Recorrida por establecimientos educativos de la periferia

Largas colas en escuelas

para la entrega de viandas

Tras la suspensión de clases por la gripe A, los comedores escolares entregan viandas frías para que los comensales almuercen en sus casas, y así evitar la aglomeración pública en espacios cerrados como medida preventiva. Las escuelas sobrellevan la contingencia con algunas dificultades, pero aseguran que los chicos puedan seguir comiendo.

De la redacción de El Litoral

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Una interminable línea humana surcaba el patio de la escuela Escuela de Enseñanza Media Nº 265 -barrio Yapeyú-. La cola desembocaba en la sala de dirección, donde docentes y directivos con barbijo llevaban minucioso registro de los beneficiarios del comedor escolar, y autorizaban la entrega de las correspondientes raciones. “Hay hambre”, se quejó alguien; la pobreza aprieta duro en ese distrito del noroeste de nuestra ciudad, y el comedor -más la copa de leche- es lugar obligado para muchos alumnos.

Esta postal se repetía en varios establecimientos educativos de la periferia adonde funcionan comedores escolares. Es que la epidemia de gripe A obligó a medidas drásticas y, con la suspensión total de clases en toda la provincia, se dispuso que las raciones y copas de leche deberán entregarse como viandas frías a llevar. Primero, para garantizar que los chicos -y en muchos casos, los integrantes de sus familias- sigan comiendo; segundo, para evitar la aglomeración pública -en los comedores- y el contacto interhumano, medida preventiva contra la propagación del contagio.

El Litoral visitó varias escuelas con comedores escolares para observar la organización en la entrega de viandas. Por lo que pudo advertirse, planteles docentes y directivos -además del personal de otras áreas- estaban abocados a atender la contingencia con los recursos que disponen. Si bien aparecieron algunas dificultades en la operatividad de las entregas -sobre todo en establecimientos a los que concurren muchos comensales-, la comida llega a quienes más la necesitan.

Variar las dietas

“Frente a esta situación tratamos de organizanos, de sobrellevarla de la mejor manera posible”, dijo la vicedirectora de la Escuela Ceferino Namuncurá. Cerca de 50 alumnos de ese establecimiento van al comedor de la Hipólito Irigoyen -en Av. 12 de Octubre 9300-, para recibir su ración de comida diaria. Y también retiran la copa de leche.

Un poco más allá, en la escuela Nº 265, una larga procesión de rostros hambrientos aguardaba la entrega de las viandas. La institución atiende alrededor de 200 beneficiarios para copa de leche, Plan Nutricional y comedor. “Estamos dando una vianda caliente, porque esta comida sustanciosa es para muchos chicos la única del día. Los viernes comen, y los lunes llegan muertos de hambre, desesperados. Así es acá...”, señaló a El Litoral la directora de la institución, Silvia Rodríguez, describiendo la situación de vulnerabilidad social que cunde en el barrio.

“Optamos por reforzar la comida, ofreciendo yogurt, queso, dulce de batata y membrillo, facturas. Se hace algún guisado, milanesa con arroz, etc. -enumeró la directora-. Tratamos de ir variando el menú”. Según pudo saberse, en esa zona hay muchos chicos con alguna enfermedad invernal.

Extremar medidas higiénicas

En horas del mediodía, la Escuela Hipólito Irigoyen -pegada a la Nº 265- exhalaba desde su interior un intenso olor a lavandina y desinfectante. “La prevención arranca con una limpieza en profundidad”, exclamó una cocinera que pasaba con una enorme olla de aluminio. En ese establecimiento, mucha papás de alumnos esperaban afuera la vianda, con esa ansiedad triste del hambre que urge.

Un ejército de cocineras, todas con barbijos y guantes, trabajaban en la provisión de las raciones para los 1.650 comensales -de la Irigoyen, de la Namuncurá y de un jardincito aledaño- que asisten al comedor del establecimiento. “Nos sentimos un poco desbordados”, se sinceró Ada Garrido, ecónoma de la escuela, y como para que no. “Igualmente, nos estamos organizando bastante bien, si tenemos en cuenta que estamos en emergencia”. Allí también se distribuyen viandas frías y se trata de varias en el menú.

El sistema implementado allí busca no exponer a los chicos. “Se trata de que vengan los papás, y se les pide el documento, porque si no viene el barrio completo. Hay muchos pícaros y personas que se abusan de las raciones”. En su última definición, la ecónoma se aseguró de que no quede nada por agregar. “Hasta ahora la vamos peleando. Con ganas y dignidad”, dijo.

Largas colas en escuelas para la entrega de viandas

Cocineras en acción. En la escuela Hipólito Yrigoyen, el personal de cocina debe entregar las viandas frías a cerca de 1.650 comensales. Pese a lo dificultoso del trabajo, este establecimiento está garantizando la comida a los chicos.

Foto: Alejandro Villar

Insuficiente

Sergio Romero, titular de UDA, cuestionó las medidas enunciadas para prevenir el contagio de la gripe A en la resolución 1.111, del Ministerio de Educación de la Provincia, porque a su juicio son insuficientes.

El gremialista sostuvo “se deben adoptar medidas precautorias más seguras en resguardo de la salud del docente. Los docentes forman parte de la comunidad educativa, y la medida sanitaria más adecuada, es la suspensión integral de actividades en los establecimientos educativos. De esta forma, también se protege a la familia del trabajador docente.”

Además Romero opinó que “es responsabilidad del estado empleador garantizar las condiciones laborales mínimas para no propagar la enfermedad y ellas hoy no están aseguradas”.

UDA exige al Ministerio la suspensión total de actividades en las escuelas como medida prioritaria de protección y prevención.

193

comedores escolares funcionan

dentro de la Región IV -ciudad de Santa Fe y alrededores-.

1.016

son los comedores escolares

que existen en la provincia de Santa Fe.

Organizarse, ésa es la cuestión

Inventiva vs. presupuesto acotado: Desde la Escuela Camila C. del Ballarini -en Hipólito Vieytes al 5300- se informó que el comedor escolar está distribuyendo normalmente las viandas -de acuerdo a las directivas sugeridas por el ministerio- con un menú variado (“ajustado el presupuesto de la escuela destinado a las partidas del comedor, que no siempre alcanza”, dijeron) más la copa de leche. Tratamos de usar la inventiva y así variar el menú”. Ese establecimiento tiene una matrícula de alrededor de 500 alumnos.

La inundación como experiencia: En la Escuela Vicente Zazpe -barrio Santa Rosa de Lima- se informó que se entrega con normalidad tanto las viandas frías del comedor como la copa de leche, alternando los alimentos en las medida de las posibilidades escolares. “Nos organizamos lo mejor que podemos. Como sufrimos en carne propia las inundaciones de 2003 y 2007, ya sabemos cómo manejarnos ante emergencias”, dijeron desde la escuela. Otros establecimientos consultados aseguraron que la distribución hasta el momento se realiza en forma ordenada.

/// EL DATO

Faltan barbijos

“Muchos de los integrantes del plantel docente padecen de alguna enfermedad invernal y síntomas. Hasta la vice está enferma”, afirmó Rodríguez. “Por eso, y como prevención, necesitamos barbijos para el personal que está atendiendo, en contacto permanente con las personas que vienen a buscar la vianda. Aún no nos mandaron, ni del ministerio de Salud ni del de Educación”, se lamentó. El mismo pedido se realizó desde la Escuela Hipólito Irigoyen.