Le quitó el invicto de visitante y el campeonato a Racing en 1968

goleada de Colón que terminó

con las suspicacias de arreglo

Es el caso más parecido que podría darse si es que existe triple empate en el primer puesto. Fue en el Nacional de 1968. Esa victoria sabalera ante los campeones del mundo posibilitó que haya igualdad entre tres.

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

La categórica victoria de Colón sobre el puntero y principal aspirante a la obtención del campeonato Nacional de 1968, Racing Club, por 4 a 2, terminó con las suspicacias y comentarios de la prensa especializada de que el “partido estaba arreglado” para posibilitar que el primer tricampeón del balompié profesional y también el primer argentino en el torneo de clubes campeones del mundo, se adjudicara dicho certamen, hace cuatro décadas.

La tarde-noche del 8 de diciembre de 1968 fue apoteótica en una jornada de alto contenido futbolístico, en un cotejo vibrante, emotivo, pleno de emociones, con desarrollo cambiante. Alegría incontenible para los sabaleros y tristeza para los aficionados adeptos a la gloriosa Academia.

En la primera parte, el equipo conducido por “Tito” Pizzutti no arriesgó demasiado, prefirió el buen trato del balón y actuar de contragolpe, aunque el “Torito” Raffo, héroe en otras jornadas, esta vez no rindió satisfactoriamente. Tuvo una figura descollante Agustín Mario Cejas, luciéndose en cada acción de riesgo frente a su marco.

Colón dominaba el medio del terreno con el juego rápido y preciso de los cuatro volantes y la excepcional actuación del uruguayo Medina Leites. Restaban tres minutos para la expiración del parcial cuando el local se puso en ventaja por intermedio de Tardivo.

Colón fue muy superior a su oponente en el complemento: Orlando Medina Leites consiguió aumentar en el primer cuarto de hora la ventaja en una jugada de enorme jerarquía, elogiada durante una semana por José María Muñoz, el “Relator de América”.

El uruguayo mostró todo su repertorio ante hombres demasiados “duros” como Perfumo, Basile y Chabay; en tanto Balbuena complicaba al “Panadero” Díaz con sus veloces corridas.

Racing Club, tocado en su amor propio, con gran personalidad y orgullo, se lanzó con todo para cambiar la historia, logrando la paridad en sólo cinco minutos con una aparición fantasmal de Martinolli y un notable tiro libre ejecutado por el “Mariscal” Perfumo.

Los minutos finales fueron espectaculares, con dos equipos que apostaron al triunfo; el capitán Sanitá de cabeza volvió a poner a Colón adelante y dos minutos antes del final, Ceballo alargó la diferencia que fue la decisiva.

La amplia diferencia a favor del equipo santafesino, terminó con todas las suspicacias existentes sobre el supuesto acuerdo para posibilitar que Racing Club fuera el campeón. Hace unos días, Roberto Perfumo recordó ese partido en su columna de los martes en Olé. Y aquella victoria de Colón fue fundamental para que se produzca un triple empate en el primer puesto, algo que podría darse este fin de semana: Vélez, Racing y River definieron aquel Nacional que, finalmente, ganó Vélez.

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la definición

La mano de Gallo

En el torneo Nacional de 1968 se generó reñida disputa y por única vez en el profesionalismo hubo triple empate entre Racing Club, River Plate y Vélez Sarsfield.

En la última fecha, luego de la derrota de Racing en Santa Fe, empataron Racing y River, 1 a 1, en el “Cilindro”, vendiéndose 61.046 entradas, récord para el fútbol argentino. Pudo haber terminado en otra tragedia, debido a que se habían adulterado más de cinco mil localidades populares para la llamada hinchada Nº 1, produciéndose numerosas avalanchas entre la parcialidad blanquiceleste.

En la primera final, River Plate derrotó a Racing Club, por 2 a 0; luego Vélez Sarsfield y el equipo millonario empataron en un tanto, en el famoso partido donde el juez Guillermo Nimo ignoró un claro penal por mano intencional del santiagueño Luis Gregorio Gallo en la línea de gol, evitando el segundo tanto del equipo de Núñez. Si se sancionaba con la pena máxima y River convertía el penal, hubiese sido el campeón.

La “mano de Gallo” fue la cruz que persiguió al juez Nimo por mucho tiempo. El Tribunal de Disciplina de la Asociación del Fútbol Argentino le aplicó una severa sanción al miembro del colegiado arbitral, por 90 días, muy polémico en esa época, debido a la presentación efectuada por las autoridades de River Plate ante la Asociación del Fútbol Argentino.

En el otro partido, Vélez Sarsfield goleó a Racing por 4 a 2, erigiéndose campeón por mayor diferencia de goles.

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El equipo de buena campaña en el Nacional de 1968. De pie: Mareque, Jáuregui, Lezcano, Tardivo, Sanitá y Drago. Agachados: Balbuena, Orlando Medina, Borgogno, Colman y Ceballo. Ésa era la formación base sabalera.

Foto: Archivo El Litoral

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ADEMÁS

Italo confiaba en Jim Lopes

La triste experiencia de Unión al perder la categoría en 1967, determinó que el presidente de Colón, Italo Pedro Jiménez, apostara todas sus fichas en un adiestrador polémico, Alejandro Galán (Jim Lopes), quien tenía como últimos antecedentes, el segundo ascenso de Los Andes en el Reclasificatorio del año anterior y dirigir la Selección Argentina en la Copa América en Montevideo.

En esa época, los futbolistas nacionales más destacados renunciaban a integrar la selección, tras el fracaso de Suecia ‘58 y Chile ‘62, las autoridades de la AFA designaban a argentinos en el exterior (Juan Carlos Lorenzo y Humberto Maschio, quienes fracasaron). A Jim Lopes no lo querían, siendo muy resistido y a pesar de ello, Argentina sorprendió porque ganó todos los partidos y accedió a la final perdiendo por la mínima diferencia ante Uruguay, con tanto de Pedro Virgilio Rocha.

El flamante adiestrador jugaba con el 4-4-2 (Brasil con su fútbol revolucionario empleaba el 4-2-4) que le otorgaba buenos resultados. La “levantada” en el Metropolitano fue cuando descartó a las incorporaciones provenientes de Buenos Aires y apostó a los santafesinos, incluyendo a Néstor José Borgogno, el único eje delantero que poseía, manteniendo la categoría y clasificando al Nacional.

Lo Bello, el “Beto” Tardivo, el “Pato” Colman, el “Negro” Ceballo, la rapidez del “Mencho” Balbuena (Angel Villarreal, el PF, lo entrenaba con las atletas Susana Martínez, Melania Fontanarrosa y Susana Ramón, de Velocidad y Resistencia). Además de una segura defensa con “Pantaloncito” Jáuregui, el paraguayo Lezcano, Sanitá y Mareque, eran expeditivos, seguros y confiaban en la eficiencia del juvenil Drago en la custodia de la valla, tras el alejamiento del espectacular Néstor Martín Errea.

“Jim Lopes me explicaba que los porteños no querían a los del interior, pretendían que se fueran al descenso, entonces táctica y estratégicamente el Brujo conocía a todos los equipos de primera división. A su vez, Alberto J. Armando lo quería a Orlando Medina Leites (cuando vivía en San Francisco se probó en Colón y lo rechazaron), entonces le dije que “te vendo al Negro, pero Colón sigue en primera...”, contaba Italo Giménez.

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SÍNTESIS

Colón...........................4

Racing..........................2

Cancha: Colón.

Arbitro: Arturo Ithurralde.

Colón: Jorge Alberto Drago; Antonio Gaspar Mellit, Juan Vicente Lezcano, Jorge Omar Sanitá y Armando Luis Mareque; Juan Carlos Lo Bello, Alberto Pompeo Tardivo y Carlos Alberto Colman; Agustín Alberto Balbuena, José Orlando Medina Leites y Juan Ceballo. DT: Jim Lopes. AS: Pivetta.

Racing Club: Agustín Mario Cejas; Juan Carlos Díaz, Roberto Alfredo Perfumo, Nelson Chabay y Rubén Díaz; Rulli, Alfredo Rubén Basile y Marcos Ernesto Cominelli; Jaime Donald Martinoli, Norberto Santiago Raffo y Roberto Marcelo Salomone. DT: Juan José Pizutti. AS: Rubén Angel Guibaudo.

Goles: en el primer tiempo, a los 42 m Tardivo (C). En el complemento, a los 15 m O. Medina Leites (C), a los 20 m Martinoli (RC), a los 26 m Perfumo (RC), a los 30 m Sanitá (C) y a los 43 m Ceballo (C).

Cambio: en el segundo tiempo, Chaldú por Raffo (RC).