En Reconquista

Violenta agresión contra Rossi

Un nutrido grupo de productores autoconvocados le arrojó huevos y atacó el auto en el que se retiraba de una reunión con referentes de la región. El legislador advirtió que “la violencia es una puerta que se abre y que luego cuesta cerrar”.

De la Agencia Reconquista

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El diputado nacional Agustín Rossi fue blanco ayer de un virulento ataque perpetrado por un grupo de doscientos productores, pertenecientes al movimiento autoconvocado del norte provincial, frente a la sede de la Asociación para el Desarrollo del departamento General Obligado, en el sector céntrico de Reconquista.

Los manifestantes se habían concentrado allí luego de enterarse que el jefe del bloque oficialista de Cámara de Diputados de la Nación mantenía una reunión institucional con referentes políticos y de entidades productivas, empresarios y dirigentes del agro, respecto de la crisis que afecta a la zona.

Una vez terminado el encuentro, ya al caer la noche, y ni bien Rossi asomó su figura en el portal de entrada a la institución, los enfervorizados productores pasaron a la acción. Con huevos, escupitajos y profiriendo insultos cargaron contra el diputado, en tanto que, a golpes de puño y patadas, la emprendieron contra el auto en que se trasladaba. Rossi pudo ser resguardado en el interior del vehículo gracias a un cordón perimetral formado por la División Antimotines de la UR XIX.

Pero el furibundo ataque no concluyó allí. Exaltados hasta un límite difícil de describir, los agresores corrieron junto al VW Bora metalizado por espacio de unos veinte metros, en los que con sus propios puños y puntapiés destruyeron los vidrios laterales del vehículo y provocaron abolladuras en la carrocería.

En ese momento de extrema tensión pareció que todo se iba de las manos. Los atacantes pugnaban por bajar del auto a Rossi de cualquier manera, seguramente para aporrearlo en forma directa. Sólo la intervención de algunos agentes policiales que acompañaban la huida de la comitiva y la pericia del chofer lograron salvar la situación.

A pesar de la inusitada violencia del ataque sólo resultaron con heridas dos efectivos de la policía local. Hasta el momento no se informaron detenidos pero trascendió que la central departamental de policía intensificaba las tareas de recolección de filmaciones y fotos para acercarlas a la Justicia.

A favor y en contra

“No lo queremos, no lo precisamos, lo consideramos un traidor. En forma pacífica y sin agredir se lo vamos a decir”, sostuvo Raúl Zorzón, productor de Malabrigo y uno de los líderes de los autoconvocados del norte santafesino, quien calificó al jefe del bloque del Frente Para la Victoria en la Cámara de Diputados de la Nación como “un personaje siniestro”.

Por su parte, Raúl Zamar, de la Sociedad Rural de Reconquista manifestó que “Rossi no trajo ninguna solución concreta”, a la vez que otorgó un balance negativo a la reunión.

En contraste con esta declaración del ruralista, el presidente del Concejo de Avellaneda, Héctor Cucit, destacó que “se planteó la situación terminal de la economía de la región y Rossi comprometió gestionar algunas cuestiones de urgencia, entre otras el tema de la discriminación que hace el Banco Nación con algunos productores en emergencia”.

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análisis

Apedreando a

la democracia

Emerio Agretti

La agresión contra Rossi no fue el único episodio de ese tipo en la jornada de ayer. En Chascomús, el gobernador bonaerense Daniel Scioli debió suspender la inauguración de un jardín de infantes por una protesta ruralista; algo similar a lo que le pasó recientemente en Coronel Suárez -junto a la presidenta Cristina Kirchner- y en Chacabuco -con Néstor Kirchner. Agustín Rossi, a su vez, junto a su hermano y también diputado nacional Alejandro, ya sufrió un violento escrache en febrero en Laguna Paiva. Pero si en aquél caso le arrojaron huevos y bosta, esta vez se buscó agredirlo físicamente y, de hecho, rompieron el vidrio de su auto, en lo que parece indicar una escalada violenta en la protesta.

No por obvio, el repudio a tal comportamiento resulta menos necesario. Sobre todo si se advierte que el episodio de ayer no resultó de un exabrupto aislado, sino que coronó una secuencia en que los pronunciamientos fueron corriendo los límites de lo admisible en términos civilizados, donde incluso el lenguaje de los discursos asumió esa virulencia y de algún modo preanunció su corporización. Lamentablemente, esta caracterización cabe tanto a ruralistas y opositores extremos, como a miembros del gobierno y sectores afines.

No es el caso de Rossi, quien ha sustentado de manera coherente -y hasta valiente, ya que no organiza sus actividades de campaña esquivando los sitios donde pudieran preverse manifestaciones adversas- una postura que resulta antipática para buena parte de la ciudadanía, y lo ha hecho sistemáticamente de manera mesurada y respetuosa.

De todos modos, aún cuando no fuera así, nadie tiene derecho a arrogarse la potestad de agredir e impedir que otro exprese sus ideas, y hasta de que pueda circular libremente. La metodología del escrache, que ante la opinión pública asumió tintes simpáticos según quien lo ejerciera y contra quien fuese dirigido, no es admisible como relevo del debate, ni es tolerable como impedimento; y mucho menos cuando se utiliza como coartada ideológica para el mero ejercicio de la prepotencia o de los instintos que durante siglos la humanidad ha buscado cómo adaptar a su necesidad de convivencia. Por todo eso, este tipo de “pronunciamientos” dicen mucho más de quienes lo llevan a cabo, que en contra de aquél a quien van dirigidos.

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Los golpes impactaron en el vehículo utilizado por el legislador y rompieron el vidrio. A él le arrojaron huevos y escupitajos y trataron de sacarlo del auto para pegarle.

Foto: Gustavo Capeletti.

“La violencia es una puerta peligrosa que se abre y que a veces cuesta cerrar. Y nosotros no estamos dispuestos a entrar en ese tipo de situaciones y en ese tipo de lógica”.

Agustín Rossi,

diputado nacional kirchnerista.

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EL DATO

Repudios

Referentes de diferentes sectores políticos expresaron su desacuerdo con la agresión sufrida por Agustín Rossi. Entre otros, lo hicieron Mauricio Macri, Ricardo Alfonsín, Carlos Heller, Ricardo Gil Lavedra y desde la Fundación para la Integración Federal.

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ADEMÁS

“Tristeza”

Más que bronca, lo que Agustín Rossi declara tener después del episodio de ayer es tristeza. “Me genera profunda tristeza que los argentinos no podamos aprovechar estos 25 años de democracia, que tanto costó conseguir, y que haya gente que busque dirimir las diferencias haciendo uso y abuso de la violencia”.

En diálogo con El Litoral, el legislador advirtió que “a mí no me van a cambiar. Estos hechos no afectan mi deseo de hacer campaña, ni modifican mis ideas y convicciones”.

Además de la repudiable metodología -Rossi confirmó que, si no intervenía la policía, la agresión física hubiese llegado a mayores-, cuestionó también la supuesta representatividad de estos sectores. “Después de ésto, y a cuatro cuadras de ahí, desarrollamos un acto con 300 militantes de Reconquista y Avellaneda. Y antes de eso estuvimos desde el día anterior en Villa Ocampo, con la gente del ex ingenio Arno -a quienes tramitamos un crédito del Banco Nación-, los trabajadores -a los que conseguimos subsidios-, la mesa azucarera, el Centro Comercial. Estuvimos con dirigentes agropecuarios en El Sombrerito. Después en el Parque Industrial de Reconquista, donde logramos preservar a una fábrica textil que estaba por cerrar. Y con los propios productores rurales, en una reunión que no fue fácil, pero donde todos expusimos nuestras ideas. De modo que estas manifestaciones son no sólo de una intolerancia absoluta, sino que también asumen una representación que nadie les da. ¿Por qué no les preguntan a los trabajadores textiles si no querían que estuviésemos allí?”.

Al preguntar que si tenía temor de que ésto representase una escalada, el legislador expresó que “después de lo de Laguna Paiva, y el repudio unánime de la sociedad, creíamos que ésto no se iba a producir más. Estaba preparado para que hubiera pasacalles, carteles de Rossi traidor, gente que insulte. Pero no para que haya todavía más violencia. Y este es el principal motivo de tristeza. A esa convicción que tenía después del hecho anterior, ya no la puedo expresar más”.