Los postulantes priorizan a los recién nacidos
Muchos niños y niñas de más de
tres años esperan ser adoptados
Los matrimonios buscan bebés recién nacidos o hasta los tres años. Pero éstos no son la mayoría. Historias de parejas que se animaron a adoptar chicos de más de siete años.
De la redacción de El Litoral.
¿Cómo puede ser que por un lado haya tantas parejas que quieren adoptar desde hace años y, por otro, haya tantos chicos que no consiguen un hogar? ¿En qué falla el sistema de adopción argentino? ¿Por qué tanta espera y tantos trámites? El tiempo transcurre, las parejas van perdiendo sus esperanzas y los niños siguen creciendo sin una familia.
Para Marisa Graham, funcionaria de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, el problema no es el proceso de adopción, al que no consideró “ni lento ni burocrático”, sino que “lo que lleva tiempo es encontrar un niño para una familia que, en general, peticiona bebés o niños de 0 a 3 años; y la mayoría de los niños que necesitamos que sean adoptados son mayores”.
En este sentido, destacó la necesidad de trabajar con los postulantes a la adopción para que “sean un poco más amplios en sus expectativas”: “Como mamá o papá, uno pasa más años planchando guardapolvos que cambiando pañales. El anhelo de tener un bebé es razonable y respetable, pero no es obligación del Estado garantizarlo. Nuestro deber es garantizar el derecho de los niños de vivir en un ámbito familiar”.
Una oportunidad
Entre las razones por las cuales es difícil encontrar postulantes para adoptar niños más grandes, Graham detalló que a veces se tratan de grupos de hermanos, que no pueden ser separados; niños que viven en lugares alejados y el Estado no quiere desarraigarlos de sus costumbres; o con algunas enfermedades -como HIV- o discapacidades. Pero, en general, es el anhelo de querer un bebé recién nacido lo que frena la posibilidad de adoptar chicos de más de 3 años.
“Cuando decidimos adoptar yo siempre decía “hasta 3 años como máximo’. Pensaba que lo iba a hacer a mi manera, que un chico de 7 años ya tiene su carácter”, contó Julio. Pero todo cambió cuando conoció, con su mujer, a Oscar (7) en el Hogar Estrada. “Hace 7 meses que está con nosotros y es nuestro hijo, lo adoramos. Si nos hubiesen dado un bebé, no estaríamos viviendo las cosas que vivimos con Oscar”.
Gracias a las “Jornadas para Padres Adoptivos”, que se realizan desde el año pasado en el Hogar Estrada, donde viven varios niños que esperan una familia, Oscar (7 años), Jonhatan (12 años) y Germán (11) cumplieron sus sueños de tener una mamá y un papá.
Vulnerables
En el marco de la jornada de capacitación que organizó la subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia, Graham subrayó que es responsabilidad del Estado hacerse cargo de los niños en situación de vulnerabilidad.
Para ello se cuenta con distintas alternativas, como las familias de acogimiento -que acompañan en la crianza de los niños, también conocidas como hogares de tránsito-, organizaciones no gubernamentales y algunas instituciones públicas. “Ya no existen aquellos viejos orfanatos, sino que tratamos que los chicos que viven en una institución pública compartan la vida del resto, yendo a la misma escuela y hospital del barrio”, agregó.
En relación con el tema de las adicciones, sobre todo la aspiración de tolueno (pegamento), reconoció que “afecta a los más chiquitos porque les da la sensación de llenar el estómago y también llenará otras cosas que tienen que ver con su alma”. En este sentido, aseguró que “se está trabajando para reforzar y capacitar a las familias de estos chicos, que necesitan un fuerte centro de contención”.