CULTURA

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Son Goku y Bulma, en la extravagante y muy libre versión hollywoodense. se estrena en abril.

Grandes bolas de fuego

La TV convirtió a Dragon Ball en un boom de culto masivo, multiplicado en muñecos, cartas y todo tipo de merchadising. A 25 años de la creación del manga original, que ahora se publica en Argentina, sigue siendo un éxito. TEXTOS DE EL MONITOR.

Asomarse al mundo de Dragon Ball sin ser un seguidor acérrimo de la serie -por ejemplo, para hacer una nota periodística-, puede ser una experiencia verdaderamente abrumadora. En primer lugar, desde un punto de vista cuantitativo: a los 519 capítulos del manga original -agrupados en 42 tomos- y los 509 episodios del animé, se suman películas, animaciones especiales y versiones alternativas. Pero también, resulta desconcertante tratar de encontrar una explicación al fenómeno mundial de esta historia, que se prodiga en incontables páginas web y publicaciones especializadas, cartas, figuras de acción, juegos de video y merchadising de todo tipo; además de un difundido y machacón “rap” que resume la saga.

Se sabe que, después del boom de hace unos años, potenciado precisamente por Dragon Ball, el animé conserva muchísimos seguidores en nuestro país. Lo que no es tan fácil de explicar es el furor que, igual que en los “90, volvió a desatar en los últimos dos años aquel pionero del fenómeno.

La reiteración de los mismos episodios en horario central de los canales infantiles, activó el lanzamiento de nuevos álbumes de figuritas, muñequitos y naipes, que se apilan en mazos inacabables a fuerza de expansiones y que vinieron a reemplazar al arrasador éxito inmediatamente anterior, Yu-Gi-Oh. La noticia del próximo estreno -previsto para abril- de la primera película con actores, si bien despierta ansiedad entre los fanáticos de la saga, no les permite alentar demasiadas expectativas, por las licencias que los adaptadores se tomaron con respecto al universo original. Y no es, de ninguna manera, la causa del nuevo estallido.

Una fórmula improbable

Una vez más, entonces, la incógnita: se trata de un animé que, por más precursor que haya sido en su momento, tiene varios años de antigüedad, una animación precaria -aún para los estándares habituales de este tipo de producciones masivas- y un desarrollo argumental que, a fuerza de imitaciones, ya ha sido visto una y otra vez (tal como sucede en Naruto, otro de los éxitos de la actualidad).

Así las cosas -repetición en TV, película en ciernes, reedición del boom-, la otra novedad importante es que Dragon Ball comenzó a editarse en nuestro país, en la versión de 42 tomos en blanco y negro, y sentido de lectura japonés (es decir, de atrás para adelante y de derecha a izquierda). Todo un cambio con respecto a la primera e incompleta edición, que eran revistas adaptadas al estilo occidental y a colores.

Los tomitos tienen el atractivo adicional de consignar en cada caso las correspondencias y diferencias con el dibujo animado, ya que éste último muchas veces agrupa distintos capítulos en un solo episodio, o agrega situaciones, para poder estirar un poco más el desarrollo. La otra cuestión importante -y que deberían tener en cuenta los padres antes de comprar despreocupadamente lo que creen una simple traslación al papel del dibujito que dan en Cartoon Network- es que, a diferencia de la versión del animé que se ve en los canales infantiles, este manga no tiene censura. Entonces, no solamente encontrarán imágenes violentas de mayor crudeza y malas palabras -bien argentinizadas, para el caso-, sino también una serie de chistes sobre tetas y bombachas (y también alguna imagen a tono) a los que es muy afecto el público original, pero que en determinadas edades y familias pueden resultar bastante chocantes.

una historia con ramificaciones

Pasando a la información “enciclopédica” sobre la serie, y estrictamente para consumo de los neófitos -los fanáticos se conocen al dedillo los detalles de cada saga, episodio y personajes- , hay que decir que “Dragon Ball” es un manga escrito y dibujado por Akira Toriyama, que comenzó a publicarse en 1984 y terminó en 1995. La trama está basada en una novela china llamada “Viaje al Oeste”, publicada en 1590.

En un principio el argumento se centra en Son Goku y Bulma en la búsqueda de las legendarias Dragon Balls, un total de siete artefactos que al ser reunidas daban lugar a la aparición del dragón sagrado que puede conceder cualquier deseo. Los jóvenes encontraran otros personajes que se irán uniendo con el paso de la historia, se adentrarán en la búsqueda de las Dragon Balls y Goku desafiará a todo tipo de villanos para convertirse en el hombre más fuerte del mundo.

En varios momentos la serie pasa al Tenkaichi Budokai, un gran torneo mundial de artes marciales en el que los mejores luchadores de todo el mundo se darán cita, batiendose en duelo a fin de demostrar quien es el más fuerte luchador sobre la Tierra. Más adelante, a partir de la pelea contra Piccolo Daimao, el argumento da un cambio radical: las Dragon Balls quedan en un segundo plano y el argumento se centra en la protección de la tierra y del universo entero, con continuas batallas contra villanos cada vez más poderosos.

En Argentina, un éxito duradero

La serie se comenzó a emitir en la Argentina en Abril de 1997 con el doblaje mexicano, en el canal de cable Magic Kids, donde cosechó un tremendo éxito que duró aproximadamente 3 años. Fueron notables las múltiples repeticiones que se hicieron de cada bloque de capítulos, motivo por el cual Dragon Ball Z se estrenó recién en mayo de 1998 y Dragon Ball GT en el año 2000.

Casi paralelamente se emitió la serie en bloques de a 4 episodios por el programa El club del animé, del mismo canal. El furor se expandió también al manga e incluso al cine, donde se proyectaron 3 películas: “La super batalla” en mayo de 1998 -como “Dragon Ball Z: la película”, “Estalla el duelo”, en enero de 1999 -como “Dragon Ball Z 2: El poder invencible” y un combinado de “Los guerreros de plata” y “¡Fusión!” en diciembre de 1999, como “Dragon Ball Z 3: Guerra en los dos mundos” (se emitieron pegadas una atrás de la otra, con una voz en off que comentaba una relación inventada entre ambas). Estas y el resto de las películas y especiales de TV fueron comercializadas en video.

Actualmente, Dragon Ball y Dragon Ball Z se ven por Cartoon Network. Las cartas, los muñecos, las revistas y las golosinas, por todas partes.

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El manga de Akira Toriyama tiene una edición argentina, que respeta el sentido de lectura japonés.

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Las figuras de acción y las cartas se suman a la inexplicable fascinación por la historia, que revive por estos días el éxito generado aquí hace diez años.

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Del papel a la pantalla

El manga fue adaptado en su totalidad al anime en dos series. Los primeros 194 capítulos fueron adaptados usando el mismo nombre en 153 episodios de media hora y se emitieron en Japón desde el 26 de febrero de 1986 al 19 de abril de 1989, sumándole además 4 películas. A partir del capítulo 195 del manga su adaptación al anime fue llamada Dragon Ball Z y fueron adaptados 291 episodios de media hora emitidos desde el 26 de abril de 1989 hasta el 31 de enero de 1996, completando las historia del manga. También fueron creados dos especiales para televisión que ampliaban la historia, más 13 películas y 1 OVA -película para video.

Al terminar Dragon Ball Z, Toei creó con ayuda de Akira Toriyama una historia alterna llamada Dragon Ball GT, que continúa la vida de Goku y sus amigos años luego del final del manga, enfrentándolos a nuevos peligros. Fue estrenada el 7 de febrero de 1996 y terminó el 19 de noviembre de 1997, con 64 episodios y un episodio especial para televisión .

Se crearon 13 películas, mas 2 películas especiales, animadas basadas en la serie; de las 4 basadas en la primera serie, las primeras son una trilogía que cuenta una historia alternativa a la original y la cuarta película fue creada para el décimo aniversario del anime.

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Al grito de Kame Hame Ha, estallidos de colores, mandíbulas desencajadas y figuras estáticas caracterizan el animé.