Llegan cartas

 

Hogares de tránsito

Dr. Edgardo Schapachnik

DNI: 4.538.549.

Señores directores: Me dirijo a ustedes en forma impersonal porque el artículo publicado el domingo 5 ppdo. titulado “Adopción: “Teníamos un choque de paradigmas que eran antagónicos’” no está firmado.

Lo hago en calidad de ciudadano común, que no entiende de leyes porque soy médico y lo hago también en mi condición de padre de cuatro hijos, los dos últimos “adoptivos’ durante sus respectivas adolescencias. Les aclaro el entrecomillado de la palabra adoptivos. Lo hice, porque es el lugar desde el cual haré las siguientes reflexiones, aunque simplemente debiera haberles dicho que soy padre de 4 hijos.

La verdad es que me sorprendieron algunas reflexiones de la secretaria para el Desarrollo de la Ciudadanía, Patricia Giuricich, porque me dieron toda la sensación de que son reflexiones teóricas, hechas desde un escritorio, ignorando la realidad de los hogares de tránsito donde pasan años los niños a los que funcionarios como la mencionada le niegan la posibilidad de tener una familia, como lo prescriben los Derechos del Niño, que tienen estatuto constitucional.

Debe ser cierto el dato de que la mayoría de los niños que allí se albergan no son huérfanos, pero nada dice la secretaria de los que están allí por haber sido maltratados, violados o sencillamente torturados.

Porque nadie pretende negar la verdad absoluta de que el primer deber de un funcionario que debe velar por que se respeten los derechos del niño, es intentar restablecer el vínculo con sus familias de origen.

¿Pero qué sucede cuando esto no es posible? ¿O también se trata de restablecerlo a toda costa si hay pruebas fehacientes de vejaciones, malos tratos y abandono moral y físico? ¿Cuáles son las fuentes de las que se vale la secretaria para afirmar acerca de niños que se entregan en adopción y que son devueltos por fracasos?

Puedo ofrecerle bibliografía contraria, ya que sólo 2 de cada 15 niños adoptados no se adaptan a la familia que los acoge.

¿Acaso son preguntados los niños acerca de su deseo de volver al seno de esas familias biológicas, como es su derecho, ya que también los niños son “sujetos de derecho’?

Si un niño pasa su infancia en un hogar, privado del afecto de una familia que desea adoptarlo en aquéllas circunstancias de imposibilidad de restablecer el vínculo, ¿no estará acaso el funcionario de marras, violando la constitución ya que es su derecho establecido el crecer y desarrollarse en el seno de una familia, y mereciendo oír ello ser sometido a un jury de enjuiciamiento?

Me parece, que si la secretaria Patricia Giuricich no modifica su punto de vista para colocarse desde el paradigma de los Derechos del Niño, -que están por encima del que provienen meramente del mapa genético- merecería por lo menos brindar respuestas a la comunidad.