sociedad

2.jpg

Vista de la fachada posterior de la estancia la criolla. Foto: Gentileza Roberto Druetto.

Dos estancias con historia

En esta quinta entrega de Arquitectura Rural, historia, patrimonio, turismo, desandamos el camino de las estancias La Cautiva y La Criolla, dos experiencias innovadoras.TEXTOS. ARQ. CRISTINA S. GALETTI.

El antiguo casco de Estancia La Cautiva está ubicado a unos nueve kilómetros de la localidad de Los Molinos, en el departamento Caseros, y fue construido a mediados del siglo XIX. Sin embargo, el sitio encierra una historia que va más allá, hasta la época hispánica.

Es así como el teniente de gobernador de Santa Fe Antonio de Vera y Mujica, entre los años 1668 y 1672 -quien tuviera una destacada actuación en la expansión de la frontera norte contra los indios y en mérito a la organización de una expedición militar que expulsó a los portugueses de la Colonia del Sacramento-, recibe de manos del gobernador, en carácter de “merced real”, la propiedad de dos grandes estancias: una ubicada sobre las costas del río Paraná, entre la Bajada San Lorenzo y el arroyo Ludueña, y la otra, que abarcaba cuatro leguas al oeste del río Carcarañá. Por otra parte, compró por su cuenta otra estancia de enorme territorio situada entre el Carcarañá y la Bajada San Lorenzo.

Después de su muerte, su hijo vende, hacia 1719, a la Compañía de Jesús las dos estancias, una de las cuales comprendía a las tierras de La Cautiva, estableciendo una gran explotación denominada San Miguel de la Banda Sur del Carcarañá..

La Estancia San Miguel abarcaba una enorme extensión de campo que llegaba hasta San José de la Guardia de la Esquina y tenía 6 puestos. Se dedicaron a la ganadería y crianza de mulas que comercializaban con el Alto Perú, donde eran utilizadas como animales de carga en las minas de plata de Potosí.

En el año 1767, todos los integrantes de la Compañía de Jesús fueron expulsados de los territorios de España, cambiando de manos sus bienes.

En 1775, Pedro Mihura fue designado por la Junta de Temporalidades de Santa Fe para el parcelamiento con vistas al posterior remate.

Entre algunos de los muchos adquirentes figuran Manuel Ignacio Díez de Andino y el maestre de Campo Domingo Correa, otra parcela por Miguel Gerónimo de Acevedo.

Al fallecer Miguel Acevedo deja como heredero de este predio a su hijo Justo; a él le sucede Anastacio y otros coherederos, quienes a su vez venden las tierras hacia 1858 a Blyth y Bustinza.

La lista de los dueños de esta fracción indica que Melitón Sotomayor, Mariano Cabal y el Banco de Londres y Río de la Plata la habrían adquirido posteriormente.

A partir de 1871 pasa a ser propiedad de Pascual Leguizamón. En 1881, por escritura del 7 de noviembre realizada ante el escribano Javier Maurice, Tomás, Bernardo y Domingo Leguizamón, herederos de Pascual Leguizamón, dividieron las tierras que tenían en condominio, adjudicándosele a Domingo Leguizamón 5.688 hectáreas sobre la base del campo conocido con el nombre de “La Cautiva”.

No se puede precisar la fecha exacta de la construcción de la importante vivienda que conforma el casco; sí sabemos que las principales modificaciones se realizaron en 1908 y estuvieron a cargo del arquitecto D. Bravo.

Dos etapas

Según el arquitecto José Jumilla su edificación se realizó en dos etapas, basándose en los diferentes lenguajes formales utilizados en las fachadas de la casa.

Por otra parte, en la que da al parque ostenta a modo de escudo en el centro de la balaustrada la leyenda “Santa Sofía”, probablemente en honor de la esposa de Domingo Leguizamón, Sofía Alurralde, por lo que habría sido construida a partir de 1881 cuando los hermanos Leguizamón dividieron su propiedad.

En tanto, en la fachada que da sobre el río aparece la denominación “La Cautiva”, que es anterior y, sin embargo, es la que perdura hasta hoy.

En la actualidad, la estancia es propiedad de la familia Bilesio, quienes están realizando la puesta en valor del casco, para ofrecer nuevos y mejores servicios turísticos, la posibilidad de realizar safaris fotográficos, y organizar eventos sociales y empresariales.

Estancia La Criolla

La estancia La Criolla está ubicada a un kilometro de Vera y Pintado, poblado que surgió hacia 1886 con el personal de la estancia de la familia Cabal, que se denominaba “La Sin Nombre”, cuyo viejo casco, construido a fines del siglo XIX, se encuentra a unos cien metros del de La Criolla.

Estas tierras fueron testigo de importantes reuniones políticas y de la llegada de encumbrados visitantes, ya sea relacionados con el campo o la política.

“La Sin Nombre” cubría originalmente unas 70 leguas cuadradas, y en el momento del fallecimiento de Mariano Cabal, la propiedad legada a sus herederos era de 146.444 hectáreas, 86 as., y 80 ca. según documentación obrante en el Archivo General de la Provincia.

Se dedicaba a la ganadería, actividad que se sigue desarrollando hasta la fecha, sumada a la agricultura. Los hermanos Cabal, que fueran propietarios de “La Sin Nombre”, atravesaron por problemas financieros que determinaron que, a partir de la deuda establecida con el Banco Tornquist, esta institución se hiciera cargo de las tierras.

Por entonces Ernesto Tornquist, como cabeza de las empresas familiares, había entablado relación profesional con el arquitecto Alejandro Bustillo, a quien le encarga la realización de varias obras, entre ellas el Banco Torquinst y Cía Ltda., en la calle Bartolomé Mitre 553, en Buenos Aires, residencias particulares y otros edificios comerciales y residenciales de la familia.

Como una sucesión de hechos paralelos, el banquero ofrece las tierras de los Cabal a la Compañía La Forestal a la vez que encarga la construcción de un nuevo casco para estos campos, con destino al personal jerárquico de la empresa taninera, al Arq. Bustillo.

En la década de 1950, luego de la partida de la compañía, se subdividió en lotes y la familia Druetto adquirió parte de las tierras con las instalaciones actuales, continuando con la agricultura y la ganadería como actividades principales.

Desde hace algunos años han incorporado el turismo, como actividad innovadora, fundamentalmente orientado a la caza de la paloma y otras especies autóctonas en temporada. Asociados al Safari Club Internacional, promocionan sus servicios sobre todo en el exterior, desde donde llegan importantes visitantes que practican las actividades de caza a la vez que disfrutan de los bellos paisajes que circundan el casco y de la excelente gastronomía que ofrece La Criolla.

Bibliografía y fuentes:

Aguirre, Evaristo: El legendario paraje de Desmochado afuera -

www.museolosdesmochados.com.ar

A.G.P. Sección TOPOGRAFÍA, Tomo 630, Foja 77

Agradecimientos: Srta. Giselle Bilesio, Sr. Roberto Druetto, Prof. Graciela González (A.G.P.) y Sr.Héctor Reatti (Secretario Comuna Vera y Pintado)

6.jpg

esta foto de la cautiva es anterior a las reformas de 1908. Foto: Gentileza Giselle Bilesio.

1.jpg

fachada de La Cautiva. Foto: Gentileza Giselle Bilesio.

3.jpg

uno de los Eventos realizados en los jardines del casco de La Cautiva. Foto: Gentileza Giselle Bilesio.

4.jpg

el patio interior y las galerías de la criolla. Foto: Gentileza Roberto Druetto.

7a.jpg

Vista general de la casa principal y patio interior de la estancia la criolla. Fotos: Gentileza Roberto Druetto.

viene de la página anterior

9a.jpg

Vista del casco y del patio interior de la estancia la criolla con el paisaje próximo. Fotos: Gentileza Roberto Druetto.

El nombre de Fives Lille

Entre 1890 y 1891 se construye la estación de ferrocarril que se conociera como Fives-Lille, razón por la cual el pueblo había tomado el nombre de la compañía constructora del ramal y de la estación.

Recién en el año 1951, por Ley provincial Nº 4.002, se reemplaza la primitiva denominación Fives Lille por Vera y Pintado, en homenaje al Dr. Bernardo de Vera y Pintado, santafesino radicado en Chile que trabajó por la independencia de aquel país e, incluso, fue autor de algunas estrofas de himno nacional chileno.

11.jpg
8a.jpg