México hoy

Crisis versus potencialidades

Crisis versus potencialidades

México, un país de contrastes y contradicciones. En la foto: Templo de Chichen Itza, en el Estado de Yucatán.

Foto:Archivo El Litoral

J. M. Taverna Irigoyen

México es un país que mira al Primer Mundo. Sin duda. A pesar de décadas de gobiernos débiles y conflictos políticos disgregantes. Un país que crece y cree en su crecimiento y potencialidades futuras. Hay un eslógan que asegura, para el 2050, que México, de acuerdo a su genoma (sic), estará entre las cinco potencias mundiales. Todo esto, frente a una realidad inquietante, con problemas gravísimos y una conducción política muy poco convincente y práctica.

El presidente no es popular. Tampoco le alcanza el “piné” para ser impopular: gran parte de la ciudadanía, directamente lo ignora. Así, se puede contar la increíble anécdota de una guía de turismo, que quedó vacilante ante un recién llegado que le inquirió el nombre de quien los gobierna. Y que en minutos, preguntó sin rubor, a un colega, dicha precisión onomástica. Pero también, si alguien quiere saber en el edificio del Palacio Nacional si allí trabaja Calderón Hinojosa, puede que se le responda muy seriamente: vive en la residencia El Pinar; pero trabajar, no trabaja.

México tiene escala de gran país. No sólo por los 108 millones de mexicanos (en el 2010 el censo, que regularmente se hace por décadas, precisará la cifra) ni por poseer la capital más extensa del mundo: México DF, con 28 millones de almas. México es monumental en sus edificios, en sus trazados urbanísticos, en sus proyecciones empresariales, en su potencia étnica de más de 6 millones de mayas que sobreviven con dignidad y olvido. Pareciera que toda la herencia de aztecas y olmecas, de teotihuacanos y toltecas, de mayas y zapotecas, formara una trama mágica, más allá de templos y pirámides, y se extendiera como un manto de sabia protección.

Una realidad fustigante

Pero México soporta severas crisis de gobernabilidad. Y ahí están los trágicos saldos del narcotráfico y el clima de inseguridad reinante que, en estos días, llegó a compararse por su magnitud, con el existente en Pakistán. Para desesperación, a nivel internacional, del propio Felipe Calderón. Pero ¿qué decir frente a un territorio donde sólo en el mes de enero de 2009 murieron 424 mexicanos ligados al narcotráfico? ¿Qué responder ante los trágicos y cotidianos episodios que se suceden en la frontera norteamericana? ¿Qué impresión supera a las recientes muertes del científico francés y el ciudadano de Guinea en pleno aeropuerto, a manos de delincuentes que ya no se contentan con los centenares de secuestros exprés y asesinatos? (En estos días, el partido Verde ha puesto enormes carteles en el DF y en carreteras: “Pena de muerte para los asesinos y secuestradores”. Quizá una respuesta más a los 317 asesinatos de enero 2009, a manos de la delincuencia ). ¿Qué estupor supera a la detención, hace sólo una semana atrás, de Meza López, El pozolero, quien enterró y deshizo con ácido a más de 300 cuerpos en el último lustro? Y ya en el plano doméstico-social, ¿qué expresar ante la denuncia que una de cada dos mujeres mexicanas es víctima recurrente de la violencia? Los ejemplos son conmocionantes y a la vez sombríos, en lo que atañe al pronóstico de una solución más o menos próxima.

Pero a más, este gran país, de enormes potencialidades como queda dicho, es también tierra de flagrantes desigualdades. Más de 30 millones están sumergidos en la pobreza extrema (hecho que no configura sino una realidad latinoamericana); y el sueldo mínimo de trabajadores no especializados, va de 100 a 150 dólares, en el muy devaluado peso mexicano.

2.jpg

Polifonía y colores

México es un país que, no sólo por la influencia caribeña, estalla en colores, en vegetación exhuberante, en frutos y fauna prodigiosas. Como un nuevo paraíso, sus montañas y sus ríos van marcando límites a los poblados que sorprenden por su ritmo. Tanto como la gente de pueblo, el campesinado con sus trajes y vestidos bordados, agregan una tipicidad fresca y convocante a los ojos.

Las culturas dialogan sin disonancias. Tanto las que emergen de civilizaciones precolombinas -desde las pirámides del Sol y de la Luna en Teotihuacán, Tulum y Cichen Itza en Yucatán, los templos de Palenque en Chiapas- como los testimonios del México colonial, con arquitecturas del barroco americano y el churrigueresco, que impactan desde Cuernavaca a Taxco. Todo ello deslumbra al turista, pero preocupa y mucho a arqueólogos, paleontólogos, historiadores, arquitectos, antropólogos, quienes consideran que poco se está haciendo por salvaguardar patrimonios y continuar con las tareas de exhumación. Y así lo han manifestado en una gran reunión reciente del Inah mexicano, en que censuraron la exposhow de las ruinas.

Todo México canta y baila, como pueblo que festeja su nacionalidad y sus costumbres. Y los mariachis están en todo el territorio, aunque se concentren, for export, en la plaza Garibaldi del DF. Lo mismo ocurre con sus innumerables mercados artesanales, que muestran la riqueza de imaginación del pueblo para expresarse en los más increíbles materiales, casi siempre naturales.

Nuevos íconos

Emiliano Zapata, Benito Juárez y otros héroes de la revolución están en el Panteón Nacional, de colosal arquitectura. Allí, los mexicanos los visitan y reverencian.

Como lo hacen con sus grandes muralistas, descifradores, los más, de su historia patria: desde Rivera y Orozco, a Tamayo y Siqueiros.

Algunos íconos permanecen, otros comienzan quizá a desdibujarse. No es seguramente el México de Armendáriz y Negrete el que hoy se recorre. También la doña, María Félix, y el Cantinflas de Mario Moreno, ocupan otro lugar en el imaginario popular. En cambio, se impone y resplandece Frida Kahlo, la pintora minusválida, esposa de Diego Rivera. De ella -quizá un mito internalizado- se ha levantado un altar de increíbles proyecciones. Las mujeres se visten, peinan y hasta maquillan, a la manera de Frida. Las pinturas y artesanías la retratan millares de veces, tomando sus ramos de calas como un factor de elevación. La kahlomanía aparece aquí y allá; y no es fortuito que en el 2008, año del centenario de su nacimiento, México le rindiera más honores que a una figura de otra raigambre nacional.

También resulta curioso que este ritual se haya proyectado internacionalmente: muy por encima del reconocimiento a la originalidad de una obra de arte como la que Kahlo plasmó.

El incierto futuro próximo

Todos los domingos, temprano, marchan con fondo de clarines y tambores, grupos de campesinos y gente de clase baja. Confluyen desde avenidas y suburbios por cientos, por miles. Van a El Zócalo, la gran plaza seca enmarcada por edificios públicos, que es el sitio de las convocatorias. (No pasará desapercibido que alguien los convoca y lleva, ya que -como bien lo conocemos- muchos ómnibus vacíos los esperan para el regreso). Se les venden muchas ilusiones por unas pocas monedas; y tanto juegan a este partidismo los del PRI, como los Verdes, los del PAN, PRD, del Trabajo y Convergencia (y las consabidas coaliciones que, también aquí, de acuerdo a la prensa, poco aportan).

En el último trimestre, cayeron 400 mil puestos de trabajo. Este guarismo se convalida con la fuerte desaceleración del crecimiento: para 2009, la proyección económica alienta para México un -0,3, y para 2010, una variación cercana al 2,1. Y el Banco de México acaba de dar la peor expectativa de recesión para la economía del país, al pronosticar una caída del crecimiento del PBI, entre -0,8 % y -1,8.

Hay obras públicas como la construcción de la línea 12 del metro que, por el monto de la inversión y el impacto social y económico, constituye la obra más importante de la actual administración. Costará más de 20 mil millones de pesos, y tendrá 23 estaciones, para transportar a más de 450 mil personas por día.

En septiembre próximo, se llevará a cabo en el DF, el primer Congreso Nacional de Consejos Ciudadanos dedicados a las tareas de seguridad pública y procuración de justicia. La sociedad civil se autoconvoca frente al tráfico de drogas, de armas, de divisas, el asalto y el secuestro, el contrabando, y otros delitos mayores. Paralelamente, se tendería a exigir al presidente Calderón que instrumente medidas que permitan a los trabajadores un acceso más fácil a sus fondos de pensiones, en caso de perder el empleo.

Como contraste, el turismo crecerá un 2,5 % en el país, gracias a la oferta histórico-cultural, y a las de sol y playa...

Ése es el México de hoy.

México es monumental en sus edificios, en sus trazados urbanísticos, en sus proyecciones empresariales, en su potencia étnica de más de 6 millones de mayas que sobreviven con dignidad y olvido.