Escritura de un radioteatro

¡Se viene la fin del mundo!

La labor se desarrolla en el Taller Literario de la Dirección de Cultura de la Universidad Nacional del Litoral.

De la redacción de El Litoral

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En el marco del Taller Literario de la Dirección de Cultura de la UNL, algunos integrantes junto con su coordinadora, Estela Figueroa, están concluyendo la escritura de un guión, y sobre esta experiencia nos habla Figueroa en una fría mañana de domingo, anunciando alegremente que se nos viene “la fin del mundo”.

Inquietos le preguntamos si metafóricamente se está refiriendo a la situación del país y responde que no; que sólo se trata de que con otros siete compañeros del taller literario están terminando de escribir un radioteatro con ese título y que se trata de la primera aparición del cometa Halley.

“Este hecho -destaca- desarrolló una fuerte sicosis colectiva en las clases populares, que siempre han sido las más desprotegidas en todo sentido; incluso en el de la información. Se creía que cuando la cola del cometa tocara la atmósfera de la tierra, toda vida perecería, víctima de gases venenosos. Hubo muchísimos suicidios”.

—¿Y cómo era el país en ese momento?

—El cometa llegó en 1910, una época muy revulsiva: festejos del Centenario (al cual Rubén Darío dedicaría un ornamentado poema), un fuerte anarquismo, las primeras huelgas organizadas de las mujeres para ser consideradas seres humanos (desde huelgas de costureras hasta Alicia Moreau y Cecilia Grierson), el florecimiento del tango... (suspira) y a la vez mucho cholulismo.

Relatos sanguíneos

—¿Y por qué eligieron ese tema?

—Mi madre me contaba de este suceso. Ella a su vez había recibido el relato de mi abuela. Mi madre era una especie de Hitchcock femenino. Me instruía a su manera. Me contaba crímenes, raptos de niños. Fomentó cierta inquietud que después vino bien para sobrevivir en este país. (Suspira nuevamente) Yo, sabiamente, compartí estos relatos con los talleristas y surgió la idea de trabajar sobre este hecho tan poco conocido en el país.

—¿Resultó difícil trabajar con el grupo?

—No. Si los compañeros son buenos e inteligentes es un placer. Compartir el conocimiento. Valorar lo que hace el otro, respetarlo. Es muy bueno. A partir de un fondo común de datos, cada uno ha ido trabajando el tema que más le interesaba.

—¿El guión está terminado?

—Hasta fines de este mes, lo corregimos. En vacaciones será la grabación. Espero guste tanto como a nosotros, sus artífices.

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Estela Figueroa anuncia las particulares aristas de la catástrofe.

Foto: Archivo El Litoral