sólo serán protagonistas los líderes San Lorenzo, Boca y Tigre, sino también sus rivales (Argentinos, Colón y Banfield). Y las sospechas y rumores, obviamente, no podrán dejarse a un lado.
