EDITORIAL

El recuperado Parque Garay

La puesta en valor del Parque Juan de Garay y su consecuente recuperación para el uso público resultó una buena noticia, no sólo para los vecinos que desde hace varios años debían convivir con un inmenso predio oscuro y degradado, sino para toda la comunidad, que se veía privada de disfrutar de uno de los espacios verdes más atractivos de la ciudad y, sin temor a exagerar, podría decirse que de la región.

Dos millones de pesos demandó la realización de la obra, que incluyó el saneamiento de los lagos -sin dudas, uno de sus principales atractivos-, la limpieza de la isla central, la recuperación de columnas de alumbrado público -cuestión de fundamental importancia para aportar a la seguridad de toda la zona-, y la reparación y colocación de mobiliario urbano, entre otras tareas que involucraron seis meses de trabajo a cargo de agentes municipales y beneficiarios de planes sociales.

La inundación de 2003, que dejó bajo el agua a buena parte de la ciudad, sumió en una escala aún mayor de degradación a ese espacio verde, que en sus orígenes operó prácticamente de límite oeste de la ciudad, y que en la actualidad funciona como un verdadero puente entre ambos sectores.

Con distintos usos desde comienzos del siglo pasado, con el valor de ser el único espacio dedicado a recordar al fundador de la ciudad -tal como consta en el inventario del patrimonio arquitectónico- y sucesivas intervenciones para dotarlo de infraestructura que permitiera su aprovechamiento más pleno, el tradicional predio recuperó por estos días algo del esplendor con el que fue concebido. Pero aquel diseño novedoso quedó desdibujado con los años ante la falta de inversión y mantenimiento. Aportaron lo suyo los sucesivos actos de vandalismo que, como ocurre en otros parques y plazas, no hacen más que dañar aquello que por definición pertenece a todos.

La misma suerte han corrido plazas y paseos, tanto céntricos como ubicados en los barrios, que no quedaron al margen de la verdadera depredación que emprenden aquellos que optan por dañar antes que construir. En los últimos meses se han habilitado playones en distintos puntos de esta capital, con el fin de posibilitar la recreación y la práctica de distintas disciplinas deportivas.

Hace pocos días que las mejoras del parque quedaron a la vista de los santafesinos, que pudieron volver a disfrutarlo como seguramente lo hacían años atrás, incluso transitando sus vistosos puentes y disfrutando de un bello paisaje. Sin embargo, las acciones desarrolladas hasta aquí son sólo una parte del trabajo. La otra queda en manos de los propios ciudadanos. Es que, así como la construcción de obras públicas involucra la utilización de fondos aportados por toda la comunidad, su destino incluye una responsabilidad compartida entre los entes oficiales y los vecinos. De lo contrario, esta, y cualquier otra inversión, no habrá pasado de ser un gasto más.