A la vera de la autopista
Duendes aleccionó a CRAI
Merced a una actuación sin fisuras, refrendó las bondades denotadas en lo que va del certamen y es el primer clasificado para la zona Campeonato. El próximo sábado recibirá a Santa Fe Rugby Club.
Duendes prevaleció en todas las instancias del juego ante CRAI, que no logró quebrar la solidez de su altivo adversario.
Foto: Luis Cetraro
César Miño
Con una producción que no hizo más que ratificar las virtudes que durante tanto tiempo lo ubicaron en un sitial de privilegio dentro del contexto nacional, Duendes Rugby Club venció a CRAI por un expresivo 54 a 5, consolidando así su condición de único líder del Regional del Litoral 2009, organizado en forma conjunta por las Uniones Santafesina, Rosarina y Entrerriana de Rugby.
De esta manera, cuando aún restan tres jornadas para concluir la fase clasificatoria, los verdinegros del barrio Las Delicias de Rosario se erigieron en el primer equipo clasificado para la futura zona Campeonato, de la que emergerá el Rey del Litoral de la presente temporada.
De paciente a impiadoso
Pese a que los cuarenta minutos iniciales finalizaron 23 a 0 en favor del equipo visitante, el análisis del contenido no refleja tanta comodidad. Es que en un contexto de intenso equilibrio, el local prevaleció territorialmente y hasta en el control de la pelota, en buena parte de ese lapso del encuentro.
Sin embargo, con solvencia defensiva, paciencia y un letal aprovechamiento de sus situaciones propicias, Duendes impuso condiciones en el marcador. Apoyó dos excelentes tries en las dos primeras situaciones en las que atravesó las 25 yardas de su adversario; para posteriormente sumar a través de la certeza de sus envíos a los postes.
Como contrapartida, CRAI sólo dispuso de un par de penales factibles y estuvo en proximidades del ingoal visitante en una escasa ocasión. Para colmo de males, su juego comenzó a desequilibrarse, casi como un presagio de lo que ocurriría en el resto del partido.
El complemento direccionó lo que terminó siendo una verdadera lección de inteligencia, solvencia y efectividad del elenco rosarino; esgrimida a partir de una sabiduría colectiva digna del mayor de los elogios y rubricada con algunas actuaciones individuales descollantes, como las del winger Juan Imhoff, quien demostró fehacientemente por qué forma parte de representativos nacionales, como Los Jaguares.
Pero fundamentalmente vale insistir en la solidez estructural de un equipo que demostró fehacientemente poseer un vasto libreto de costumbres saludables. Tales como: no involucrar hombres de más en los reagrupamientos; defender con pulcritud y eficiencia; o poseer una enorme capacidad para leer el juego en la forma más adecuada.
La contracara
Como contrapartida, a CRAI le costó demasiado mantener su línea de juego debido a ciertas impericias, a la toma de decisiones equivocadas o bien a las infracciones cometidas, que obviamente conspiran contra las más ciertas de sus posibilidades.
Justamente, es menester señalar algunas inconductas que no sólo generan penales en contra, sino también amonestaciones y/o expulsiones, producto de actitudes que no sólo están exentas de justificación alguna, sino que resultan unánimemente reprochables.
Como las que ayer protagonizaron Alejandro Capobianco (reclamo irrespetuoso al referee) y Adrián Mingarini (agresión a un adversario), derivando en el perjuicio directo hacia el equipo que terminó jugando con 13 jugadores.
Obviamente, se trata de cuestiones que deben no sólo corregirse, sino erradicarse con prioridad absoluta, ya que lo demás es fácilmente perfectible, atendiendo al potencial que subyace en uno de los planteles más importantes de la región.