Nació el 3 de marzo de 1901...

¡Salud y feliz cumpleaños, viejo GimNasia y Esgrima!

El club de Carlos Costa, Celestino Martínez, Raúl Calvo, Tomás Vío, René Pontoni, Conrado Porta, el “Chueco” García y Mabel Balocco, entre tantas glorias que hicieron grande la vieja y excelsa esquina de 4 de Enero y Juan de Garay.

Tomás Rodríguez

(Especial para El Litoral)

Una de las entidades de mayor prestigio, jerarquía y orgullo de Santa Fe y el país, el club de Gimnasia y Esgrima, conmemora hoy sus primeros 108 años de existencia, luciendo durante su vida un ejemplo de espíritu deportivo y valorando los aspectos sociales que lo distinguieron a lo largo de su extensa trayectoria.

El domingo 3 de marzo de 1901, en una asamblea constitutiva, se fundó el club de Gimnasia y Esgrima, en el Frontón Santa Fe, siendo designado José A. Gómez como su primer presidente; José María Cullen, vice; José Aufranc, tesorero; Salvador Salva, secretario; Guillermo Cullen, prosecretario y como vocales a Julián Pera y Nestor Pizarro.

Presidentes de la talla de Enrique Carbonell, J. Ernesto Ahrens, Juan C. Ariotti, Alfredo Muñoz, Joaquín Rodríguez Gurruchaga, Edisto Romero, Luis y Raúl Calvo, José Pugliese, Carlos Municoy, Raúl Araya, Rafael Gutiérrez y Ricardo Crespi, en la actualidad, mostraron el temple, la sabiduría y el ejemplo para conducir sus destinos.

Cuna de enormes jugadores

Gimnasia y Esgrima, el viejo club de Carlos Costa y Celestino Martínez; de Jeremías Carbajo y Mozé Toniollo; de don Gregorio Bleis, de don Elías Breitman y del “Gringo” José Pugliese. ¡Qué cariño entrañable el de toda esa gente por la divisa de la franja azul —los primitivos colores del club Sportsman— y por lo que encierran en espíritu esas cuatro agrietadas paredes de la vieja esquina de 4 de Enero y Córdoba (hoy Juan de Garay)!

Gimnasia y Esgrima, como recordara Osvaldo Ricardo Orcasitas, el más importante y principal investigador del básquetbol argentino, escribió sobre viejas glorias del club, como don José Gómez y Enrique Carbonell; don Ernesto Ahrens y Eudoro Rosas Leiva; de los hermanos Mario y Mariano Pezzia y del Dr. Antonio Anadón; de Raúl Emilio Aguirre; del ingeniero Juan Carlos Ariotti y de Edisto “Morocho” Romero; de los hermanos Manuel y Alberto Niel; de Alejo “Paquín” Alonso y Jorge Maciel; de Raúl Calvo; de Vicente “Chencho” Ciuffo; de los hermanos Raúl y Rubén Alvaro y del “Gringo” José D’Andrea; de Alberto Llarín; de Andrés Rubén Amayusco y de Luis Pera de Jordi; del inolvidable Raúl “La Vieja” Reyes y de Roque Mazzei.

Aquella nota de Lombardi

Armando Pedro Lombardi, una gloria del baloncesto gimnasista, reconocido periodista, escribió en mayo de 1964 una nota sobre el “Reencuentro de un grupo de amigos que antes tuvo gran significación y nombradía en el básquetbol santafesino”.

El eximio periodista reconoció que en “Gimnasia y Esgrima era posible que surgiera la definición temperamental exacta del muchacho deportista. Allí sí, porque el club niveló prorrogativas de infancias desparejas en lo social, desde el pie descalzo pasando por la zapatilla hasta el zapato... El club de Gimnasia y Esgrima es acaso la primera escuela de la bondad y desinterés, porque le dio al pibe, al muchacho, el sentido de la soledad de su infancia frente a todo...”

Gimnasia y Esgrima, “el club era esencialmente eso, los muchachos, los amigos y esas tertulias interminables de mates lavados y dulcísimos. Las prácticas, los partidos, el baño reparador y las noches en el “Gran Chopp’, punto obligado de reunión —también interminable— a la que ponían punto final don Manuel Almirall o Vicente Fernández, sólo cuando sus ojos no resistían más al cansancio de estar todo el día y la noche detrás del mostrador”, citaba Lombardi.

Eran esos tiempos en que la esquina de 9 de Julio y Salta se convertía en una prolongación cariñosa del club de Gimnasia y Esgrima, y entonces, el que llevaba sobre el pecho los colores de su camiseta, lo hacía defendiendo todo eso: los muchachos, las mateadas, el barrio, la noviecita y esa indefinible cofradía de los lisos.

Lombardi escribió con el corazón mens sana, aceptando un error juvenil cometido años atrás, “así era el Club de Gimnasia y Esgrima que nosotros conocimos, allí en la vieja esquina, agrietada de tiempo y cargada de triunfos, de 4 de Enero y Juan de Garay”.

Gimnasia y Esgrima, el club de los sueños de los purretes que aspiraban a tener la personalidad y jerarquía de Raúl Claudio Calvo, el “Caballero del Deporte”; del genial Ricardo Adrián Crespi, el “Húngaro”, el famoso conductor y capitán del seleccionado argentino de básquetbol; del recuerdo de las inolvidables gambetas de Enrique “El Chueco” García, el más grande puntero izquierdo de la historia del fútbol argentino; el notable René Pontoni; Gabriel Magán; los hermanos Genaro y José B. Canteli; Jerónimo Díaz y del “Macho” Tomás Loyarte...”.

¡Salud y feliz cumpleaños, viejo GimNasia y Esgrima!

Tomás Vío, Raúl Calvo y René Pontoni, tres enormes figuras del deporte, surgidos de Gimnasia y con proyección a nivel nacional. Un lujo.

Foto: Archivo El Litoral