La buena relación de Franco y Castro

(EFE)

Los intereses económicos y políticos de la España franquista en Iberoamérica y la admiración que Francisco Franco profesaba por Fidel Castro son algunos de los elementos de un reportaje que emitió la televisión pública de la región de Cataluña, TV3.

“Franco y Fidel”, de una hora de duración, es un intento de entender la extraña relación de amistad que unió la Cuba castrista con la España franquista. Los dos capítulos recorren la historia de la relación entre la Cuba comunista y la España fascista, dos países con regímenes políticos antagónicos que, sin embargo, mantuvieron una relación de amistad desde el primer momento hasta la muerte de Francisco Franco (1892-1975).

El reportaje recoge el testimonio de Manuel Fraga, ministro de Franco en los años ‘60, que reconoce el apoyo de Franco a la revolución cubana, aunque matiza que “Fidel tardó en convertirse en el dictador que es hoy”.

El general Manuel Fernández Monzón, miembro del departamento de contraespionaje de los servicios secretos franquistas, añade que “los revolucionarios cubanos eran gente con recursos, niños pijos, y, entre eso y los uniformes, la verdad es que caían bien”.

Estas declaraciones encajan con las sorprendentes imágenes de archivo, de enero de 1959, en las que los exiliados cubanos celebran el triunfo de la revolución cubana en el parque del Retiro de Madrid, en una época en la que en España se reprimía con dureza cualquier tipo de manifestación política.

También resultan reveladores los relatos de revolucionarios castristas que durante su lucha contra el dictador Fulgencio Batista salvaron la vida gracias a la ayuda de la Embajada española.

Pero esta buena relación no se limitó a los primeros momentos de la Revolución cubana, sino que España arriesgó su relación con los Estados Unidos, su principal aliado y su única fuente de ayudas económicas externas, por mantener su relación con Cuba.