La defensa no está sólida, arriba no aparece uno, además de Fuertes, que la meta y, para colmo, el Turco no acierta...

En tiempos de enfermedades, Colón le tomó pánico a las alturas

El equipo jugó tan mal como en el segundo tiempo con Vélez y se cayó justo antes de jugar con San Martín, partido que Mohamed esperaba para definir objetivos.

En tiempos de enfermedades,  Colón le tomó pánico a las alturas

La pierna derecha de Canuto alcanza a desviar la pelota ante la presencia inquietante del moreno Mena. Fue un duelo particular en el que no hubo vencedores ni vencidos, aunque Mena metió un desborde que el Bichi desperdició increíblemente.

Foto: Télam

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No preocupa tanto la derrota en sí como la flojísima actuación de Colón. Es que todos esperaban la reacción del equipo después de lo ocurrido el domingo pasado ante Vélez en el Centenario. Es cierto que era otro contexto (cancha chica y muy especial). Pero el Turco Mohamed —técnico estudioso y previsor de este tipo de circunstancias— lo había planificado durante la semana. “Por ahí lo pongo a Lucas Acosta, porque necesito gente hábil y que me genere tiros libres cerca del área”, dijo el Turco. Y se decidió por Mena, de características totalmente opuestas. ¿Le sirvió Mena?, la respuesta es negativa. ¿Le habría servido Lucas Acosta?, no se sabe, no jugó y ni siquiera entró. Aún así, Mena metió un desborde descomunal por izquierda que terminó con un centro atrás que el Bichi, increíblemente, tiró por encima del travesaño con todo el arco a disposición y Torrico descolocado. Habría sido el 1-1 sobre el final del primer tiempo y, quizás, la cosa cambiaba para el complemento. Pero es todo potencial. La realidad es que Colón perdió, no hizo goles, el equipo no rindió, no se adaptó a la cancha y, además de todo esto, le hicieron un gol de pelota quieta, justo el arma que quería utilizar Mohamed para sorprender.

Convengamos que en este fútbol de medianías y paridad, se adapta perfectamente aquel concepto de que cualquiera le gana a cualquiera. Argentinos ganó sólo dos partidos en el campeonato y lo hizo ante Lanús y Colón. Utilizó sus argumentos: concentración permanente y toqueteo de primera. En cancha chica, resulta prioritario que esto se maneje con absoluta eficacia. Y Argentinos lo hizo, por eso ganó.

Volviendo al mensaje de Mohamed antes del partido, la idea de cómo jugar estaba. En primer término, sorprendió la designación de Mena como titular porque de todas las alternativas era la menos recomendable en esta clase de partidos. Si Colón, en lugar de jugar en La Paternal, lo hacía en el Nuevo Gasómetro (cancha de dimensiones totalmente opuestas a la de Argentinos), se podía justificar la presencia de un jugador como el colombiano, que evidentemente necesita espacios. Pero Mohamed se inclinó por él y armó un esquema que, en algunos pasajes, se pareció a un 4-3-3, con Sciorilli abierto por derecha y Mena arrancando por izquierda, como ocurrió en esa jugada tan clara que tuvo la visita para empatar el partido cuando el marcador era 1-0 con el gol de Canuto (error defensivo de Colón al no rechazar un centro desde la derecha que pasó entre varias piernas).

Déficit I

Salvo Ferrero, el resto de los defensores no estuvo en una buena noche (sobre todo Garcé y Torres). Por eso, Colón volvió a jugar un partido flojo como le ocurrió en el segundo tiempo ante Vélez, en un sector (el defensivo) que fue uno de sus pilares fundamentales en esta campaña.

Pero el primer déficit que se le vio al equipo fue la falta de precisión en el manejo de la pelota. Había que estar exactos en el medio y Colón no lo fue. Vivas lo metió a Peñalba encima de Prediger. Y no sólo que no jugó Prediger, sino que Peñalba se convirtió en el mejor jugador de la cancha. Y ahí perdió Colón.

No apareció Capurro para manejar la pelota como lo había hecho —y muy bien— en el partido contra Independiente en el segundo tiempo. Intentó armar un tándem por derecha con Sciorilli, pero fracasaron. Y lo propio ocurrió con la dupla Oyola-Mena por el otro costado.

Sin la pelota, Colón no le hizo ni cosquillas a un Argentinos que, en contrapartida, la trató mucho mejor. Peñalba fue el abanderado, pero Santibañez y Ortigoza no le fueron en zaga. Así, el local entendió mejor el formato ideal para un partido que no tenía demasiados misterios, pero que necesitaba de respuestas totales y saludables que, evidentemente, Colón jamás tuvo más allá de que el Turco intentó después metiendo gente de mitad de cancha hacia adelante, como el pibe Bertoglio (buen manejo) y Ledesma.

En tiempos de enfermedades,  Colón le tomó pánico a las alturas

Así jugó Colón toda la noche, metiéndole centros a Fuertes (en la foto apoyado por un inexpresivo Nicolás Torres). Al equipo le faltaron variantes de ataque.

Foto: Télam

Déficit II

Le falta gol de los delanteros a Colón. No de Fuertes, claro, quien ayer marró una oportunidad “imposible”. Sino del resto. Tuvo sus chances Castillo, luego fue el turno de Mena y también de Ledesma. Las había tenido —a esas chances— el mismo Valdemarín, que ya no está. Pero nadie explota con goles. Mena apareció como una buena alternativa de segundos tiempos, tomando a los rivales cansados y con espacios para aprovechar lo mejor que tiene: su velocidad. Dicen que Ledesma es el más goleador de todos (ayer estuvo cerca con un remate cruzado) y por allí necesita algo de continuidad (apenas debe haber completado dos partidos “enteros” con la sumatoria de minutos desde su debut ante Independiente). Pero alguien tiene que aparecer porque, si no, el equipo queda muy reducido en cuanto a sus posibilidades de eficacia.

No es que Colón sea un equipo inofensivo, porque generalmente ha hecho goles. Pero siempre dependiendo de Fuertes y algún volante o defensor. No hay un ladero del Bichi para acompañar. Y eso, a la larga, se termina sintiendo.

Anoche, Colón equivocó los caminos de ataque. Tiró muchos centros buscando a Fuertes. Y enfrente había dos centrales (Sabia y Scotti), que si algo tienen de bueno es que van correctamente de arriba, son fuertes en el juego aéreo. Había que intentar algo por abajo. Es cierto que sin espacios se hace más complicado. Pero si los argumentos ofensivos se reducen exclusivamente a tirarle pelotazos frontales al “9” para que salte 100 veces en los 90 minutos, las posibilidades se terminan acotando considerablemente.

Colón no es un equipo que luzca por su juego. Colón es un equipo que se basa en la solidaridad, en el despliegue, en la firmeza defensiva que se ha perdido en los últimos 135 minutos de juego (los 45 finales de Vélez y los 90 de ayer) y en la mano de su técnico para planificar en forma correcta —generalmente— los partidos.

Todo eso se tiene que recuperar. Mejorar algunas cuestiones individuales (Prediger y Capurro, por ejemplo), volver a ser confiable defensivamente y que el Turco retorne a sus propias fuentes.

Cachetazos dolorosos

Los dos cachetazos de Vélez y Argentinos dolieron bastante porque le pusieron freno a la ilusión que se había creado en el hincha. Estas son cuestiones que no se pueden manejar. Si el equipo anda muy bien (como pasaba hasta antes de Vélez) y la gente se enloquece y sueña con el título, es algo totalmente normal y lógico. Es el sueño de cualquier hincha y no se puede controlar. Lamentablemente, el equipo no supo ponerse a tono con este sentimiento genuino de la gente. No estuvo en 135 minutos de juego a la altura de esas circunstancias. Recibió 6 goles en ese tiempo, ni más ni menos que la misma cantidad que le habían hecho en los otros 10 partidos y perdió los dos encuentros dejando una sensación amarga.

Si Colón se despidió o no del campeonato es algo que no debe preocupar demasiado. Todos los otros objetivos siguen estando a la vista. “Sacar 50 puntos”, había dicho el Turco antes de empezar la temporada, y sólo faltan 6 para llegar a ese objetivo. “Entrar en la Sudamericana”, dijeron otros a medida que el equipo empezó a ganar partidos en este Clausura, y sigue estando a 5, con posibilidades de aprovechar el bajón estrepitoso de Tigre, con el que debe jugar en un par de fechas. “Escaparse definitivamente de la tabla de promedios”, pensó el resto, y en la medida que se consigan puntos, éste también será un objetivo alcanzable sin demasiado esfuerzo.

Alexis Ferrero

(Defensor de Colón)

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“Hicimos lo peor que podíamos hacer: equivocarnos en esta cancha. Sabíamos que un error nos iba a costar un gol. Y así fue. Por eso me voy muy mal”.

El defensor sabalero fue uno de los pocos rescatables en otro flojo rendimiento defensivo, al igual que en el segundo tiempo ante Vélez.

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SÍNTESIS

Argentinos Jrs.......2

Colón................ . . . . . .0

Cancha: Argentinos Juniors.

Árbitro: Gabriel Favale.

Argentinos Juniors: Torrico; Canuto, Scotti, Sabia y Cardozo; Bogado, Ortigoza, Santibañez y Peñalba; Hauche y Gianni. AS: Carrera. Estuvieron en el banco: Sola, Rius y Gabriel Pérez. DT: Claudio Vivas.

Colón: Pozo; Garcé, Ferrero, Goux y Torres; Capurro, Prediger, Oyola y Sciorilli; Fuertes y Mena. AS: Marcos Díaz. Estuvieron en el banco: Candia, Facundo Sánchez y Acosta. DT: Antonio Mohamed.

Goles: en el primer tiempo, a los 7 min Canuto (AJ) y en el segundo tiempo, a los 25 min Hauche (AJ).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 11 min Bertoglio (C) por Torres; a los 20 min Pavlovich (AJ) por Gianni; a los 22 min Ledesma (C) por Mena; a los 24 min Quiroga (AJ) por Santibañez; a los 33 min Córdoba (AJ) por Peñalba y a los 34 min Alfredo Ramírez (C) por Sciorilli.

Amonestados: en Colón recibieron tarjeta amarilla Capurro y Sciorilli.

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EL DATO

No puede ganar.

La cancha de Argentinos Juniors, luego de su remodelación, sigue siendo imposible de vencer para Colón. Es que la última vez que el sabalero ganó de visitante ante los “Bichos” de La Paternal, fue en el Apertura 2000. Desde la reinauguración del viejo estadio de Juan Agustín García y Boyacá, Colón no ha podido ganar y, además, generalmente jugó mal, como anoche.

En tiempos de enfermedades,  Colón le tomó pánico a las alturas

El Pony Oyola no tuvo peso en el manejo de la pelota y tuvo una noche plagada de imprecisiones.

Foto: DyN