Al cerrar la textil, un grupo de trabajadores conformó una cooperativa

En San Justo, hombres y mujeres tejen su propia historia

Rostros inquietos, preparativos frenéticos y la espera que provoca ansiedad. Para fines de marzo aproximadamente un puñado de voluntades pondrán en marcha en forma progresiva los 20 telares que están montando en un galpón alquilado.

En San Justo, hombres y mujeres tejen su propia historia

La planta que se montó en un galpón alquilado abarca unos 750 metros cuadrados. Los trabajadores hace 20 días que vienen trabajando a pleno en la instalación.

Foto: El Litoral

César Benítez

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Parece paradójico pero a 15 metros del imponente complejo fabril, un grupo de trabajadores -hombres y mujeres- pugna por salvar una fuente de trabajo. Desde los fondos del galpón alquilado para instalar 20 telares se observa un gigante dormido que en sus mejores momentos empleó a más de 200 obreros y que en su momento fue la segunda casa de estos trabajadores.

Se trata de Manufactura Textil San Justo SA, empresa que se radicó durante el gobierno de Isabel Perón, quien sancionó una Ley de Promoción Industrial que favorecía las eximiciones impositivas, lo que alentó al empresario Daniel Ejberowicz, el propietario de la empresa a trasladarse a esta ciudad del norte santafesino hace 35 años.

Sin embargo, en los últimos años la fuente laboral entró en problemas pero fue a partir de 2006 donde sucesivas crisis y el alejamiento de los propietarios hizo que los trabajadores comenzarán a movilizarse, ya que en diciembre de 2007 de los 120 empleados 110 se consideraron despedidos porque ya no cobraban más. Sólo continuó la actividad de manera esporádica con 10 obreros que continuaron un tiempo más pero ya hace 3 meses que la fábrica sufrió el corte del suministro eléctrico y quedó totalmente paralizada.

La firma tiene además de las deudas salariales, abultados compromisos con los proveedores y no presentó -pese a las contingencias que soportó- ningún programa de recuperación productiva, según pudo averiguar El Litoral.

Pero nadie quedó de brazos cruzados y el poder político con las autoridades municipales, encabezados por Marcelo Mauro, el senador provincial Rodrigo Borla; el subsecretario de la Producción municipal, Héctor Ayala; el Concejo Municipal y los trabajadores se abocaron a la tarea de recuperar la fábrica.

“La injerencia de la parte política fue decisiva por la manera en que se trabajo de manera mancomunada con el Concejo para la sanción de la ordenanza para declarar a la empresa de utilidad pública”, evaluó el intendente Marcelo Mauro.

Fue así que comenzaron los primeros pasados para iniciar la conformación de la Cooperativa de Trabajo 15 de Febrero Limitada, fecha clave para los operarios que lograron en junio pasado la ansiada aprobación del procedimiento con matrícula provincial y nacional.

Mientras que el municipio acompañó al cuerpo deliberativo local para que a través de una ordenanza se declare la iniciativa de utilidad pública. El grupo de trabajadores presentó un pedido de quiebra el pasado 2 de febrero en Tribunales ante el juez Eduardo Sodero por el crédito laboral de pronto pago y ahora sólo falta que la Legislatura provincial sancione la expropiación de la empresa. Precisamente en esta decisión está en juego la fuente de trabajo privada más importante de San Justo, además del futuro de parte de los habitantes de esta ciudad.

Dos días más tarde la vicegobernadora Griselda Tessio recibió en la presidencia del Senado a los trabajadores de la textil, acompañados de Mauro, Borla, Adamo y el presidente del Concejo Municipal sanjustino, Dr. Héctor Medina.

En esa oportunidad, Tessio valoró la posibilidad de conocer de manera directa, escuchando de la boca de los propios empleados las vicisitudes y el panorama para el futuro laboral. A su vez se comprometió a interiorizar al gobernador Hermes Binner y al ministro de Trabajo acerca de la situación con vistas a la gestión de un procedimiento que permita reactivar la empresa.

Plazos procesales y futuro

El senador Rodrigo Borla es optimista y confía que “cumplidos los plazos procesales, la sentencia de quiebra salga lo antes posible, para que por un proyecto de ley determinemos la expropiación de esta empresa, la tomemos como recuperada y podamos entregarla a la cooperativa para que siga funcionando, fundamentalmente, para mantener la mano de obra”.

“De los trabajadores -42- que presentaron el pedido de quiebra el pasado 2 de febrero pasado ahora se incorporaron otros 15 más, lo que hace que aumente el monto por el cual se pide la quiebra”, apuntó el legislador provincial a El Litoral.

“En estos momentos el trámite de la causa está con la incorporación de esos 15 nuevos obreros que van a ser presentadas en el expediente, luego se corre traslado de la demanda a la otra parte - futuro quebrado-, es decir Ejberowicz, quien tiene 10 días para pagar lo que se reclama. Pasado ese plazo si no pagó y no opone excepciones al pedido de quiebra ésta se decreta automáticamente”, explicó Borla.

Ahora un grupo de trabajadores trabaja sin pausa ajustando detalles de montaje de 20 telares planos que funcionarán en un galpón alquilado a escasos 15 metros de la fabrica paralizada que se encuentra ubicada en el acceso sur de la ciudad Portón del Norte Santafesino.

En principio comenzarán a trabajar 15 operarios y luego de manera paulatina ingresarán otros cinco hasta completar 20 personas aunque el propósito es que ingresen la mayor cantidad de los obreros que se desempeñaban con anterioridad en la fallida planta fabril.

La producción que abarcarán es mantelería y tela para estampar; mientras se hace el montaje de los telares -cada uno pesa 4.500 kg- que van a comenzar su funcionamiento a medida que vaya incorporándose la materia prima. Además se necesita un transformador para equiparar la potencia de los 20 telares más la urdidora que hace el rollo del telar.

Para fines de marzo estos hombres y mujeres esperan torcer el rumbo de su historia y miran el horizonte con mucho optimismo, atributo que contagian a quien pase por el lugar de su nuevo emplazamiento. El 15 es una cifra premonitoria porque en los números de los sueños es la niña bonita.

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EN NÚMEROS

25.000

habitantes

tiene en la actualidad la ciudad de San Justo.

100

kilómetros

la separan de la ciudad de Santa Fe.

120

trabajadores

tenía la planta textil cuando se encontraba en marcha.

20

telares

son los que entrarán en funcionamiento, en forma progresiva.

15

obreros

son los que van a comenzar a trabajar en un principio.

En San Justo, hombres y mujeres tejen su propia historia

Autoridades municipales, el senador Rodrigo Borla y los trabajadores trabajaron a brazo partido para que el emprendimiento cooperativo pueda arrancar lo más pronto posible.

Foto: El Litoral

En San Justo, hombres y mujeres tejen su propia historia

Preparativos. Los operarios observan la puesta a punto de uno de los telares.

Foto: El Litoral

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EL DATO

El saber de las

maestras tejedoras

Ofelia Beca es una experta trabajadora en el rubro tejeduría de la actividad textil y lo hace notar cuando se acerca al periodista de El Litoral y le examina la tela de su camisa blanca. “Esta tela la confeccionamos en la Manufactura Textil San Justo hace unos años”, señala con seguridad ante la sorpresa del enviado de este diario. Diseño y trama son las claves para el conocimiento de una prenda.

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análisis

Un grupo de personas que sabe a qué asirse

Juan Ignacio Novak

Desde antes de que la crisis de 2001 hiciera mella en la sociedad argentina, muchos trabajadores perdieron sus trabajos, tras las nefastas políticas aplicadas en los 90’.

Desde aquel inolvidable diciembre, se multiplicaron los casos de las empresas recuperadas por sus obreros, con el propósito fundamental de conservar los medios de producción y mantener las fuentes de trabajo.

Algunos de estos casos fueron recopilados y plasmados por el comprometido cineasta Fernando “Pino” Solanas, en una de sus recientes producciones.

La iniciativa de los trabajadores de la Textil San Justo forma parte de ese cúmulo de propuestas. A través de la formación de una cooperativa, estos hombres y mujeres apuestan a poner nuevamente en marcha la fábrica, bajo la única premisa de conservar sus empleos.

La decisión está ahora en manos de los poderes Judicial y Legislativo, que en los próximos meses, deberán decidir si las herramientas de trabajo de la empresa pasan a manos de los operarios. Pero lo valorable es que, en un contexto de crisis como el que vive la Argentina, este grupo de personas tenga el ánimo necesario para superar la resignación y, sobre todo, construir su propio futuro.

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voces y miradas

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Ofelia Beca trabajó 32 años en la textil sanjustina (sección tejeduría).

Foto: El Litoral

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Vilma Gómez con 30 años de trabajo en tejeduría sostiene que “este es el momento más bravo” que vive. Foto: El Litoral

Ofelia Beca tiene 32 años de antigüedad en la textil y se desempeñaba en la sección tejeduría. Para ella, esta nueva etapa con la cooperativa “es un momento importante; tenemos muchas ganas de trabajar y es como volver a empezar”, señala esta mujer de mirada serena, que conoce muy bien su oficio.

Vilma Gómez es otra de las trabajadoras de la parte de tejeduría y tiene 30 años de trabajo en la empresa textil que ahora se encuentra inactiva. “Siempre tuvimos épocas complicadas, pero ésta es la más brava porque nos tuvimos que autodespedir”, señala en referencia a la salida laboral forzada que los tuvo como protagonistas.

Lorena Peralta es una de las más jóvenes del plantel de operarios -tiene 9 años de antigüedad- y que ya conoce los sinsabores de quedar sin empleo. Su relato es contundente: “Es una situación muy difícil para nosotros, ya que estamos con una angustia permanente, pero ahora con la posibilidad de comenzar a trabajar con los telares de la cooperativa se abre una perspectiva diferente”, señaló con optimismo a El Litoral.

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Lorena Peralta se desempeñó 9 años en la manufacturera y pese al complicado panorama laboral cree en el futuro de la cooperativa.

Foto: El Litoral

Norberto Adamo es el presidente de la Cooperativa de Trabajo 15 de Febrero Limitada y quien está al frente de la movida laboral al que acompañan en principio 15 operarios, número que podría llegar a 20 en total cuando se incorpore más materia prima.

Con la experiencia que le da haber trabajado 27 años en la hilandería de la textil sanjustina recuerda que al enterarse de las divergencias que se habían planteado entre la Compañía Textil SA (Cotexsa), dueña de parte de las maquinarias y los dueños de Manufactura Textil San Justo, decide viajar a Buenos Aires con el intendente Marcelo Mauro y el senador Rodrigo Borla (UCR-San Justo) y acordar con la primera el traspaso de las máquinas a la flamante cooperativa.

Es muy optimista respecto al inicio de actividades y estima que en 20 días podría comenzar con la primera línea de producción -unos 8 telares- que en un turno de 8 horas están en condiciones de elaborar 400 metros de tela y con la incorporación del resto de los telares podría agregarse un segundo turno. La jornada arrancaría con el primer turno de 6 a 14 y el segundo de 14 a 22. Con el tercer turno de 22 a 6 de la mañana, la cooperativa podría alcanzar los 1.000 metros de tela por turno.

Mónica Rodríguez se desempeñaba en control de calidad y tiene una trayectoria laboral de 20 años en el establecimiento del Portón del Norte Santafesino que en 2006 entró en crisis. Pasó por situaciones muy delicadas y admite que soportó “una depresión, indudablemente necesitábamos contención porque estabamos cansados de tantas mentiras”, dispara.

En ese sentido, relata un hecho desagradable que le tocó protagonizar y que todavía recuerda con desazón: “Resulta que el dueño de la fábrica -Daniel Ejberowicz- me debía 2 mil pesos de mi sueldo y yo necesitaba dinero para pagar la luz que ya se me vencía la factura. Lo hablé y me dijo traéme la boleta, resulta que cuando vio el valor que ascendía a 70 pesos, me respondió: ¡pero esto es mucho!. Lamentablemente los dramas siempre eran de él pero no de sus empleados”.

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Norberto Adamo presidente de la flamante Cooperativa 15 de Febrero Limitada. Foto: El Litoral