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canasta escolar

El desafío de las compras escolares

En la carrera contra el almanaque, el inicio de clases obliga a probar y evaluar el estado de lo usado el año pasado. El reciclaje y la previsión parecen ser las estrategias para enfrentar la compra escolar: un desafío que encuentra a útiles y uniformes un 30 por ciento más caros que el año pasado.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTOS. FLAVIO RAINA Y AMANCIO ALEM

Si queda corto de mangas o, en el mejor de los casos, largo. Si prende o si está raído de tantos lavados. Si el último día de clases no lo utilizó como papiro o una especie de muro para mensajes y grafitis de sus compañeritos entonces sí, se tira un año más con el guardapolvos del año pasado.

Si la mochila aguantó el peso en sus costuras, o si la muñeca o el grupo de rock de su estampa no fue reemplazado; si el hermano mayor deshecha la suya entonces sí, no será necesario comprar una nueva mochila como el último año.

En cartucheras, medias y zapatos, este año otra vez la situación parece repetirse: los centímetros de más que dibujaron sonrisas al denotar crecimiento, por momentos desdibujan la alegría al sumar costos. A poco más de quince días del inicio de clases, armar el equipo de regreso al aula se convierte en un desafío: lograr que todo que esté listo para que el aprendizaje no desgaste demasiado el bolsillo de la familia.

Tras rescatar los pocos útiles que quedaron sanos del último ciclo lectivo, probar la ropa necesaria para la escuela y verificar que no aprietan demasiado los zapatos del año pasado, con los chicos o sin ellos, por estos días las librerías y casa de uniformes resultan un “paseo” obligado.

Desde las páginas de los medios gráficos y desde la pantalla chica, las noticias no alientan demasiado: tal como el resto de los productos de todos los rubros, la canasta escolar también resulta hoy más cara que en marzo del año pasado.

Alicia Arese, titular de una conocida librería de calle San Martín, contó a Nosotros que “los útiles escolares, como todos los productos, aumentaron a lo largo del año pasado. Pero los papás que compraron los productos de la canasta escolar en marzo del 2008 y ahora vuelven para reponerlos, sí les va a salir un poquito más caro. Entonces podemos decir que, si bien en los últimos meses no hubo aumentos, los precios crecieron respecto de marzo anterior”.

En líneas generales, Alicia advierte que “hay un aumento general del 20 o 30 por ciento en casi todos los productos, salvo útiles muy puntuales como alguna lapicera o lápices de colores de marcas en las que el incremento no se nota tanto”.

Un poquito más caros

De colores vivos o más sobrios, con o sin carrito, con o sin personajes en su superficie, los rótulos hablan por sí solos y evidencian que “las mochilas son el producto en el que más se notó el aumento de precio, ya que algunas tienen su valor hasta un 35 por ciento más caros que el año pasado. Si bien nosotros trabajamos sólo de licencia -con personajes de tiras infantiles, juguetes o películas que cautivan a los más chiquitos-, podemos decir que todas aumentaron”, subrayó Alicia.

Muchos padres, sin embargo, canalizaron los deseos de los más pequeños durante las últimas fiestas, y no sentirán tanto el impacto ahora, a pocos días del comienzo de clases: “trajimos mochilas durante todo noviembre y diciembre y se vendieron muy bien, porque muchas abuelas y tíos que querían ayudar regalaron a los chicos una mochila para el arbolito y alivianaron la carga de los papás para estos días”, contó.

Como cada año, del otro lado del mostrador “también notamos un mayor reciclado de útiles. Si la abuela nos regaló la mochila o todavía se puede usar la del año pasado se compra el contenido; si la cartuchera está en buenas condiciones se compran los lápices, lapiceras y fibras... el reciclado es hoy más frecuente que otros años. Por supuesto, hay gente que viene y compra todo, pero no es la mayoría”, aclaró.

Si de precios de trata, como en años anteriores “hay útiles para todos los bolsillos; como siempre, con todos los productos”, explicó Arese.

A modo de ejemplo, el cuaderno tapa dura Rivadavia -uno de los más solicitados- vale poco más de 8 pesos, pero también los hay de segundas marcas a la mitad de precio. El lápiz de escribir pasó de costar 45 a 55 centavos; un bolígrafo Bic de 1,02 a 1,22 pesos; una canopla (cartuchera) de dos pisos, de 25 a 31 pesos; y una carpeta de tres anillos de 3,50 a 4,40 pesos.

Carrera contra el centímetro

“Hoy veo cómo lo resuelvo, que tenga el guardapolvos listo para empezar. Después veo si en unos meses hay reemplazarlo, ahora lo que me importa es que tenga lo necesario para los primeros días de clases”. Las palabras de Blanca, mamá de Luz (10 años), sintetizan lo que muchas madres pretenden en esta época: que el mismo monto alcance para armar la mochila y el uniforme.

Susana, vendedora de años en una cadena de indumentaria de Salta al 2700, contó a esta revista que “tanto los guardapolvos como los uniformes aumentaron entre un 15 y un 20 por ciento en comparación al año pasado”. Detrás de los lentes, con una sonrisa amable explica que “como siempre, hay guardapolvos de varias calidades, desde uno económico a $ 22,90 para empezar el primer grado hasta otros que son casi el doble más caros ($ 39,90); todo depende de las necesidades y de lo que el cliente pida. Generalmente, si es uno sólo piden el de mayor calidad, pero si son varios hermanitos llevan el más barato”.

Tal como indica la intuición, “las mamás que envían sus hijos a colegios privados gastarán un poco más porque deben comprar pollera o pantalón y camisa, medias, pulover y zapatos -sostuvo Susana-, pero las escuelas estatales son más prácticas, se compra el guardapolvos y el equipo de gimnasia básico, que es bastante barato: las remeras de algodón blancas y los pantaloncitos azules valen desde 9 a 10 pesos, según el talle y la calidad”.

Si bien los carteles y las gráficas de “venta escolar” en vidrieras también aparecieron en los últimos días, esta vendedora reconoció que, como en las muchas librerías “aquí también comenzamos a vender uniformes en enero, porque muchas mamás previsoras dividieron la compra por mes, y repartieron el gasto”.

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Calculadora en mano

Los insumos para mandar a un chico a la escuela cuestan un 30 por ciento más caro este año con respecto al anterior, según un relevamiento de precios realizados por dos asociaciones de consumidores, el Centro de Educación al Consumidor (CEC) y Consumidores Argentinos (CA).

Los artículos que más subieron son las mochilas, los guardapolvos y ciertos insumos de librería. Por ejemplo, una mochila con carro que el año pasado se pagaba $ 41 ahora cuesta $ 55. Un cuaderno de tapa dura de primera marca pasó de $ 5,29 a $ 7,20. Las gomas de borrar tinta-lápiz subieron de $ 0,89 a $ 1,39.

Además, la caja de lápices de colores aumentó un 27%, mientras que los guardapolvos salen un 18% más y las zapatillas de lona cotizan 43% más que en el 2008.

Según los sondeos, los precios de un mismo artículo varían según los barrios, los negocios y la marca de la mercadería, por lo cual lo ideal es caminar mucho y comprar precios.

Stella Carniel, de CA, explica que los artículos “fueron aumentando a lo largo del año y llevan acumulado entre un 25% y hasta más de un 30%. Hay mucha dispersión de precios, según el tipo de negocio, la marca y la calidad. Los artículos con licencias son mucho más caros. Pero hay que esperar un poco más para evaluar los aumentos -aconsejó-, aunque creemos que no serán inferiores al 20%. Lo que más preocupa es el tema de indumentaria, esto es, mochilas, guardapolvos, zapatos, medias”, sostuvo Sandra González, titular de la Asociación de Consumidores.