Explorando el cosmos

Dos satélites para avanzar en la comprensión del universo

El satélite Planck, encargado de estudiar la radiación cósmica para comprender mejor los comienzos y el destino del universo, y el observatorio Herschel, que estudiará la formación de las estrellas, serán lanzados mañana por la Agencia Espacial Europea (ESA) desde la base de Kurú, en la Guyana francesa.

Boris Cambreleng

AFP

Se trata, en términos de la ESA, de “dos de los satélites astronómicos más sofisticados jamás construidos” que permitirán “revolucionar nuestro conocimiento del cosmos”.

Los dos satélites serán lanzados con un cohete Ariane 5 y se separarán poco después de su lanzamiento para viajar por separado hacia un punto de estabilidad gravitacional a unos 1,5 millones de kilómetros de la Tierra en la dirección opuesta al Sol.

En ese punto, situado más allá de la órbita de la Luna, hallarán un entorno térmicamente estable, cercano al cero absoluto (-273,15C), lejos de las perturbaciones por el calor o la sombra de la Tierra.

Estrellas lejanas

El satélite Herschel, de 7,5 metros de altura y 4 metros de ancho, es el telescopio de infrarrojo más grande jamás lanzado, con un espejo primario de 3,5 metros de diámetro que observará estrellas que hasta ahora estaban fuera del alcance por estar demasiado lejanas.

“Se comprende aún muy mal cómo se forman las estrellas”, explicó el director del Instituto de Astrofísica de París, Laurent Vigroux, durante una presentación del proyecto. Los tres instrumentos embarcados a bordo de Herschel utilizarán la radiación infrarroja lejana y submilimétrica para detectar los cuerpos celestes más fríos y que liberan menos energía.

Pacs y Spire, las dos cámaras de bolómetros a bordo de Herschel, registran las ínfimas variaciones de radiación electromagnética. Como Hifi, su espectrómetro de alta resolución dedicado a la química del universo, están instaladas en un ambiente de helio, para mantener una temperatura cercana al cero absoluto.

El frío es indispensable pues “al calentarse, los instrumentos emiten radiaciones y perturban las medidas”, explicó a la AFP Jean Dauphin, director de la observación de la Tierra de la división espacial del constructor aeronáutico y espacial europeo EADS.

La duración de vida prevista para Herschel es de mínimo tres años, tiempo durante el cual numerosos equipos de astrónomos del mundo entero compartirán el tiempo de observación.

La geometría del universo

De su lado, el satélite Planck tiene por objetivo estudiar las variaciones del orden de un millonésimo de grado de la irradiación fósil del universo, una luz emitida 380.000 años después de su nacimiento.

Una vez establecido el gráfico de fluctuaciones de esta irradiación, también llamada fondo cosmológico difuso, debería permitir el avance hacia el conocimiento de la geometría del universo, el ritmo de su expansión y, a largo plazo, su eventual repliegue sobre sí mismo (Big Crunch), la naturaleza y la cantidad de materia negra.

Planck, cuya duración de vida prevista es de 15 meses “está en el límite entre la cosmología y la física fundamental”, destacó Jean-Loup Puget, del Instituto de Astrofísica Espacial de Orsay (Francia). El costo de estas misiones es de 1.000 millones de euros para Herschel y 600 millones de euros para Planck, incluyendo el lanzamiento y las operaciones, según la ESA.

Planck es el resultado de una colaboración entre la Nasa y la Agencia Espacial Europea y observará en un año lo que su predecesor WMPA habría cumplido en 450 años.

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Herschel observará estrellas inaccesibles. Foto:AFP

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Planck estudiará las radiaciones del universo. Foto: AFP